Cuando se tienen buenos jugadores, te puedes salvar una vez. También dos. La duda es si habrá tercera. Y eso es lo que tiene Francia con Griezmann. El jugador del Atlético ya salvó a los galos contra Albania (primera vez) y lo hizo una segunda, esta vez en un momento clave, ya en los cruces, ante Irlanda. Francia ya está en cuartos gracias a Griezmann. [Narración y estadísticas: Francia 2-1 Irlanda].
En la Eurocopa en el que los partidos se decidían al final, hubo uno que empezó fuerte. Pogba arrolló a Long y Robbie Brady, el héroe ante Italia, anotó el penalti. Era el minuto dos. Todos los planes se venían abajo en una situación más que novedosa. La favorita, que además era la anfitriona, a contracorriente ante una selección que acaba tercera en su grupo desde el primer minuto.
Los de Deschamps demostraron que esa situación no estaba ni mucho menos planeada. Se mostraron muy nerviosos, faltos de ideas. Era un intento tras otro pero sin fundamento. Todo lo contrario fue la meritoria selección irlandesa, que aguantó muy bien los numerosos arreones franceses e incluso llegar a dar algun susto a Lloris. La sensación era de que llegaría antes el 0-2 que el 1-1 pero, como siempre pasa en el fútbol, cuando se perdona, se paga.
Es lo que pasó a Irlanda. Aguantó para acabar muriendo tras diez minutos malos. Habían hecho un gran trabajo en defensa pero se vinieron abajo cuando Griezmann elevó su figura, convirtiéndose, ya de forma oficial, en uno de los grandes jugadores de Europa. El delantero del Atlético de Madrid salvó a Francia con una irrupción propia de un genio. Todo lo hizo él. Y eso que otros, como Payet, Koscienly, Giroud o Pogba lo intentaron, pero estaban negados. Solo el 'principito' sacó a relucir el gol.
En esos diez minutos, Griezmann marcó dos goles y provocó una expulsión. Se erigió en el líder más sólido de una Francia carente de equipo, que no de nombres. En el 58 cabeceó, de forma sublime, un centro de Sagna. Era una jugada que había comenzado el propio Griezmann y que terminó con un movimiento de cabeza que debe ser ya puesto en todos los lugares de Francia. Esa jugada fue el inicio de la salvación, de evitar el ridículo.
Tres minutos después, y con los irlandeses casi groguis, siguió Griezmann con su festin para finiquitar la remontada. En 60 minutos no habían hecho nada y en tres, todo. El 2-1 llegó en un pelotazo de Koscienly que cabeceó Giroud en la frontal del área y eso habilitó la entrada de Griezmann solo en el área. Ahí, en el mano a mano, no falló la estrella gala.
Si eso le sabía a poco, en la siguiente jugada, Griezmann aprovechó un contraataque y justo cuando iba a entrar en el área Duffy le derribó. La roja era clara, sin penalti porque se hizo centímetros antes de pisar la línea. El árbitro lo vio bien y acertó en todo. Entre las cosas positivas que deja esta Eurocopa está el buen nivel del arbitraje. Y merece ser destacado.
La remontada francesa deja en el camino a Kanté y Rami, que se perderan el partido de cuartos (previsiblemente ante Inglaterra) por acumulación de amarillas. Y, sabiendo que está clasificado, vuelve a dejar dudas. ¿Qué pasará cuando Griezmann no esté fino? Ni Giroud o Gignac, acompañantes en el ataque, son de gran nivel, con muchos fallos. Jugadores detrás hay, pero la diferencia solo la marcan algunos. Y, por ahora, Griezmann es el hombre.