El 4 de julio de 2004, con un gol de Angelos Charisteas, Grecia culminaba una de las mayores hazañas vistas en el mundo del fútbol en los últimos años. Una selección sin apenas historia, con solo una presencia en un Mundial hasta ese momento, lograba la Eurocopa en su segunda participación.
Fue la victoria del "antifútbol" para muchos, utilizando este calificativo al juego poco vistoso, más resultadista que combinativo. Grecia se llevó la Eurocopa maximizando el valor de todos sus goles, ganando los cuartos, las semifinales y la final (en la que solo disparó una vez) al 1-0. Pasó de ronda con cuatro puntos: una victoria por 1-2 ante Portugal, un empate 1-1 ante España y una derrota final ante Rusia por 2-1.
Salvando las distancias, aquel triunfo recuerda mucho a la actual Portugal, que se ha colado en los cuartos sin hacer prácticamente nada, con un juego que roza la pobreza y sin una idea clara de cómo hacerlo, a pesar de llevar ocho años ya con una selección parecida, sin relevo generacional en su mayoría. Los lusos no pasaron la primera fase con cuatro puntos como aquella Grecia (lo hicieron con tres) ni como segundos (sino como terceros), pero las similitudes son varias.
El fútbol poco vistoso y la maximización del valor de sus goles son dos componentes que les asemejan. También su poca capacidad ofensiva: Portugal, ante Croacia, solo tiró una vez a puerta y fue para marcar gol. Ya en primera fase, la selección lusa estuvo rodeada de todos los componentes que hacen su torneo más épico: empate ante Islandia con 'rajada' de Cristiano, otro empate contra Austria con penalti fallado por Cristiano y, sí, un nuevo empate contra Hungría en un partido casi perdido que salvó, sí, Cristiano.
Una oportunidad histórica
El nuevo formato de la Eurocopa ha provocado que, a pesar de ser mejor tercero, puedas tener un mejor cuadro que otros primeros (véase Italia, Alemania o Francia). Y eso es con lo que se encontró Portugal. Después de la pésima primera fase, se encontró que estaba en octavos y que allí le esperaba el, a priori, duelo más duro hasta la final. Ante Croacia aguantó y aguantó, sofocó el ímpetu croata, apagó a los Modric, Rakitic o Perisic y esperó al milagro de los penaltis. Al final, les llegó un gol y se vieron donde ni se lo imaginaban: en cuartos.
Una vez ahí, su cuadro se despeja de una forma que ni los más optimistas en el país vecino podían esperar. Si bien es verdad que esta Portugal no puede ser catalogada de favorita, no es extraño darla como superior a equipos como Polonia, su rival este miércoles de cuartos (21:00 horas) e incluso al ganador del Gales-Bélgica (jueves, 21:00 horas), su rival en semifinales en el caso de que ganen a los polacos.
Difícilmente podrá tener Portugal una oportunidad como ésta, una vez que Cristiano comienza a flaquear (ya lo está haciendo en esta Eurocopa) y que no vienen generaciones mejores a las actuales. Dos pasos en los que no se enfrentarán a ninguna gran selección para llegar a la final de Saint-Denis. Solo en 2004, en pleno apogeo del fútbol portugués, estuvieron tan cerca de su primer título.
Siempre han sido las Eurocopas los torneos predilectos de Portugal. Sus peores datos han sido unos cuartos (en 2008 y 1996), con tres semifinales (1984, 2000 y 2012) y una final (2004). Contrarresta esta tendencia positiva en Europa con los malos datos en Mundiales, donde solo alcanzó una vez las semifinales en la era moderna (2006, tiene un tercer puesto en 1966), por tres eliminaciones en primera fase (1986, 2002 y 2014) y una en octavos (2010).
Polonia, el penúltimo escollo
Si Portugal llegó mal a cuartos, no mucho mejor lo hizo Polonia. Tras una buena primera fase, en la que empató a puntos (7) con Alemania, pero acabó segunda tras dos victorias idénticas por 1-0 ante Ucrania e Irlanda del Norte, eliminaron en penaltis en octavos a Suiza, casi canonizando a su portero Fabianski.
No ha aparecido aún en el torneo una de las estrellas: Robert Lewandowski. El delantero del Bayern todavía no ha marcado y apenas ha tenido trascendencia en el éxito de la selección polaca. "Es un gran motivador para sus compañeros", dijo Adam Nawalka, seleccionador polaco, intentando minimizar su mala Eurocopa.
"Esto se trata de llegar a la final, sea por el camino que sea", comentaba Nani, que en las próximas semanas será jugador del Valencia, sobre el estilo de Portugal. Por otro lado, Cristiano, además de llegar a su tercera semifinal, tiene el reto de superar el récord goleador de Michel Platini con nueve tantos, una vez que ya se convirtió en el único jugador que ha marcado en cuatro Eurocopas consecutivas.
La Eurocopa brinda a estas selecciones una oportunidad para llegar donde con otro formato hubiera sido prácticamente imposible. Portugal busca que esta vez sí sea la definitiva. Polonia, pisar unas primeras semifinales en su historia. El escenario, el segundo mejor posible, un Velodrome de Marsella que vivirá su penúltimo partido.