Las radios anunciaban la tarde como "apasionante" y Madrid entera iba a compaginar el puente con el fútbol, pero la Liga dejó un sábado sin brillo ni juego (ni demasiada pasión) que terminó de la forma más tediosa: viendo ganar a un Barça sin ganas frente a un entusiasta rival, el Betis, que jugó con diez futbolistas desde el minuto 35 por doble expulsión de Westermann.
Anoeta: Bale salvador
El Madrid de los suplentes, encabezado por Gareth Bale, volvió a hacer los deberes en San Sebastián a primera hora de la tarde y sigue adherido al trío que lidera la Liga después de un encuentro que dominó con claridad hasta el minuto 30, para después ser neutralizado por una Real Sociedad ascendente que vendió cara su piel. Los donostiarras sólo doblaron la rodilla a diez minutos del final por un cabezazo espectacular del galés, el jugador que hace de Cristiano y lidera a un equipo que despejó cualquier posible acusación de abulia o conformismo y cometió bastantes menos errores que en Vallecas hace una semana.
El 'Expreso de Cardiff' encara un final de campaña sensacional tras haber superado un par de lesiones fastidiosas y, más difícil todavía, el recelo de una hinchada que en Navidad, después de dos temporadas y media, dudaba seriamente sobre su condición de 'crack'. A fecha de hoy esa definición no está en duda. Es, además, el mejor cabeceador de Europa. Lucas, que le envió el centro, volvió a resultar fundamental. La jugada llegó cuando los blancos habían decretado acoso y derribo. El fantasma de la desconexión al título tenía al banquillo de pie, en la banda, alarmado pese a la supuesta primacía de la Champions.
Vicente Calderón: basta un minuto de Griezmann
A las 18.15 Simeone sorprendió a sus seguidores colocando buena parte del equipo suplente para recibir a un Rayo valiente y necesitado de puntos que no fue peor sobre el césped del Manzanares frente al semifinalista de la Champions. El equipo de moda del fútbol europeo triunfó, como tantas veces, merced a un zarpazo de Antoine Griezmann, que envío a la red (desde la frontal del área) la primera pelota que tocaba en la segunda mitad, nada más entrar al campo, cuando la solvencia del Rayo incordiaba seriamente a Simeone (castigado en la grada). Su disparo generó el único momento de euforia en el estadio.
Los atléticos no cuajaron su mejor partido, ni siquiera dejaron buenas sensaciones, pero encadenaron su cuarto 1-0 consecutivo. Para ello tuvieron que recurrir en la segunda parte a tres de los seis titulares reservados (Koke, Griezmann y Fernando Torres) en un duelo que terminó con la extraña lámina de ver a un Atleti embotellado en su área por un Rayo serio y con oficio, sobrepuesto a sus relevantes bajas, al que sólo le faltó un gol para acostarse genuinamente satisfecho. La semana próxima girará quizá en torno al tremendo enfado de Bebé con su técnico, Paco Jémez, cuando fue reemplazado.
Sevilla: victoria contra diez (y gracias)
El partido del Benito Villamarín, agrandado en principio por las victorias madrileñas, duró exactamente 35 minutos, lo que tardó el defensa Westermann en recibir su segunda tarjeta amarilla, igual de justa que la primera, y estropear un trabajo colectivo que durante media hora había ilusionado a los aficionados merengues y colchoneros. Lo demás fueron bostezos. El alemán ya había anotado el gol en propia puerta contra el Barça en la primera vuelta: su involuntario protagonismo destrozó un encuentro que acabaría siendo rematado en el minuto 49 por una falta de entendimiento entre el portero Adán y el defensa Pezzella que fue aprovechada por Rakitic a puerta vacía para hacer el 0-1.
El segundo tiempo no tuvo historia. Suárez maquilló el resultado hacia el final, pero su apatía (teniendo en cuenta que ya no tiene compromisos entre semana) fue desesperante. Neymar sigue sin aparecer y Messi no justificó su prestigio. Si el Espanyol fallase el domingo en su partido contra el Sevilla, postergando su salvación matemática, el derbi catalán del próximo domingo alcanzaría otra dimensión.
180 minutos para el título
Las dos últimas jornadas se disputarán en la misma franja horaria (la próxima, el domingo 8 a las 17.00 horas). La visita al Betis aparentaba ser el compromiso más complicado del Barcelona para ganar la Liga más extraña de los últimos tiempos, aunque el hecho de que el Granada se juegue la vida en el último encuentro podría inquietar al alicaído equipo de Luis Enrique. Ninguna gran competición doméstica europea tiene un final tan apretado como la Liga BBVA. Es de esperar que las dos últimas jornadas ofrezcan más emociones y un juego a la altura de un fútbol que, por lo que se ve en Champions y Europa League, es indudablemente el mejor de Europa.