El coche calcinado de José Antonio Reyes.

El coche calcinado de José Antonio Reyes.

Fútbol

Cómo fue el accidente mortal de José Antonio Reyes: a 187 km/h en su Mercedes S550 modificado

El futbolista andaluz perdió el control de su automóvil en el momento en el que estalló una rueda circulando a alta velocidad.

1 junio, 2024 09:04

Hace un lustro que el mundo del fútbol y sobre todo su familia perdieron a José Antonio Reyes (Utrera, 1 de septiembre de 1983). El jugador falleció el 1 de junio de 2019 a los 35 años en un trágico accidente de tráfico que causó una gran conmoción y en el que también murió uno de sus dos primos que viajaban con él en el coche, Jonathan Reyes.

El futbolista jugaba en ese momento en el Extremadura UD, club que terminó desapareciendo pocos años después, en Segunda División. Aquel día regresaba a casa desde Almendralejo hasta Utrera, su localidad natal, pero una rueda del vehículo estalló y provocó el fatal desenlace. Un coche, por cierto, modificado y mejorado para poder pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en apenas 4,2 segundos.

Los informes de la Guardia Civil revelaron que por entonces José Antonio Reyes conducía su Mercedes a una velocidad de 187 kilómetros por hora. La ausencia de un quitamiedos justo en el lugar en el que el coche salió de la calzada contribuyó a las devastadoras consecuencias, y la causa penal abierta contra el jugador terminó siendo archivada por el Juzgado de Instrucción de Alcalá de Guadaira.

José Antonio Reyes celebra una Europa League con el Sevilla.

José Antonio Reyes celebra una Europa League con el Sevilla. Efe

De camino a casa

Corrían las 11:40 horas del 1 de junio de 2019. Aquel sábado José Antonio Reyes regresaba de vuelta a su casa en Utrera desde Almendralejo (Badajoz) cuando sufrió un accidente de tráfico que terminó con su vida y con la de uno de sus primos.

El futbolista andaluz conducía un Mercedes de gama alta por la autovía A-376, la que precisamente une Almendralejo con Utrera, pero al paso por el término municipal de Alcalá de Guadaira en el kilómetro 17 perdió el control del vehículo y terminó fuera de la carretera. 

Con el jugador viajaban dos primos suyos. Uno de ellos, Jonathan Reyes, también falleció en el accidente, mientras que el otro, Juan Manuel Calderón, sufrió unas graves heridas y quemaduras. El coche terminó completamente calcinado y con la estructura destrozada debido al impacto a alta velocidad. 

El desencadenante de este accidente de tráfico fue un reventón de rueda. No fue un despiste por parte del andaluz, como se especuló en un inicio, sino que el estallido del neumático hizo que el jugador perdiera el control del automóvil y terminara fuera de la calzada.

El informe entregado por la Guardia Civil tras las investigaciones sobre el terreno arrojaron que José Antonio Reyes conducía el coche a una velocidad de 187 kilómetros por hora, es decir, que rebasaba considerablemente el límite de 120 kilómetros por hora que tenía aquel tramo. El exceso de velocidad no fue, sin embargo, el detonante del accidente. 

Los tres motivos

Los especialistas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil estudiaron durante tiempo el accidente. No sólo sobre el terreno, sino que también conocieron que al automóvil del siniestro precisamente le habían cambiado las ruedas unos pocos días atrás en el taller. 

Las investigaciones arrojaron tres elementos clave a tener en cuenta en este trágico hecho. El primero de ellos fue la velocidad. Los 187 kilómetros por hora a los que circulaba el Mercedes de José Antonio Reyes influyó en la gravedad de las consecuencias, pero no fue la principal causa.

Los informes también apuntaron al estado de la llanta de la rueda como motivo del reventón. En el escrito, la Guardia Civil comentó que la llanta se encontraba "mordida" y que por lo tanto el neumático se sobrecalentó para terminar estallando en pleno viaje. Reyes, no obstante, había llevado al coche al taller recientemente y allí le habían cambiado las ruedas. 

El tercer elemento que señaló el informe fue el entorno en el que se produjo el accidente. Justo en el lugar en el que el coche se salió de la calzada no existía una barrera quitamiedos, algo que habría ayudado a reducir la velocidad del vehículo antes de terminar fuera del asfalto. Los cálculos hablan de que si la rueda hubiera reventado un segundo después, el automóvil sí que se habría encontrado la barrera que había unos metros más adelante.