Se hace extraño ver a un equipo de la actual Premier League a estas alturas de la Champions League. Más aún si nos paramos a pensar que ese conjunto es el caótico Manchester City que por iniciativa propia salía a pecho descubierto por Europa presumiendo de estrellas pero careciendo de planes. Era un equipo muy Premier y ahora es un conjunto adaptado al abrupto ecosistema del fútbol europeo. Ese proceso ha pasado por defender con más hombres, atacar más rápido y tener más acierto tanto en las dos metas.
En la portería el protagonista no es nuevo, Joe Hart lleva asentado como guardián de los ‘skyblue’ desde 2010. Aquel joven continuó durante años con la tradición de guardametas ingleses cómicamente irregulares. Sus intervenciones quedaban ensombrecidas por sus nervios, sus dudas y sus constantes rechaces.
Desde la llegada de Pellegrini –y la competencia de Willy Caballero- Hart ha ganado firmeza, seguridad en sus acciones y, sobre todo, jerarquía ordenando a sus centrales. Sigue con su tendencia a despejar más que blocar porque inglés es y seguirá siendo, pero si algo ha demostrado en sus últimos dos años, ambos con exhibiciones en Champions contra los más grandes, es que es el portero menos británico que ha tenido Inglaterra en los últimos años, es decir, el más decisivo en Champions y fiable con la selección.
En las últimas ediciones de la máxima competición continental ha dado el salto. Se ha convertido en un portero de Copa de Europa, de grandes actuaciones en las noches más importantes. En ese sentido ha sido el único fiable y presente en la corta trayectoria del City en Champions. De hecho si observamos sus registros en las eliminatorias de la competición no tiene nada que envidiar al resto de metas titulares de los semifinalistas:
Ese paso a la madurez se ha forjado con actuaciones decepcionantes de su equipo demostrando que estaban lejos de los más grandes. Todas esas noches oscuras han creado a un Hart merecedor de una final de Champions. Suena improbable, pero si todavía hay esperanza es por él, que detuvo al Madrid. Si el City está en semis es por él, que empezó los cuartos contra el PSG parando un penalti a Ibrahimovic.
La Champions de Hart
El Manchester City es un equipo singular. En plena adaptación a un exitoso y provisional planteamiento de contragolpes, han necesitado del Joe Hart más maduro para seguir vivos en Champions y eso se notó contra el Real Madrid. Hart es el meta de lo que llevamos de Champions, a partir de él su equipo ha ganado en seguridad defensiva y ha sido capaz de cambiar su planteamiento. Aunque sus defectos perduran (juego de pies, centros laterales y demasiados despejes de puños) su madurez liderando y colocando a la zaga y su valentía y acierto en los disparos cercanos permiten que el City sueñe con la final de Milán.
En ese contexto ha tenido ‘suerte’ contra PSG y Real Madrid, equipos que prefieren llegar hasta el área por dentro para disparar y no abusan del centro lateral. Si el PSG se desquició fue porque en la ida Hart les contuvo, si el Madrid hace lo propio será porque el inglés mantuvo el 0-0 en Manchester. Además llegará al Bernabéu en un gran momento de forma: ha dejado 7 veces la portería a cero en los últimos 11 partidos (3 de 4 si sólo contamos la Champions).
Si por algo destaca en la élite Joe Hart es por su habilidad en el uno contra uno, en achicar espacios haciéndose grande para tapar disparos cercanos. La ocasión que tuvo Pepe no es un fallo del central, es un acierto del inglés. Y no es casualidad. El 84% de los tiros que concede el City vienen de dentro del área (2,2 por partido), ocasiones cerca de la portería en las que Joe Hart sí es parte del olimpo de guardametas actuales, momentos en las que no duda en salir con todo mientras que otros esperarían en la línea.
“La clave en esas situaciones es estar listo tanto para entrar al jugador como para hacer la parada. Hacerse grande, ser valiente y mantener la vista en el balón”, confesaba el propio meta a FourFourTwo. No es habitual en la escuela inglesa ver porteros tan sobresalientes en el mano a mano y con más problemas arriba, pero Hart es el menos inglés de los últimos años. Quizás por eso es el mejor inglés en su puesto.
Fin al drama nacional
La parada de Banks a Pelé, esa intervención imposible a un cabezazo del brasileño se ha quedado como la Mejor Parada de todos los tiempos para los aficionados británico. El tiempo ha tratado mal a la selección inglesa, de las estrellas de los 50 y 60 a los ángeles caídos y la inexperiencia.
Un proceso especialmente dramático en la portería donde lo que quedaba de Shilton perdió un balón en el área pequeña en Italia 1990; Martyn permitió que un centro acabara en gol echándoles de la Euro 2000; Seaman no midió donde estaba la portería en cuartos del Mundial 2002; David James se ganó el apodo de ‘Calamity’ en numerosas ocasiones; y las medianías como Paul Robinson, Scott Carson, Robert Green se sucedieron con el resultado lógico. Un sinfín de nombres por debajo del nivel medio que ahondaban en una crisis de resultados todavía presente.
La escasa competencia para la meta inglesa y la máquina propagandística habitual con cada jugador joven que nace en las islas pronto convirtieron a Hart, cedido en el Birmingham, en el cancerbero esperado. Pronto él demostró que iba en serio, que lo suyo con los tres leones sería duradero, tanto es así que ya posee el mejor porcentaje histórico de partidos imbatidos con la selección (56%, 32 de 57). El seleccionador ya lo ha dejado claro: “La situación está lejos de crearme un dilema en la portería. Joe es el número 1 y seguirá así porque estamos contentos con él”. Ahora sólo falta que el resto de piezas de Hodgson respondan, el portero menos inglés es el que perdurará.