El Barcelona se asoma este miércoles (20:45 horas) a otro de esos días en los que el fútbol puede ser mucho más que 22 hombres corriendo detrás de una pelota. Este deporte es el que mejor aúna sentimientos y pasiones, y el encuentro en el Camp Nou aglutina mucho más que un simple partido de cuartos de Champions League.

La Juventus de Turín llega a la Ciudad Condal con el miedo del pasado, el que protagonizó el PSG en una situación muy similar. Es imposible no recordar aquella histórica remontada del 8 de marzo y más cuando el partido vuelve a llegar con un resultado tan difícil de superar (3-0 en la ida).

Para que se repita la hazaña y el Barcelona pueda estar el viernes en el sorteo de semifinales se tienen que dar muchísimos factores, algunos a donde llega el equipo de Luis Enrique y otros donde poca capacidad de elección tiene.

La figura de Neymar

El brasileño fue el indiscutible líder en la remontada ante el PSG, pero desde entonces se ha diluido por sus propios errores. Al margen de la expulsión en Málaga, que le hace perderse el Clásico, la actitud de Neymar no ha sido la más correcta tras aquel 6-1. En vez de utilizar aquella gran actuación como un avance en su carrera y de ser el primer paso para asumir el liderazgo del Barça, se borró tres días después y prefirió irse a la fiesta de cumpleaños de su hermana y no a jugar a Riazor.

Las decisiones arbitrales

Atribuir únicamente al árbitro la clasificación del Barcelona a estos cuartos de final sería tan injusto como ocultar que la actuación del colegiado Aytekin fue decisiva. Para conseguir una remontada de este tipo se necesita tener todos los factores a favor y uno de ellos es el arbitraje. Es indudable que si Aytekin hubiera acertado en sus decisiones en el Barça - PSG, el club catalán no estaría jugando este partido ante la Juventus.

El árbitro Aytekin en el partido Barcelona - PSG. EFE

Esta vez el que pita es Björn Kuipers que, a diferencia de Aytekin, es un colegiado respetado y experimentado en estos partidos. Uno de los árbitros en los que más confía Pierluigi Collina (el encargado de elegir los colegiados en Europa), pitó la final de Champions de 2014 y también al Barça en unos cuartos de 2012 ante el Milan en el que les pitó dos penaltis, uno de ello sin que el balón todavía estuviera en juego. 

Busquets

No estuvo en la ida y el Barça acabó derruido en el centro del campo. En general, fue superado en todas las líneas, pero la figura de Busquets compacta el equipo, le mantiene en igualdad de condiciones y da mucha más seguridad al Barcelona. El de Badia del Vallès no es que deba ser la figura clave, ya que el equipo de Luis Enrique necesita salir al ataque, pero también es imprescindible mantener el orden cuando la Juventus pueda querer poner la locura como ritmo del encuentro.

Messi, ahora o ¿nunca?

Con la renovación todavía pendiente, el anuncio de que el argentino continuará en Barcelona podrá tener un sabor más amargo del esperado si es que Messi no irrumpe como se le pide ante la Juventus. No lo hizo en el partido de ida y tampoco en toda la eliminatoria ante el PSG. Y mucho menos en los días en los que el Barça se dejó puntos en Liga: Betis, Deportivo, Málaga...

Pero Messi es eso, Messi. El jugador más predecible e impredecible a la vez, el que ya ha demostrado con creces que lidera a un equipo que vive por y para él. Resulta difícil pensar que el Barcelona puede conseguir otra remontada de este tipo sin la aparición de Messi. Ya pasó una vez. Dos serían muchas.

Sin Mathieu y André Gomes

Luis Enrique ha confiado en ellos, especialmente en el portugués, al que ha dado mil y una oportunidades, pero ha llegado la hora de ver lo que hay y no caer en errores. Tanto Mathieu como André Gomes han restado al Barcelona y su presencia en el campo comienza a irritar a todo el que ve un partido.

En su lugar, Iniesta debe ser figura fundamental. Experimentado ya en muchas batallas, el capitán del Barça, aunque no esté al 100%, siempre aportará mucho más que André Gomes. Puede hacer cualquier acción aislada que cambie un partido y su conexión con la MSN se antoja como vital para obrar el milagro. 

Mathieu en el partido ante la Juventus. ALESSANDRO DI MARCO Agencia EFE

Más atrás, el desaparecido Jordi Alba podría dar la velocidad que en muchos momentos del encuentro, sobre todo al principio, necesitará el Barcelona. Si saca un 3-4-3, el lateral azulgrana podría ir al centro del campo, ya que parece que Luis Enrique no tocará a los tres de atrás: Piqué, Mascherano y Umtiti. 

Sobreponerse a un gol en contra

"Nuestro objetivo es hacer cinco goles", dijo Luis Enrique sin ningún tipo de duda, aunque con algo de incoherencia. "Después del 1-0, el Camp Nou hace el 2-0 y el 3-0 cae solo", comentó después el entrenador asturiano. Cuenta entonces el técnico azulgrana con ponerse 3-0, pero con una Juventus que llevará el partido al 3-1. Habría que marcar dos más.

Luis Enrique en rueda de prensa. EFE

Sea la situación que sea, tanto si marca la Juventus al principio o lo hace con 3-0, el Barcelona debe tener paciencia. No le conviene que se rompa el partido y, como mínimo, sería importante que una vez ya avanzado el encuentro esté a dos, y no tres, goles del pase como máximo. Después pueden ocurrir cosas rarísimas, como marcar tres goles en siete minutos.

Un ambiente como contra el PSG

Nada más acabar el partido en Italia, Luis Enrique explicó que "esta vez creía menos en la remontada". El golpe fue igual de duro que el de París, pero tras ese 4-0 en el Parque de los Príncipes hubo tres semanas para creer en la remontada. Se forjó la idea de que era posible. Luis Enrique renunció a continuar en el banquillo. Durante varios días jugadores y afición se unieron con la idea de que se podía. Se goleó al Celta y el Sporting con resultados que valían también ante el PSG.

La cosa ahora es diferente. Entre el partido de ida y de vuelta ante la Juventus ha pasado solo una semana, tiempo insuficiente para formar un ambiente como ante el PSG. Tampoco ha habido ninguna conjura ni una noticia que alterara el día a día del club. A la Real Sociedad se la ganó por la mínima y con mucho sufrimiento. Y la Juve, además, no es equipo francés sino italiano, maestros de defenderse en todo tipo de situaciones.

Ambiente de gala habrá en el Camp Nou, por supuesto. Se formará un gran mosaico en el que se leerá 'More than a club'. El himno se cantará a capela. Después, una vez que el balón eche a rodar, el Barcelona buscará otra remontada histórica, la segunda en apenas mes y medio. El fútbol es inverosímil, pero también tiene límites. Este miércoles se sabrá hasta qué punto la leyenda de este deporte se ha construido ya. 

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