No es fácil separarse de los estereotipos. Si pensamos en el partido del sábado las etiquetas de equipo defensivo para esta Juventus o aquello de la pegada del Madrid nos dibujan un panorama bastante alejado de la realidad. Cuando Allegri opta a alinear a Bonucci, Chiellini y Barzagli no es que firme el empate ni que renuncie al ataque (menos aún con Dybala y Alves a los mandos).
En los merengues la terna ofensiva también acapara los focos aunque Bale no llegue bien. Ese choque entre defensa juventina y ataque blanco se presenta como el mayor atractivo para una final mucho más igualada de lo que parece, pero ¿cuál de las dos BBC es más influyente a día de hoy? ¿Cómo condicionan al resto del equipo y cómo se les puede suplir?
La sociedad continúa
Cómo no se van a compenetrar bien si deben estar hartos de verse. Barzagli, Bonucci y Chiellini se ganaron por méritos propios defender a la Juventus y a la azzurra sin discusión. Entienden perfectamente qué hace cada uno, cómo y desde dónde. Y da igual que este año no haya sido la opción principal de Allegri, cuando saltan al campo juntos no notan el paso del tiempo.
El cambio de estilo hacia un juego más de banda y el bajón físico de Barzagli hicieron del 4-2-3-1 la primera opción, tanto que la lección al Barcelona fue sin la BBC. Pero la eliminatoria contra el Mónaco sirvió de paso perfecto para la final contra el Madrid. Volvió Barzagli, aunque de lateral adelantando a Dani Alves y dejando que el brasileño y Dybala se junten más arriba teniéndole seguro a sus espaldas. No es la alternativa que más dinamismo les dé pero sí la que más sustos evita. Contra el ataque madridista vendrá muy bien un hombre extra que evite que Cristiano consiga situaciones de remate y que los laterales se filtren.
Pese a no haber estado juntos toda la temporada, los datos muestran que la BBC atrás sigue funcionando: en 7 de los 13 partidos que han disputado Barzagli, Bonnuci y Chiellini juntos han mantenido la puerta a cero. Y, más allá de la seguridad atrás, alinearles da más opciones con balón para evitar una presión en la salida –donde la Juventus podía verse más limitada-.
Para entender la magnitud de estos tres centrales basta con leer la entrevista de Bonucci a El País donde reconocía sin temor alguno que eran la MSN de las defensas. De hecho el Barcelona no puedo perforar la red de Buffon en 180 minutos. Esa es otra, las pocas veces que alguien consigue superarles tiene que derrotar a un tal Buffon. Además el meta, que ya no está tan ágil para salir a achicar o pelear centros, se beneficia cuando Barzagli se incorpora al once. Pero con balón también aportan, en especial con Bonucci que es el jugador que más pases da en Champions en esta Juventus.
Si das libertad Bonucci intentará por dentro, si tapas bien esa zona esta Juventus sale con mucha facilidad por el costado de Alves y si no puede encontrará el balón largo donde Bonucci funciona de quarterback y la cabeza de Mandzukic conseguirá el balón. Aunque no hayan jugado tanto como otros años, la BBC de Allegri sigue funcionando e influyendo.
Un Real Madrid acostumbrado a brillar sin la BBC
El camino de Gareth Bale en Madrid está siendo tortuoso. No por una cuestión de nivel que, pese a las críticas ha conseguido ser importante en las dos últimas Champions conseguidas por Zidane, sino por temas físicos y sus consecuencias. El galés no consigue tener continuidad y la amplitud de plantilla del Real Madrid no permite descansos. La gestión de Gareth es cómica: fuerza para llegar, no está al 100%, se rompe, vuelta a la enfermería, vuelve a forzar. Y cuando consigue encadenar unos cuantos partidos se muestra falto de ritmo como no podría ser de otra forma.
Gareth Bale es un jugador fantástico que además equilibra a la perfección a Cristiano y Benzema pero, si no está al mejor nivel, el banquillo da garantías para no forzar. De hecho, la BBC madridista ha estado casi inédita este año coincidiendo en 19 partidos en todo el curso. Por eso vemos como se ha acostumbrado el equipo a jugar sin la BBC:
La alternativa en las últimas semanas es la presencia de Isco que aporta menos amplitud, menos capacidad para guardar la posición pero la movilidad necesaria para desarbolar a una Juventus sólida en campo propio. El malagueño con su ritmo atrevido y sus ganas por combinar han dado oxígeno a la dupla Cristiano-Benzema que anotaba pero no estaba puesta a punto. Isco debe ser el complemento si Bale no está al 100% -como ya ha reconocido- precisamente como elemento de combinar y desbordar por dentro que tanta falta le hace al Real Madrid de Zidane.
Si observamos las cifras de regates exitosos cada 90 minutos (en Liga y Champions) de la BBC y sus suplentes, nos deja muy claro que Isco tiene la obligación de agitar a los de Allegri y convertirse el elemento que demuestre que el doble pivote Pjanic-Khedira tiene sus problemas obligando a ajustar a la defensa italiana y hacerles dar dos pasos al frente.
La amenaza de un viejo conocido: Dani Alves
Seguro que Marcelo y Ramos pueden contar esto mucho mejor que nadie, pero el Real Madrid lo ha pasado muy mal con Dani Alves de rival. El brasileño fue el que mejor entendió a Messi y al que tenemos que agradecer lo mucho que ha ganado en protagonismo Dybala. De hecho el exculé de 34 años es el jugador que más ocasiones de gol crea por partido en la Juventus (3 ocasiones cada 90 minutos), el tercer hombre del equipo que más pases da (superado por Bonucci y Barzagli) y el que mejor ratio de conversión de tiros a puerta (23%).
No es tan explosivo pero su trato de balón, su lectura de juego y, pese a la edad, sus arrancadas –menos frecuentes pero más oportunas- le convierten en uno de los focos que más quebraderos de cabeza pueden dar a Zidane. Por eso Allegri prefiere que Barzagli se ponga de lateral derecho sin subir y Alves tenga libertad para hacer, deshacer e intentar, sobre todo intentar. Si a eso le sumamos las subidas de Alex Sandro –más explosivo- por izquierda y a Dybala merodeando la frontal será muy difícil que Casemiro pueda con todo. Alves ha cambiado a esta Juventus que ahora tiene en la derecha su costado favorito y en la asociación del brasileño con Dybala su mejor argumento para levantar la orejona.
El Real Madrid tiene esa puntualidad que nadie más posee en la máxima competición europea y ello, encarnado en Cristiano Ronaldo, supone un respeto sin igual para una noche grande. La sensación es que la Juventus de Allegri es un equipo mucho más trabajado, sin esa capacidad para decidir, pero con muchas más alternativas para hacer daño y un técnico más capacitado para cambiar el plan antes de que las cosas vayan más.
Aún así, sólo hay un equipo con 11 Copas de Europa y eso en una final puede pesar más que cualquier jugador. En especial con este Madrid de Zidane que se autoconvence más de su grandeza cuando peor pintan las cosas.
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