El reloj pasaba ya de las 23:30 horas en Barcelona. Arda Turan coge un balón en la frontal del área, ve a Rafinha que corre por la banda derecha y le pasa el balón. El brasileño centra, tiene la suerte de que golpea en un defensa del Hércules y se eleva, sale bombeado. El esférico llega a Paco Alcácer. Dentro del área pequeña, en su zona central, a dos metros de la portería, con el portero ya vendido y en fuera de juego, marca el delantero. ¡Gol de Alcácer! El valenciano mira al cielo y levanta su brazo en un gesto de rabia, como diciendo "¡vaya peso me he quitado de encima!". Había marcado Alcácer, su primer gol oficial como azulgrana, después de 15 partidos. Costó 30 millones de euros en verano. [Narración y estadísticas: Barcelona 7-0 Hércules]
Digamos que ya por eso el día fue feliz para Alcácer, aunque para eso habría que esconder del resumen un cabezazo que falló minutos después que cualquier delantero centro de nivel debe marcar. Pero no era un día para sacar lo malo de Paco, que por fin marcó y se fue con esa sensación, la de marcar gol, que no experimentaba desde casi ocho meses (7 meses y 28 días). Ese gol fue uno de los siete que el Barça marcó ante un Hércules que dio dos caras, una primera de equipo serio, que incluso se vino arriba con algún que otro susto, y después la de equipo flojo, superado totalmente y casi diciendo con sus movimientos que quería encajar más goles.
El 7-0 es demasiado castigo para los alicantinos, ya que prácticamente todo vino de golpe, en la segunda parte. Antes, en la primera media hora de juego, hasta había pedido un penalti de Mascherano sobre Chechu que no era, pero que dejó en claro el mal momento del central argentino, superado en carrera hasta por un jugador de Segunda B. Tuvo que otro amago de peligro el Hércules, que ya en el partido de ida había sorprendido con alguna buena jugada. Pero ahí se quedó el intento. Un mal remate de Rafinha, al que se le quedó mordido el balón, propició que Digne marcara ya que el francés había subido al área aprovechando el partido que era. Marcó el francés el 1-0 del Barcelona en el 37'. A partir de ahí fue todo fácil, de gol en gol.
El segundo, de penalti claro sobre Arda. Lo marcó Rakitic. Ya en la segunda parte, el tercero con un buen disparo, raso, de Rafinha. El cuarto, de Arda Turan, con un portentoso cabezazo como si fuera un gran 9 a pase de Aleix Vidal, que ha quedado para estos partidos de Copa ante el cada vez menor papel que le da Luis Enrique. El quinto fue el mencionado de Alcácer. El sexto, también de Arda Turan, que cogió el rechace de un importante fallo de Alcácer en un cabezazo para endulzar su partido. Todavía le quedaba otro, el séptimo, que acabó siendo el mejor al poner en la escuadra el balón tras un bonito disparo con rosca. 7-0. Fue todo muy fácil.
El Barça, lógicamente, no puede sacar ninguna conclusión de este 'bolo'. Dio un susto en la ida, pero la segunda parte en el Camp Nou le valió para machacar al Hércules. Lo que hace ya es esperar rival para octavos, donde le puede tocar cualquiera, ya que es puro. Antes, este miércoles, cerró el 2016 con una fácil goleada. Un 2016 en el que ganó tres títulos (Liga, Copa y Supercopa de España) pero que tras los éxitos internacionales de su máximo rival y la actual situación en Liga no deja con tanta felicidad en el entorno culé.
En Copa, el Barça se lo tomó, en lo que a goleadores se refiere, a chiste el partido ante el Hércules: un francés, un croata, un turco, un brasileño... ¡y hasta Alcácer! Ahora ya solo queda que renueve un argentino y todos tan contentos.
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