Los resultados del referéndum para la salida de Reino Unido de la Unión Europea han sido de infarto. Impredecibles como una tanda de penaltis. Esta mañana se anunciaba que el brexit vencía con el 52%, es decir, que la Premier League, así como el resto de competiciones deportivas británicas, perdían la tanda de penaltis. Al salir de la Unión Europea, Reino Unido pierde la legislación vigente en materia de libre circulación de deportistas. Ahora los habitantes de países de la Unión también necesitarán un permiso de trabajo en Reino Unido.
El caso más llamativo es el fútbol, donde los jugadores que cumplen los requisitos son menos frecuentes. El precio de los mismos se disparará porque estarán más demandados, los clubes no podrán firmar menores europeos de entre 16 y 18 años y, sobre todo, esto reduce el nivel, las audiencias y el valor televisivo, pilar actual del fútbol inglés. Roy Miller, doctorado en dirección deportiva en la Universidad de Liverpool, lo resume: “Es inevitable que baje el nivel. Se reducirá la calidad de los jugadores, bajará el valor de la marca Premier y la audiencia exterior se resentirá”.
Los cambios en la política de fichajes
Hasta ahora, los futbolistas de países miembros de la Unión Europea no tenían problema para firmar por clubes ingleses, ya que no necesitaban un permiso de trabajo. Al salir de la Unión Europea cualquier profesional foráneo necesitará un visado. The Guardian publicó en marzo que, de los 161 extranjeros que participaban en la Premier League, 111 no cumplían los requisitos para acceder a un permiso de trabajo tras la salida de la Unión Europea.
Para acceder de manera automática a un permiso de trabajo en el ámbito del fútbol, los jugadores deberán haber participado en un mínimo de 30 a 75% de partidos internacionales de su selección (el porcentaje es mayor a medida que el ránking FIFA del combinado sea peor) en los últimos 24 meses (para los sub 21 ese margen se cifra en 12 meses).
Además, los cazatalentos tendrán que adaptarse. Los fichajes de deportistas entre 16 y 18 años sólo estaban permitidos entre países miembros de la Unión Europea. De esta forma, Arsene Wenger consiguió firmar talentos de la cantera del Barcelona como Héctor Bellerín, una operación que ahora no podría realizarse.
La libre circulación de futbolistas entre los países miembros y el Reino Unido se acaba con el brexit. Para poder solventar estas trabas, Reino Unido deberá realizar acuerdos bilaterales con los países que afecten a los trabajadores. Aunque no se sabe qué vías de actuación tendrá el deporte británico, parece claro que las modificaciones no tendrán carácter retroactivo.
Las fronteras que borró Bosman
Nunca un futbolista hizo tanto sin pisar el césped. El Caso Bosman cambió el negocio del fútbol en 1995. Las dos grandes metas que logró fueron la libertad de los futbolistas para poder salir gratis una vez finalicen su contrato y la libre circulación entre países de la Unión Europea sin contar como plaza de extranjero. Se desconoce cómo irá la negociación entre Reino Unido y la Unión Europea, pero a día de hoy los británicos comienzan a contar como extracomunitarios.
De esta manera, Gareth Bale podría ocupar plaza de extracomunitario en el Real Madrid. Todo esto tiene un condicionante, pues se desconoce si los acuerdos y las modificaciones serán con carácter retroactivo y si Reino Unido buscará que aquellos que ya residían fuera no tengan problemas. En resumen, el logro de Bosman en 1995 queda parcialmente borrado por el brexit.
Cómo puede escapar la Premier del Brexit
La votación obliga a una transformación en las secretarías técnicas de la Premier League, pero no podemos pensar que la liga perderá su relevancia y acabará volviéndose un reducto de jugadores nativos. Hay un término medio al que la competición tiene que encauzarse. Actualmente, el 54% de los profesionales de la Premier League son extranjeros, 160 de ese porcentaje son comunitarios y 111 no podrían haber conseguido fichar por clubes ingleses con los nuevos parámetros post Brexit.
Los jugadores comunitarios únicamente necesitaban su nacionalidad para garantizar sus servicios, es decir, lo que consiguió Bosman contra la UEFA. Pero la norma ahora les exigiría un permiso de trabajo para residir en Reino Unido. ¿Cómo se accede a un permiso? El 79% de los solicitantes obtienen el visado. La opción rápida es siendo internacional con la selección y que esté entre los 70 mejores combinados nacionales del ránking Fifa.
La otra alternativa del marco legal marcado por la Federación inglesa premia dos variables: estar consolidado al máximo nivel internacional y/o un desembolso importante del club tanto por la cifra a pagar como por el salario. Lo que se conoce como el Panel de Excepciones. El jugador que consiga cinco puntos tendrá el visado asegurado.
Se trata de un sistema que da puntos en función de si el futbolista ha jugado competición internacional y si ha participado en el 30% de los partidos de su club previo, pero, sobre todo, premia el gasto. Si un club quiere a una estrella, los millones le darán el visado.
El Brexit ha dejado al fútbol inglés contra la espada y la pared. Si quieren seguir siendo la liga global tendrán que gastar más, ya que las normas para conseguir visados premian el gasto. Si uno quiere un jugador que no sea internacional, pero de gran proyección, deberá pagar mucho por él.
Básicamente, el fútbol inglés seguirá llenándose de estrellas, pero el nivel medio sufrirá. El panorama deja al resto de ligas grandes con mucha ventaja por las jóvenes promesas, que luego venderán a precios desorbitados a la Premier. El modelo inglés de gasto se acentuará, además de la imposibilidad de firmar a menores de 18 años.
Millones contra millones en la era del nuevo contrato televisivo. No hay dudas de que la Premier continuará siendo la potencia financiera del fútbol europeo, pero cada vez les será más caro por culpa del Brexit.