En San Paolo, estadio mítico donde los haya aunque sólo fuera por los malabares de Diego Armando Maradona con una pelota de papel de plata, caben 60.000 aficionados. Sin embargo, cuatro horas del inicio del encuentro ante el Real Madrid, hasta 20.000 tifosi del Nápoles abarrotan una grada en la que se reparten esquelas del conjunto blanco. La vuelta de los octavos de final sería un infierno, pero era difícil imaginar cuánto.
Presumía Zidane en la rueda de prensa previa al encuentro que recordaba su paso como jugador por San Paolo cuando vestía la camiseta de la Juventus de Turín. sin embargo, probablemente nunca encontró un escenario tan adverso como el que sus jugadores tendrán que afrontar esta noche después del 3-1 de la ida en el Santiago Bernabéu.
Los últimos resultados del equipo donde militan Pepe Reina, Raúl Albiol y José María Callejón, victoria incluida ante la Roma de Francesco Totti en la última jornada de Liga invitan al optimismo a los tifosi y a los propios jugadores de Mazzari, que piensa en "tocarle los cojones" al conjunto blanco.
Una idea que más de un centenar de aficionados llevaros a cabo durante la noche previa al encuentro, pues se desplazaron hasta las inmediaciones del hotel donde se aloja el conjunto blanco y con cacerolas y con los claxon de sus vehículos intentaron (y probablemente consiguieron) impedir el descanso de los jugadores del conjunto blanco.
Pero lo más llamativo de todo ha sido las esquelas que los aficionados del Nápoles han repartido en los alrededores del estadio San Paolo en la previa del encuentro. Esquelas en las que se anuncia "con satisfacción y gloria" el fallecimiento del Real Madrid en el estadio de San Paolo.