Robert Moreno González (L'Hospitalet de Llobregat, 19 de septiembre de 1977) saltó a la fama hace poco más de cinco meses tras hacerse cargo de la Selección debido a la baja por motivos familiares de Luis Enrique. Aunque hasta entonces pocos conocían su nombre, este catalán hijo de un sevillano y una extremeña llevaba toda una vida dedicada al fútbol y el estudio de las tácticas y estrategias, siempre en un segundo plano pero con un papel cada vez más relevante.
Como tantos otros, Robert probó suerte en el fútbol siendo un niño. Aunque destacó en la competición escolar todo fue muy distinto a la hora de dar el salto al fútbol federado. Entre otros, jugó en la Penya Barcelonista Olivella, en La Florida (su colegio) o en el Tecla Sala de L'Hospitalet. Saltó de un club a otro hasta llegar a la Primera Regional. Con 25 años, y muchas malas experiencias, decidió dejarlo y centrarse en entrenar. Como él mismo reconoce "si hubiese tenido mejores entrenadores hubiera sido mejor jugador", eso le animó a centrarse en los banquillos.
El fútbol ha rodeado siempre su vida. Nació en la Maternidad, en Barcelona, al lado del Camp Nou y vivió en L'Hospitalet hasta que se fue a vivir a Castelldefels. Su padre fue entrenador y aunque de pequeño lo compatibilizó con la natación no tardó en decantarse por el balompié.
Incluso a su mujer la conoció gracias al fútbol. "Recuerdo una vez que había un Clásico Barça-Madrid y mis padres no estaban en casa. Unos amigos suyos me invitaron a verlo en su casa, diciéndome que habían invitado a otra familia que tenía una hija: les pedí que me enseñaran una foto... Al ver la foto decidí ir a la cena y desde aquel día hasta hoy”, bromea mientras explica como conoció a su mujer Lourdes.
Estudioso del fútbol
El ahora exseleccionador español es uno de esos genios autodidactas capaces de ver algo tan cotidiano como el fútbol desde un punto de vista totalmente diferente. En su juventud, siendo ya entrenador, tuvo la idea de especializarse en el análisis futbolístico a través de vídeo, algo que solo algunos grandes clubes de primer nivel hacían, para la que tuvo que invertir mucho tiempo y dinero. "Me compré mi cámara, mi ordenador, un proyector, hacía que mi mujer y mi padre grabaran los partidos...", asegura Moreno recordando aquella época de su vida.
En su intento por conocer todos los aspectos sobre las estrategia y la táctica en el fútbol, Robert, gran apasionado de la lectura, dedicó mucho tiempo a leer todo tipo de libros sobre fútbol, pero "eran muy anticuados". Aquella pasión por estudiar el fútbol hasta el último detalle acabaría convirtiéndose en su profesión y su aspecto más diferencial como analista futbolístico.
Su compromiso con la docencia y el fútbol le llevaría años después a publicar su propio libro 'Mi "Receta" Del 4-4-2', publicado en 2013 por una editorial creada por él mismo 'Futbol De Libro'. En las más de 270 páginas, Moreno disecciona uno de los esquemas futbolísticos más famoso. Como curiosidad, no eligió el 4-4-2 porque fuese su favorito ni del que más supiera. Sus equipos siempre han jugado con el 4-3-3 pero entendió que no podía descubrir los secretos del sistema que utilizaba en aquel momento junto al asturiano.
Luis Enrique le devuelve al fútbol
Tras darse cuenta de que no llegaría a ganarse la vida como futbolista, Robert se centró en llegar a ser un entrenador de primer nivel. Para ello trazó un meticuloso plan con dos opciones: comenzar la afanosa tarea de ir subiendo categorías o usar su trabajo como analista para llegar al fútbol profesional y una vez allí demostrar las capacidades que él tenía. Moreno optó por lo segundo.
El trabajo de analista en el fútbol amateur no es sencillo y no da para vivir. Por eso, y por consejo del padre de uno de sus jugadores en la Florida, buscó un trabajo fuera del fútbol, concretamente en una oficina bancaria de La Caixa, antes su carrera lejos de los terrenos de juego le había llevado hasta una gasolinera o una de los centros de El Corte Inglés.
La Caixa fue su último trabajo antes de comenzar a trabajar en el fútbol como profesional. En el verano de 2010, el día en que España disputaba la final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda, Robert recibió la llamada de Joan Barbará, miembro del staff de Luis Enrique en el filial del Barça, para advertirle que el técnico asturiano le llamaría para ofrecerle un puesto como analista en el equipo blaugrana. "Tras esa llamada y ver a España ganar el Mundial, apenas dormí", asegura Moreno.
Robert recibió la ansiada llamada mientras estaba trabajando en La Caixa. Tras levantarse de su puesto y buscar un lugar tranquilo comenzó una conversación con Luis Enrique que se alargaría más de 25 minutos. Tras aquella llamada, el asturiano aseguró que no necesitaba conocerle y que esperase la llamada del club para fichar por el Barça.
