No será recordada, por ahora, esta Eurocopa como el torneo en el que se exhibió un fútbol de quilates. Tampoco como en la que hubo grandes partidos, de esos que levantan pasiones. Pero si el resumen por ahora es alguno es el de la desmitificación de las favoritas. Todas sufrieron y algunas se dejaron puntos por el camino. Fue esta vez el caso de Alemania. [Narración y estadísticas: Alemania 0-0 Polonia]
No fue el de Saint-Denis el típico empate a cero aburrido, sin ocasiones y para olvidar. El partido tuvo bastantes ocasiones, idas y vueltas entre ambos, pero le faltó acierto. Alemania y Polonia lo dejaron todo para la segunda mitad, como si estuviera escrito un pacto de no agresión en los primeros 45 minutos. Eso acabó tras el descanso.
A los 20 segundos del segundo tiempo, Polonia tuvo la más clara de todo el partido, una jugada inexplicable que se quedara sin gol. Fue un centro de Krychowiak que encontró literalmente solo a un metro de la portería a Milik. El héroe de la primera jornada para Polonia (marcó el decisivo vol en la victoria ante Irlanda del Norte) se convirtió en protagonista del que puede ser el fallo más clamoroso de lo que va de Eurocopa. Llegó hasta inventar un remate: con la nariz, casi con miedo. Solo, con Neuer vencido, solo tenía que tirarse y rematar de cabeza para empujar el balón. Tirar se tiró, eso sí lo hizo bien, pero en vez de cabecear... remató con la nariz. El balón lógicamente se fue fuera. Inexplicable ese fallo.
La campeona del mundo estaba irreconocible. A los numerosos ataques de Polonia respondía también con ocasiones (buenos intentos de Gotze, Kroos, Özil...) pero era incapaz de dominar el partido, por lo que se veía absolutamente fuera del partido. Estaba más cerca el gol polaco que el alemán. Ninguno llegaría, y el punto podrá saber mejor a los primeros, ya que bien podrían pensar que este partido lo perderían. Pero el partido lo que deja es más dudas para otra de las favoritas. Como ya pasó con Francia, Inglaterra, Bélgica, Portugal...
El juego polaco se basaba en Lewandowski. Pero el delantero tenía esta vez un handicap. Jugaba ante medio equipo que le conocía perfectamente, es decir, ante medio Bayern. Sus movimientos, sus disparos, sus jugadas... todo estaba estudiado. Su presencia siempre era una amenaza, pero continuamente se ahogaba. Eso sí, su conexión con Milik siempre creaba tensión. Y ambos tuvieron ocasiones, más el segundo, que vistiéndose de Giroud falló y falló todo aquello que le llegaba.
Low sacó a Mario Gómez y Schürrle, pero tampoco eso le dio soluciones. Alemania se sintió en todo el momento incómoda y no jugó nunca a lo que quiso. Recordó a la de hace más de una década, cuando aun no tenía idea clara de juego. Bien puede ser un simple despiste, un partido malo entre la excelencia, pero también se añade a un dubitativo inicio ante Ucrania. La realidad es que todo está muy igualado y pocas son las que quieren mostrar su candidatura tan pronto.
Alemania y Polonia ponen con este punto pie y medio en octavos: solo una carambola dejaría a los dos fuera, sabiendo que pasan los mejores tercero. Pero sí se la tendrán que jugar en el último partido, buscando mejores cruces en las rondas decisivas y la ansiada primera plaza. A Alemania le tocará la débil Irlanda del Norte que dio la sorpresa ante Ucrania y tiene opciones aun. A Polonia, los ucranianos que sí tienen que necesitar una carambola para pasar. El grupo C está abierto, ya que el rodillo alemán, por Francia, por ahora, no apareció.