Primero sonó Cristiano y después Mbappe. El PSG, con mucho dinero pero poco atractivo por la baja calidad de su Liga y continuos tropiezos en Europa, busca, cual lobo en celo, una estrella mundial en la que girar un proyecto explosivo. Ante las negativas del portugués y el francés, al jeque del equipo parisino se le encendió la bombilla: Neymar.
Varios medios brasileños aseguraron este martes que el PSG tenía ya cerrado el fichaje tras llegar a un acuerdo con el jugador previo pago de la cláusula, que asciende a los 222 millones de euros este verano.
Especificamos este verano porque en la última renovación de Neymar con el Barcelona (oficializada en octubre de 2016) se acordó que la cláusula de rescisión fuera ascendiendo a medida que pasaban los años. Hasta la temporada pasada, el brasileño costaba 200 millones de euros. Este curso, 222. A partir de 2018, 250 millones.
En caso de que fuera real, estaríamos ante el 'bombazo' del verano, ante un fichaje de época. Además de que sería el más caro, rompería con todo lo visto hasta ahora y dejaría al Barça muy tocado, porque el club catalán ha girado, junto a Messi, en torno a Neymar. Le han dado todos los caprichos y le han cuidado como una estrella. La huida sería una traición y un golpe en el corazón del Barcelona como institución.
Un golpe de muy difícil recuperación
La marcha de Neymar rompería la línea de explotación del Barcelona. El brasileño es el segundo emblema del club por detrás de Messi (supera a Suárez y los canteranos) y su imagen y tirón mediático es fundamental en la nueva estrategia publicitaria del club catalán. Neymar es más que un futbolista y en los actuales tiempos eso es casi tan importante como lo que se hace en los 90 minutos de un partido.
El golpe para el Barcelona sería tremendo porque perdería a una estrella de renombre y porque deja en evidencia el fracaso de su fichaje. Por mucho dinero que deje su venta (222 millones), por un lado es mucho mayor el coste social que propició su fichaje, por otro se iría un jugador clave en el estilo del club (el Barcelona actual solo vive de la MSN) y por uno último no habría futbolista a estas alturas de mercado que podría sustituir ese hueco.
La única posible estrella que se podría asemejar a Neymar sería Mbappe, actualmente en el Mónaco y principal deseo del Real Madrid. Si el Barcelona fichara a la joven perla francesa sí daría un golpe y mitigaría el shock por el adiós del brasileño debido a que se lo quita al máximo rival y porque estamos hablando del jugador llamado a dominar el fútbol en muy pocos años. Si no se consigue a Mbappe, no hay ningún futbolista en el mercado que pudiera llegar al nivel futbolístico y mediático de Neymar.
Otra de las razones de la gravedad de la salida de Neymar del Barcelona, aparte de la mencionada de los problemas judiciales que trajo y también dejaría, sería la de la demostración de la pérdida de "feeling" de los grandes jugadores con el Barça. Hace unos años la mayoría se peleaban por jugar en el Camp Nou. Ahora otros, como pueden ser los casos de Ceballos o Asensio (y tantos otros), prefieren ir a otros conjuntos, aún sin tener la seguridad de ser titular, que jugar en el Barcelona.
La marcha de Neymar dejaría al descubierto la pérdida de amor de jugadores por el Barcelona y eso que todavía sigue Messi, recién renovado. Neymar, al que siempre han catalogado desde el entorno culé como el perfecto acompañante de Leo, se alejaría en busca de ser el verdadero líder de un equipo.
Un fichaje entre el Camp Nou y la Audiencia Nacional
El fichaje de Neymar fue el más oscuro de la historia del fútbol. Primero, en la presentación del jugador, el Barça aseguró que había costado 57,1 millones de euros, 17,1 pagados al Santos y 40 a la sociedad del jugador. Unos años después bajó a 19,3 millones, una cifra surrealista que nunca nadie se creyó. Era imposible. Entre medias, unos 86,2 que salían de sumar todos los documentos del fichaje.
Además, la Fiscalía de la Audiencia Nacional, ya con el caso judicializado (un caso que arranca por una querella de un socio al no creerse las cifras oficiales), cifró el gasto del fichaje en 94,8 millones de euros, incluidos los 13,5 que el Barça tuvo que abonar a la Agencia Tributaria en 2014 como pago preventivo por si finalmente resultaba culpable.
En ninguno de estos casos estarían incluidas otras cláusulas, de obligado cumplimiento o que se han ido realizando, que ascienden el precio del fichaje: cuatro millones por un amistoso con el Santos, dos si Neymar era finalista del Balón de Oro (lo fue) y otras multas económicas.
Además de las cifras económicas, lo que provocó Neymar en Barcelona fue un terremoto judicial sin precedentes. Los dos presidentes, Rosell y Bartomeu, que coincidieron con el brasileño están imputados por este caso. El primero tuvo hasta que dimitir. El propio club, condenado al aceptar su culpabilidad. El coste de Neymar ha sido de tal envergadura que tendrán que pasar los años para analizarlo fríamente.
Un futbolista muy por debajo del nivel esperado
Y todo ese gasto económico y social por un gran jugador, una estrella en alza en aquel momento, que al final solo se le recuerda una memorable actuación en un partido verdaderamente relevante. Fue en la histórica remontada al PSG en marzo de este año en el que el Barça levantó un 4-0 en París con el recordado 6-1 en el Camp Nou. El problema fue lo que vino después.
Neymar, en vez de aprovechar su gran partido para seguir liderando al Barcelona en el campo, se 'borró' del siguiente encuentro, el de Liga en Riazor, para ir por tercer año consecutivo al cumpleaños de su hermana. La derrota ante el Deportivo acabó siendo clave para que el conjunto catalán perdiera el torneo y sacó a la luz las dos caras de Neymar, un futbolista que utilizaba exhibiciones futbolísticas para justificar su estatus de estrella en vez de para buscar repetirlas.
Comparado al principio con Gareth Bale por los fichajes millonarios de ambos y por un perfil muy similar en Barcelona y Madrid, el brasileño ha acabado ganando solo una Champions (por tres del galés) y por tener un perfil bastante inferior al del madridista, que tampoco es líder en su equipo pero que si apareció en muchos partidos en los que su club le necesitaba. En los cuatro años que llevan en España, la superioridad del Madrid ha sido clara y la BBC ha acabado siendo más fructífera que la MSN. Neymar no ha sido ni un 25% de lo que se esperaba y debía haber demostrado.
A falta de confirmación oficial, y con el Barcelona saliendo en tromba a negar todo, quedará esperar a ver si finalmente Neymar protagoniza el fichaje más sonado del verano y de muchos años. Sería un 'bombazo' a la altura del fichaje con el que comenzó el presente siglo y que cambió una época en el fútbol español: aquel de Figo en el que el Madrid dejó tocado para años al Barça.