Mbappé, el dueño del fútbol del futuro que nació con un Balón de Oro de Zidane
A falta de confirmación oficial, el francés, de tan solo 18 años, será jugador del Real Madrid por 180 millones (160+20), fichaje más caro de la historia. Tras un tramo final de temporada excepcional con el Mónaco, era el gran deseado del mercado. Los blancos apuntalan una plantilla de quilates.
26 julio, 2017 00:46Cuando Kylian Sanmi Mbappé Lottin nació un 20 de diciembre de 1998, su futuro nuevo entrenador (salvo hecatombe final), Zinedine Zidane, estaba a tan solo dos días de ganar el Balón de Oro, a la postre único (de esas cosas inexplicables del fútbol) del mejor jugador francés de todos los tiempos. El próximo fichaje del Real Madrid llegó al mundo en París, ciudad en la que cinco meses antes Francia había logrado, gracias al liderazgo de Zizou, su mayor éxito a nivel futbolístico: el Mundial que el propio país galo albergó.
A falta de confirmación oficial, y tal y como adelantó MARCA, aunque el Mónaco lo desmintió este miércoles, el Real Madrid tiene cerca a su nuevo galáctico, el primero desde 2013 (Gareth Bale), tiempos en los que el club blanco todavía tenía nueve Copas de Europa en sus vitrinas. El de Mbappé no es un fichaje cualquiera, ya que el joven francés (todavía con 18 años) es el traspaso más caro de la historia del fútbol: 160 millones de euros más 20 en objetivos. Es el fichaje del año, posiblemente de los últimos tiempos, y este movimiento el ejemplo más claro de los nuevos tiempos que han llegado al fútbol.
¿Es el Mbappé de 2017 mejor que el Cristiano de 2009 que costó 94 millones? No, pero el mercado ha cambiado y eso es clave para entender la actualidad de este deporte. En los últimos años, los fichajes se han encarecido de tal manera que es imposible comparar los fichajes de ahora con los de antes. Si por Pogba el United pagó 120 millones de euros, si Higuaín valió 90, si por Morata se ha pagado este mismo año 80, acaba siendo normal que el precio de Mbappé, jugador del momento y objetivo de cualquier grande de Europa, se elevara hasta la cifra conocida.
Una irrupción de época
Porque el francés fue el protagonista del último tramo de temporada y su irrupción llegó al fútbol como si de un ciclón se tratara. Su participación en la pasada Champions supuso conocer a un futbolista que, hasta hace un año, era un total desconocido para gran parte del público. 2017 ha sido su año y desde enero ha tenido un ascenso fulgurante.
Más que galáctico, ya que el francés no se asemeja a esa denominación que se dio a los Beckham, Ronaldo, Zidane o Figo de principios de siglo, Mbappé es un fichaje de relumbrón, el primero tras cuatro años de traspasos 'menores' (a excepción del de James en 2014). El hasta ahora futbolista del Mónaco mezcla juventud, una de las características de la plantilla del Real Madrid, y entorno mediático, siempre importante en un club que va más allá del fútbol.
Goleador más joven en la historia del Mónaco, Mbappé explotó en la última Champions, el mejor panorama posible, y en sus rondas finales, el momento de más exigencia. Con un solo gol y 25 minutos disputados en la primera fase de la competición europea, a inicios del presente año no era más que un futbolista joven con proyección pero muy lejos del foco mediático al que ya debe estar acostumbrado. Ahora ya es una gran estrella que no entiende de edad.
Mbappé se dio a conocer internacionalmente en la eliminatoria de octavos ante el Manchester City, con dos goles y unión perfecta con Falcao en la ida, y se confirmó, a la vez que seguía deslumbrando, en la de cuartos ante el Borussia Dortmund, con tres goles más (marcaría otro después ante la Juventus en semifinales) y un recital propio de un jugador de época.
Llamado a liderar el fútbol mundial en muy pocos años
Clave también en la consecución de la Liga por parte del Mónaco 17 años después, rompiendo con un dominio de cuatro años del PSG, equipo al que ha rechazado, Mbappé es el sucesor natural de Messi y Cristiano Ronaldo como mejor jugador del mundo. Si no se estropea, está llamado a liderar la nueva hornada del fútbol y, con ello, abrazar balones de oro como han hecho los últimos años el argentino y el portugués.
El fichaje de Mbappé es altísimo (el más caro de siempre), pero queda algo mitigado por el dinero que llegó al Real Madrid este mismo verano. Es, para simplificarlo, invertir lo que se ingresó, aunque todavía la balanza salga en negativo. Los blancos han vendido hace pocos días a Álvaro Morata por 80 millones, a Danilo por 30 (los mismos que costó), a Mariano por ocho...
La duda que quedará es si el francés será titular en un equipo con una excelente plantilla pero con overbooking en la parte ofensiva. Bale, Cristiano, Benzema y Mbappé. ¿El fin de la BBC? Los cuatro difícilmente puedan jugar juntos (por detrás están Isco, Asensio, Ceballos, Modric, Kroos, Lucas Vázquez...) por lo que el reto de Zidane es mayúsculo: debe, por segundo año consecutivo, mantener el espíritu competitivo, hacer ver a todos que no son ni titulares ni suplentes y que contarán en todo momento. Eso sí, los minutos pueden estar repartidos con las famosas rotaciones, pero no es lo mismo ni tiene su mismo valor jugar en el Coliseum Alfonso Pérez o en Montilivi que en el Camp Nou o en el Metropolitano.
Lo que es indudable es que Mbappé hace todavía más brillante una plantilla que parecía insuperable. Si con la del año pasado se consiguió el histórico doblete, con esta se debe aspirar al triplete. El reto del francés no es otro que enamorar a un exigente Bernabéu en el que debe trasladar su ilusionante progresión y demostrar que las expectativas creadas son reales. Mbappé, que por momentos pareció Ronaldo Nazario en alguna que otra jugada, es el futuro pero también es el presente. Por eso es una inversión menos arriesgada que otras.
Con la vitola de estrella mundial y con la esperanza de ser el dueño del fútbol mundial en muy pocos años, Mbappé, ese reconocido fan del Madrid y de Cristiano (son numerosas las instantáneas que tiene) que nació justo cuando se consagraba el que ahora será su entrenador, llega para lo que tanto pide Florentino Pérez: la excelencia. Con el francés se alcanza fuera del campo. Ahora deben exportarlo al césped.