Gareth Bale no jugará en Getafe (sábado, 16:15 horas). Tampoco lo hará en el decisivo duelo del próximo martes ante el Tottenham en el que estará en juego el primer puesto del grupo de Champions. Al galés aún le quedan unas tres semanas de recuperación y su baja, por la enésima lesión que sufrió, ya se ha notado: Gales está fuera del Mundial, condenada por la lesión de su máxima estrella, que ya obró un milagro llevando a un país irrelevante en el mundo del fútbol a semifinales de la pasada Eurocopa.
Bale está otra vez más en la enfermería. Es la decimoctava lesión que tiene en el Real Madrid (desde septiembre de 2013), algunas muy cortas y otras más largas. Con los seis partidos previstos que se pierda (Getafe, Eibar y Girona en Liga, Fuenlabrada en Copa y el doble duelo ante el Tottenham, su exequipo, en Champions), serán ya 72 encuentros los que el galés se haya perdido desde que fichó por el club blanco. Por ahora ha causado baja en 66.
La figura de Bale tiene dos caras en el Madrid. Cuando estuvo libre de molestias, fue un jugador determinante, clave en los éxitos. Así fue en su primer año, marcando los dos goles decisivos de las dos finales (Copa en Valencia y Champions en Lisboa) y también en la 2015/16, asumiendo el liderazgo de los blancos por la lesión de Cristiano, y llevando a Gales a un éxito sin precedentes. Pero, en cambio, cuando cayó lesionado, su nivel, cada vez que regresaba, bajaba, y tardaba mucho en recuperar el ritmo competitivo.
"Necesita tiempo, cuatro meses", explicaba Zidane sobre el inicio de temporada de Bale, algo flojo para lo que se esperaba. El técnico francés hacía referencia al tiempo que tardaría el galés en estar al máximo nivel. Cuatro meses, lo mismo que tardó en recuperarse de su última gran lesión (noviembre a febrero) y de la que posteriormente recayó por jugar el Clásico de Liga cuando no estaba recuperado. Ese tiempo se cumplía precisamente ahora, pero unas nuevas molestias (edema sin rotura fibrilar en el sóleo de la pierna izquierda) en el primer día de concentración con Gales rompió todo lo previsto.
"Es más fácil que se pueda lesionar"
"Bale me parece un grandísimo jugador. Es verdad que se lesiona bastante, pero también tiene una musculatura privilegiada, un tren inferior muy potente. Tiene mucha más exigencia a la hora de estiramientos y de cuidarse. Es más fácil que se pueda lesionar", explica Miguel Palencia, exjugador del Real Madrid, licenciado en Actividades Físicas del Deporte (INEF), entrenador personal y colaborador de Real Madrid Televisión.
"Puede tener miedo a lesionarse. Es un futbolista que todavía es joven y eso le puede pasar factura, el hecho de qué pensarán. Tener miedo por meter la pierna, por pegar un sprint, por jugar más partidos seguidos... Le puede faltar confianza en su cuerpo. Sabe que se lesiona mucho y creo que puede tener ese miedo de volver a lesionarse. Es más un tema de cabeza que a nivel de musculatura", añade Palencia.
El espejo de Robben
Ver al actual Gareth Bale lleva indudablemente a la mente de los madridistas el nombre de Robben. En el Real Madrid parece repetirse la historia. El holandés también llegó con vitola de gran jugador al Bernabéu (mucho menos, eso sí, que el galés) y acabó atrapado en una espiral de lesiones que frenaron su progresión y que le dejaron una imagen de fragilidad que después no repitió en Múnich.
A Robben le llamaban en Madrid 'el jugador de cristal', porque a la mínima se lesionaba. Y así es como se recuerda a Arjen entre los aficionados blancos. La verdad es que los datos enseñan a un jugador que, para ser una de las estrellas del momento, jugó poco, aunque fue de menos a más. En su primer año, la mitad, disputando 28 partidos (sólo diez completos) de 50 posibles. En el segundo y último, 35 de 48 posibles. Pasó de cinco goles y cinco asistencias en su primera temporada a ocho y nueve en la segunda.
Vendido en el verano de 2009 (tres años antes de que acabara su contrato), Robben se lesionó cuatro veces distintas en dos años con el Real Madrid y siete en total (en 14 meses) sumando las que sufrió con su selección. Su problema radicó en que alternó varias molestias aisladas que le impedían estar un largo tiempo totalmente sano. A la mínima que hacía un esfuerzo se rompía. Tuvo una media de una lesión cada cinco jornadas.
Comparación directa: datos de lesiones similares
Robben, que fue fichado ya con molestias que le hicieron perderse los primeros partidos de la 2007/08, estuvo fuera por lesiones relevantes (de más allá de uno o dos partidos de duración) 70 días repartidos en cuatro plazos: del 18 de octubre al 1 de noviembre de 2007, del 3 al 24 de marzo de 2008, del 6 al 20 de octubre de 2008 y del 6 al 27 de noviembre de 2008. En todos esos periodos se perdió 23 partidos.
Esta es una cifra menor que la de Bale en datos absolutos, pero no en la comparación directa. Gareth ha disputado 44 encuentros (de 60 posibles) en su primer año, 48 (de 56) en su segunda temporada, 31 (de 51) en la tercera y 27 (de 51) en la cuarta. En la presente, su quinta con el Real Madrid, lleva disputados nueve partidos de 12 posibles. Cabe señalar que los partidos que contamos no jugados pueden deberse a lesiones, pero también a sanciones o decisiones técnicas.
Si nos vamos a la comparación directa, Robben jugó el 64% de los partidos totales en su estancia en el Madrid y Bale, el 68%. Las cifras son muy similares. El holandés llegó a disputar 4.161 minutos mientras que el galés, sin contar los de la presente temporada, ha jugado 11.684 minutos. Esto supone una media de 42,4 minuto por partido de Arjen y de 53,5 de Gareth. Las dos cifras son bajas para jugadores de este nivel.
Eran, eso sí, etapas diferentes. La actual, en la que está Bale, es mucho más exigente, con más encuentros y con un mayor riesgo a lesionarse. La de hace una década, antes de la gran explosión de Messi y Cristiano en nuestra liga, eran temporadas más flojas, donde el Madrid caía en octavos de Champions y no había tanta competitividad.
"Diferencia futbolística sí que tienen, aunque son dos futbolistas top. A Bale le veo más potencial, es más rápido. Por ejemplo, ayuda bastante más a la hora de defender que Robben. A Bale lo que le falta es confianza en él mismo para poder olvidarse de las lesiones", explica Miguel Palencia. Ahí está la gran diferencia. Para entender las lesiones del galés, hay que saber el contexto psicológico que hay detrás.
Se prevé que Gareth Bale reaparezca en noviembre. Sería un éxito que pudiera jugar en Londres ante el Tottenham, uno de sus exequipos, el día 1. Unida a otras bajas que tiene el Real Madrid, los blancos asumen sin uno de sus jugadores más desequilibrantes un mes de octubre más light que otros (jugará cinco partidos y cuatro son en la Comunidad de Madrid). Al margen de la actual lesión, Bale tiene el fantasma de Robben sobre él. El holandés acabó yéndose. El galés peleará por no repetir camino.