Cinco razones por las que Mbappé es el galáctico perfecto para el Madrid

Hay rituales que, llegadas estas fechas, se repiten. Llega el verano y, claro, siempre hay una canción para ponerle música, un ‘ligue’ que estrenar, un viaje que organizar o un aire acondicionado estropeado que arreglar. Son cosas que se repiten inalterablemente. Y es algo normal. Las tradiciones hay que mantenerlas en todos los ámbitos de la vida y, también, en lo futbolístico. A menudo, el estío fomenta la rumorología, los fichajes (reales o ficticios) y reactiva la ilusión (aunque sea momentánea). O, en el caso del Madrid, el calor trae galácticos. Así ha sido, casi siempre, desde que Florentino Pérez es presidente de la entidad. Y así será, con casi toda probabilidad, este año, con el interés puesto en dos jugadores: De Gea, que ha quedado en un segundo plano tras el buen final de temporada de Keylor Navas, y Mbappé, que gana enteros tras el posible adiós de Cristiano Ronaldo. Es decir, hoy por hoy, al que mejor le queda (por múltiples factores) el traje de galáctico es al francés. 

EDAD, TALENTO Y PEGADA

Sólo unos pocos lo conocían hace medio año. Mbappé, entonces, era tan solo un proyecto de futbolista, uno de tantos. Sin embargo, el francés, tras encontrar regularidad con el Mónaco, presentó las credenciales en Europa llevándolo a las semifinales de la Champions League. ¿Cómo? Jugando -y muy bien- al fútbol. El joven, de tan solo 18 años, lo tiene todo para marcar una época: regate, velocidad, toque, talento, desmarque y, sobre todo, pegada (ha jugado 44 partidos esta temporada y ha marcado 26 goles). Por eso mismo, el atacante es el objetivo de cualquier gran club europeo a día de hoy.

POSICIÓN Y CAPACIDAD PARA ADAPTARSE

En el Mónaco, esta temporada, ha jugado por el costado izquierdo y con un delantero centro puro como referencia (Falcao). Por eso mismo, al Madrid, en el caso de que Cristiano Ronaldo decidiese marcharse, le vendría como un guante: Mbappé podría ocupar la banda y Benzema la punta de ataque. No obstante, no sólo puede jugar ahí. Este curso también ha demostrado que puede ocupar otras demarcaciones en ataque y, dada su edad (tan solo 18 años) es maleable; es decir, todavía está en edad de aprender y de explotar todo su potencial, ya sea en su lugar habitual o en otro.

Mbappé celebra un gol junto a Falcao.

DESPARPAJO Y MÚLTIPLES DESTREZAS

Mbappé no es un delantero centro, pero tampoco es un extremo al uso. El francés combina ambas destrezas. Esta temporada ha marcado desde fuera del área -por lo tanto, tiene buen disparo-, desde dentro y de cabeza. Pero también tira diagonales, puede jugar a pierna cambiada para buscar el disparo y combinar en corto en la frontal. Además, tiene desparpajo: no se arruga ante defensas experimentados (como los del City o los de la Juventus) y tiene hambre. Él quiere ganar títulos, ¿y que mejor club que el Real Madrid en ese sentido?

PUEDE SER BARATO

Mbappé tiene dos opciones: quedarse en el Mónaco o salir. Y, en cualquiera de los dos casos, engordará su precio. El Madrid tiene en su mano hacerse con la joven promesa ahora y rentabilizar su fichaje durante años. Al fin y al cabo, el atacante tiene 18 años y, de fichar por el conjunto blanco, podría estar jugando en el Bernabéu durante más de una década (llegaría con 19). Es decir, a día de hoy -y cueste lo que cueste-, su fichaje sería más barato que dentro de unos años. Al francés le ocurriría, en el caso de que todo salga bien, lo que le ha ocurrido a Ronaldo. ¿O acaso alguien piensa ahora que los 90 millones gastados en el portugués en su día fueron mucho? Para nada. Sobre todo, si el club decide venderlo este verano por 180 millones de euros.

ES FRANCÉS

Puede parecer una nimiedad, pero su nacionalidad le favorece. Para un joven de 18 años (y que llegaría a Madrid con 19), encontrarse con un ambiente favorable (como el que hay ahora en el Real Madrid) y con un entrenador como Zidane, que habla su idioma, no es una tontería. 'Zizou', incluso, esta temporada, ya ha demostrado que sabe tratar con los jóvenes (como, por ejemplo, Asensio o Nacho) y que sabe sacarles partido. Eso sería esencial para Mbappé, que creció viendo al entrenador blanco ganando la Champions y que ahora podría ser su maestro.

Mbappé saluda a su afición. Reuters