La decisión de fichar por el conjunto blaugrana para ser uno de los analistas de Luis Enrique le obligaba a dejar su puesto de trabajando pidiendo una excedencia voluntaria (con el riesgo a perder el trabajo dado que al ser voluntaria no se le reservaba el puesto). "No tuve ninguna duda, llevaba muchos años preparándome para un momento como aquel", explica Moreno recordando aquella crucial decisión que acabó tomando con el apoyo de su mujer.
En el lado opuesto, Carles Anducas, su jefe en La Caixa, le aconsejó que siguiera en el puesto y diera de lado el fútbol. EL ESPAÑOL ha podido hablar con él y define a Robert como "un chico estupendo". "Trabajador, responsable, ordenado y con las cosas muy claras", es la carta de presentación que hace del ya exseleccionador nacional. Una persona cercana, que no se olvida de los suyos.
Eso es algo que queda latente con lo que Carles Anducas dice de él: "He tenido muchos trabajadores, pero guardo el contacto con pocos, porque ya estoy jubilado, y él es uno de ellos. Es muy especial, muy serio y que además valora los pequeños detalles, las pequeñas cosas. Es una gran persona".
El que fuera su jefe en La Caixa recuerda cómo fue aquel momento en el que Luis Enrique le llamó para que formase parte de su staff en el Barça. "Yo le dije que bueno, que era un riesgo, que el futuro en el fútbol era muy incierto", comenta al tiempo que asegura que "podía haber llegado no solo a director de La Caixa, sino incluso más".
Robert Moreno siempre fue un enamorado del fútbol y así es como lo rememora Anducas: "Cuando hablábamos me lo decía, que le gustaba el fútbol, que le encantaba el fútbol. Miraba muchos partidos y yo le decía 'no pierdas tanto tiempo', él me decía 'sí me gusta, me gusta'". " Así que cuando le llamó Luis Enrique estaba muy contento, muy contento. Yo un poco fui el demonio que se pone en el hombro, se me iba uno de los mejores… Pero a él le ilusionaba tanto", comenta entre risas.
El Robert que dibuja es una persona cercana, trabajadora, especial... que lucha por sus sueños. Afirma que tienen "un buen feeling", pero que lo que más dice de él que "ha ido muy arriba, muy arriba. Uno cuando está arriba no se acuerda de los de abajo, pero él siempre mandaba mensajes, WhatsApps, nos llamaba… No le suelo molestar mucho porque tiene su trabajo, pero siempre seguimos en contacto y hablamos. Es muy bueno".
"Le deseo lo mejor a Robert. Ha hecho muy buena campaña en la selección española. Está muy bien preparado. Se ha preparado mucho para ser entrenador y llegar hasta ahí", asegura un Carles Andunas que tiene claro que "donde vaya en el futuro, seguro que tendrá mucho éxito".
Después de la aventura en el filial del Barça, Luis Enrique siguió confiando en él y se lo llevó a Roma. Tras un año de parón la aventura continuó en Vigo, Barcelona y la Selección. La relación entre 'Lucho' y él creció día a día y aunque comenzó como analista pronto acabaría ocupando el puesto de segundo entrenador. La confianza, la conexión entre ambos se notaban en sus largas reuniones hablando sobre fútbol, tácticas y estrategias.
Su momento más difícil
Robert Moreno salió del partido en El Carranza impulsado con la goleada contra Malta por 7-0. En menos de 72 horas saltó la noticia: Rubiales quería a Luis Enrique como seleccionador en la Eurocopa y tras el partido contra Rumanía, el último de la fase de clasificación, sería anunciada su destitución como seleccionador de España. El encuentro se produjo bajo el guion esperado, victoria cómoda, 'manita' incluida. Pero el bombazo llegó después. Robert canceló la tradicional rueda de prensa posterior al encuentro y el presidente de la RFEF citaba a los medios el martes en Las Rozas.
Fue así como el que era un secreto a voces se convirtió en realidad. Luis Rubiales confirmó que el asturiano volvió al banquillo de la Selección, al mismo tiempo que acusaba a Robert Moreno de haber forzado su salida del combinado nacional. Sin embargo, la rueda de prensa del dirigente de la Federación estuvo llena de frases polémicas como "no es lo mismo Luis Enrique entrenador que Robert Moreno entrenador". Una forma de empañar el trabajo y dedicación del catalán, quien acudió al rescate para que el cambio no fuese traumático en su día.
Lo cierto es que la imagen de Robert saliendo solo del Wanda Metropolitano, cabizbajo, después de haberse disparado de los jugadores que le han acompañado y respaldado durante esta etapa, a quienes dijo adiós entre lágrimas, deja 'tocado' ese discurso de Rubiales, quien pese a hablar con Luis Enrique respaldaba a un Robert Moreno que pensó que iba a ser el míster en la Eurocopa por este motivo.
Robert Moreno se va, o más bien le echan, pero siempre quedará para el recuerdo un consejo al que ahora se debe aferrar: "Creo que es muy importante para la gente joven el saber que si tienes una pasión es importante seguirla. Porque pueden pasar dos cosas, que cumplas tus sueños o que al menos tengas la conciencia tranquila por haberlo intentado".
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