El Barça, al límite del caos: de la ruptura del vestuario a la falta de planificación
La derrota con el Atlético, las lesiones y la tensión por la negociación de la rebaja salarial han decretado el estado de máxima alerta en el Barça.
23 noviembre, 2020 23:15Noticias relacionadas
Vuelve la Champions League para el Barça y parece que encuentra un reducto de tranquilidad, un oasis en medio del duro desierto por el que peregrinan esta temporada. Ronald Koeman llegó este verano con el objetivo de servir de guía en esta situación incierta en la que se mueve la entidad en lo que llega una nueva Junta Directiva y se resuelve el 'Caso Messi' que todavía colea. Esto, como se preveía, está afectando a una plantilla que no termina de arrancar en Liga y que, encima, se ve mermada por los problemas físicos.
Las alarmas llevan sonando varios meses en el Camp Nou, pero la derrota ante el Atlético de Madrid y las situaciones que han derivado de ese encuentro han llevado el ambiente a superar un nuevo límite. Sería injusto solo señalar a Koeman como responsable de los últimos resultados en el campeonato nacional; aunque sumar solo ocho puntos desde que comenzó el mes de octubre es más que preocupante con una plantilla que tiene nombres como los de Messi, Piqué, Busquets, Jordi Alba, Ter Stegen o Griezmann.
Pero la realidad también señala que la presión física a la que están sometidos esta temporada ha mermado mucho al equipo. De estos que se han señalado, Gerard Piqué salió de ese último partido entre lágrimas. Cabe la posibilidad de que esté toda la temporada fuera de los terrenos de juego tras ese esguince en el ligamento lateral interno y la lesión en el cruzado anterior. La temporada podría estar completamente condicionada con la pérdida de uno de los lideres del equipo.
Esto se ha unido a los dos meses que estará fuera de juego Sergi Roberto, a un Busquets que se recupera aún de su lesión con la Selección, los dos centrales suplentes que también habían sufrido problemas físicos, aunque la situación de Samuel Umtiti ya es una tónica, y, sobre todo, a la baja de larga duración de Ansu Fati. El canterano era el elemento que mantenía la ilusión en la afición culé. Sin él, han vuelto todos los fantasmas de la polémica.
El equipo ya está a doce puntos del liderato, aunque tenga dos partidos menos, y sigue hundiéndose en la tabla. Solo salva la situación esta excepcionalidad que ha provocado que las cosas en la Champions League están yendo rodadas. A Koeman le crecen los enanos en el circo particular que es este Barça sin cabeza institucional a la espera de que lleguen las elecciones de enero. Los candidatos siguen pidiendo que se adelante la fecha, pero todo hace indicar que hasta finales de ese mes no habrá un nuevo presidente que enderece la situación.
Vestuario roto
El rendimiento del equipo sirve como ejemplo para ver que el vestuario no tiene una unión como la de una piña habitual. Los azulgranas se vieron completamente superados este sábado y la sensación es que esos pasos adelante que se había dado en los partidos de Champions y contra el Betis antes del parón fueron oasis que desaparecieron rápidamente. Sin continuidad en el juego, y aún menos en los resultados, es difícil enganchar al aficionado.
Las renovaciones para ayudar al club, unas negociaciones con la dirección deportiva que no fructifican y la situación excepcional de Messi tienen a los jugadores cada uno haciendo la guerra por su cuenta. Este miércoles se volverá a debatir qué decisión se toma con respecto a esa rebaja salarial que la entidad necesita para cuadrar las cuentas. Esto debía haberse dado este lunes, pero, finalmente, y como ya viene siendo la tónica, se ha aplazado un par de días más.
El argentino, además, ya no resuelve partidos y esto ha embarrado aún más la crítica del aficionado justo después de la polémica con Griezmann. Las declaraciones del entorno del jugador francés sobre la supuesta "tiranía" del capitán culé estallaron cuando Messi llegó a Barcelona del parón. "Estoy cansado de ser el problema de todo en el club", decía el '10'. Mientras, los rumores sobre la posible salida al Manchester City parecen encallarse a pesar de la renovación de Pep Guardiola.
Falta de planificación
Estos problemas futbolísticos también encuentran su razón de ser en una pésima planificación deportiva por parte de la última Junta que ha explotado con los problemas físicos. La falta de un central en la plantilla se pudo solucionar si hubieran hecho un esfuerzo por Eric García. Afectados por esa falta de liquidez en las cuentas, no llegaron a la cantidad que pedía el Manchester City y se resignaron con Ronald Araujo y un Umtiti que tenía incluso el cartel de transferible.
Es por lo que este acuerdo con los jugadores es tan importante. Sin que resuelvan la bajada de salario o pacten un aplazamiento de pagos, no podrán ir al mercado invernal para tratar de reconducir la situación. El plan es ir a por el central que fue canterano y, quizá, hacer una tentativa por Memphis Depay, una promesa que le hicieron a Ronald Koeman. En algunas ruedas de prensa, el neerlandés ha dejado caer que sigue interesado.
La sensación además es que las últimas incorporaciones no han servido para paliar los problemas que tenía el equipo. Este verano llegó un Miralem Pjanic que no ha demostrado tener nivel para relevar a un Sergio Busquets venido abajo. Sergiño Dest tendrá aún que poner más en liza para ganarse a la afición culé, aunque su proyección invita a ser optimista. El único que parece funcionar es un Pedri González al que también le pasa factura la inexperiencia cuando tiene que tomar todas las responsabilidades. Aunque tiene peso en la plantilla, hasta el punto de salir a hablar tras un mal resultado.
Por su parte, el regreso de Coutinho fue muy satisfactorio en principio, pero se ha ido diluyendo con problemas físicos. Sin salir del centro del campo, Aleñá, que también volvía este año, está pasando sin pena ni gloria como un Riqui Puig que fue la alternativa la temporada pasada y ha pasado al ostracismo. No quiso salir cedido y lo está notando. Otra incorporación fue la de Matheus Fernandes, que no ha sido ni presentado. Aunque estará este martes en Ucrania.
Koeman ha tomado un gran riesgo al tomarse el partido frente al Dinamo como una oportunidad para dar descansos. Será una prueba para algunos jugadores señalados tras sus últimas actuaciones como Griezmann, Dembélé o Ter Stegen, que al final fue el que falló ante el Atlético de Madrid en el único gol del encuentro. Hay necesidad de despejar dudas este martes, aunque los jugadores también tienen en la cabeza lo que pueda suceder este miércoles con esa decisión sobre los salarios.
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