Nada define tanto a Cristiano como la voracidad y el esfuerzo. Máximo goleador de la historia de Portugal, del Real Madrid y de la Champions League, su ambición es prácticamente imposible de satisfacer. Esa sed es clave en su rendimiento intergaláctico, se dice siempre, pero también se convierte en un problema cuando se sobrepone a criterios más racionales sobre la gestión de una temporada y un grupo.
En el Real Madrid rota todo el mundo, menos Cristiano. Para su entrenador es "el mejor jugador del planeta" y su último mes y medio, desde aquel partido en Roma, ha sido fabuloso. Le quiso quitar contra el Wolfsburgo, resuelta ya la eliminatoria, porque la prudencia aconsejaba cuidar al 'crack' y porque ya notaba algo en los isquiotibiales. Pero Benzema también notó algo raro y Cristiano aceptó permanecer en el campo, convertido de nuevo en el caudillo del equipo.
Ha pasado una semana y Zidane se arrepiente de no haberle sustituido "a veces". Tanto arriesgar una sobrecarga muscular le ha traído, como mínimo, una sobrecarga de isquios cuya magnitud será determinada por las pruebas de hoy jueves. "Es un jugador diferente, siempre quiere darlo todo", suele argumentar su técnico para justificar la ominipresencia de Cristiano. Les ha pasado también a sus antecesores: es la estrella del equipo y no se cambia. La carrera de un futbolista es relativamente corta y Ronaldo quiere dejar varios récords para la historia. Pretendía jugar todos los minutos en Liga y Champions.
Cambio filosofía
Zidane deslizó por fin en la noche del miércoles una modificación. Lo hizo de forma muy prudente y respetuosa, buscando las palabras precisas en su castellano de nivel medio: "Sí, me arrepiento a veces" [...] "Necesita descansar a veces" [...] "Cuando tienes a un jugador como Cristiano, es necesario para él de vez en cuando descansar, no terminar un partido o no jugarlo". Era la primera vez que se ponía en duda el dogma de la infalibilidad del luso, un coloso de 31 años cuya demostración de fuerza y liderazgo durante la resurrección de su equipo ha logrado borrar las críticas sobre su primera mitad de temporada. El club negocia con él una ampliación del contrato (hasta 2020, tendrá 35 años) para cerrar definitivamente el debate sobre su futuro. Lleva 31 goles (Pichichi) y 12 asistencias en Liga. 16 goles (Pichichi) en Champions: el doble que el segundo, Lewandowski.
Ronaldo calló millones de bocas con su actuación frente al Wolfsburgo, el día que debió de ser sustituido. No hizo un gran partido en Getafe y ayer, ante el Villarreal, no sólo no marcó: se pegó tal susto después de intentar una chilena que abandonó el campo por voluntad propia en el minuto 89, sin acordarse del récord de Fabrizio Coloccini (2008, Deportivo de la Coruña), ansioso por saber si tenía algo serio en la fase crucial de la campaña.
Zidane: "Todos estamos preocupados"
Al portugués le pusieron hielo y se metió en la piscina fría. Hoy el madridismo contiene la respiración ante su posible ausencia contra el Manchester City. (De su ausencia en Vallecas ni se duda). Había regresado el mejor Cristiano, en el momento preciso, pero nada es suficiente para el 'crack' y eso en ocasiones perjudica al equipo. Lo perfecto es enemigo de lo bueno: después de haber conseguido lo más difícil (reengancharse a la temporada), al equipo y a Ronaldo sólo pueden importarle ya los objetivos colectivos.