El futuro del tenis pasa por Dominic Thiem (Wiener Neustadt, Austria; 1993) y hay pocos que lo discutan. Con 22 años, el austríaco ya está entre los 10 mejores del mundo tras unos meses que le han visto ganar cuatro títulos (en hierba, tierra batida y cemento) venciendo a Roger Federer (dos ocasiones) y a Rafael Nadal. Casi nada.
El número ocho del mundo, que superó su estreno en Wimbledon ganando 7-5, 6-4 y 6-4 a Florian Mayer y se citó en segunda ronda con el checo Vesely, habló con EL ESPAÑOL desprendiendo una frescura que es completamente normal: pese a ganar a hombres, Thiem sigue siendo un niño.
¿No está cansado? Ha jugado más de 60 partidos y la temporada está llegando al ecuador. David Ferrer le recomendó seleccionar el calendario…
No, la verdad es que no. Estoy muy contento de cómo ha ido la temporada hasta ahora. Por suerte, he ganado 47 de esos 60 partidos así que no, no estoy muy cansado. Hay mucho trabajo detrás para poder estar en una buena condición física. Pero luego, cuando se juegan tantos partidos, te acostumbras a ello, logrando un físico especial para tanta carga de competición. Es algo que no puedes interrumpir cuando has estado en esa tendencia, es muy importante sobre todo en un Grand Slam, donde puedes estar en pista tres o cuatro horas. Obviamente es todo trabajo, trabajo y trabajo. No hay ningún secreto aparte de ese.
¿Siente la presión? Todo el mundo habla de usted, de sus cuatro títulos en tres superficies y de que lidera la clasificación de victorias en lo que va de curso.
No siento demasiada presión. Solo intento seguir en esta línea y no me preocupo mucho de lo que dice la gente sobre mí, me da igual todo eso. Simplemente intento dar lo mejor de mí mismo sobre la pista. Para mí no hay problema. No soy el tipo de jugador que ha ganado un Grand Slam con 18 años, que se encuentra con ello tan pronto. Ahora tengo 22, llevo tres años en el circuito y nada me ha venido demasiado rápido. Estoy ganando experiencia y voy cumpliendo todos los plazos. Paso a paso, sin precipitarme.
En 2016, ha ganado a Nadal en tierra y a Federer en hierba. No hay una carta de presentación mejor.
Han sido dos de las victorias más especiales para mí. Encuentros muy cerrados, muy disputados, y en ambos salvando punto de partido… Cuando era pequeño, Nadal y Federer eran los dos jugadores que más veía en televisión así que por supuesto fue algo muy grande para mí derrotarles en sus dos superficies favoritas. Es algo muy grande y por supuesto un gran plus de confianza.
¿Cómo se describiría?
Soy una persona fácil de tratar, nadie tiene problemas conmigo. Quizás, también simpático y agradable. Como digo, fácil de tratar. Al final eso es lo más importante, que independientemente de lo que se vea en la pista, que fuera de ella siempre seas respetuoso y amable.
¿Fue fácil adaptarse al circuito?
Fue realmente difícil. Ves cómo entras en el top-100 y aún así notas la diferencia de nivel con mejores por lo buenos que son. Al final, quieres ser uno de los mejores y cuando empiezas te das cuenta de lo largo que es el camino y lo difícil que es. Lo que cuesta.
A su lado tuvo a Ernests Gulbis. Mayor, con más experiencia, alguien que ya había estado entre los mejores, aunque igualmente polémico. ¿Le sirvió?
Para mí fue muy bueno. Cuando Gulbis se unió al equipo yo solo tenía 19 años y mi ránking estaba entre el 600 ó 700 del mundo. No podría haberme pasado algo mejor que iniciar mi carrera profesional teniendo a Ernests al lado. Es una persona totalmente diferente a lo que la gente piensa o espera. Nos llevamos muy bien. Es alguien que se toma muy en serio los entrenamientos y juntos trabajamos muy duro. Fuera de pista, más de lo mismo. Me ha ayudado muchísimo a entender cómo es la vida en el circuito.
En contra de lo que dicen los libros del tenis moderno, golpea el revés a una mano, pero no siempre fue así. ¿Por qué lo cambió?
Fue decisión de mi entrenador. Mi revés a dos manos no era muy bueno y empecé a jugar este golpe a una mano. Fue la mejor decisión que podríamos haber tomado. Me alegra que todavía haya jugadores jóvenes que se atrevan con el revés a una mano porque para mí es el golpe más bonito del tenis.
Además del revés a una mano, Gunter Bresnik, su técnico, le ha formado por completo hasta llevarle arriba. ¿Cuánto le debe?
Es la persona más importante en mi carrera sin lugar a dudas. Llevamos juntos 12 años y no me puedo imaginar mi tenis, mi carrera, sin él. Espero no cambiar nunca de entrenador hasta que acabe mi carrera. Confío mucho en él, plenamente. Pero entiendo que haya otros jugadores que cambien de entrenador porque algo no está funcionando. Es normal. Yo he tenido mucha suerte, pero si las cosas no salen como uno quiere, me parece lógico que los jugadores quieran un cambio.
El vestuario piensa que Nick Kyrgios, Alexander Zverev y usted lideran el grupo que revelará a los campeones actuales después de que varias generaciones lo hayan intentado sin éxito.
Sinceramente, no lo sé. Los cuatro grandes siguen ahí y todavía tienen años de tenis por delante, siguen siendo los hombres a batir en cualquier torneo que disputen. Pero es importante que nosotros les presionemos y creo que lo estamos haciendo bastante bien.
¿Qué es lo que más le gusta de ellos dos?
Kyrgios es un jugador realmente peligroso. Pueda ganar a cualquiera y en forma está capacitado para ganar en grandes torneos. Zverev es un poco más consistente ahora, pero todavía es muy joven. Tiene solo 19 años y está entre los mejores jugadores del mundo, en finales de torneos. Creo que muy pronto le veremos en el top-10.
¿Tienen buena relación?
No tengo mucha relación con Kyrgios, pero es una persona agradable. Zverev es un buen amigo y cuando coincidimos en torneos hacemos cosas juntos como ir a cenar o jugar al FIFA en la Playstation. Siempre con el Chelsea.
¿Qué le ha parecido la temporada del Chelsea?
Bueno, ha sido bastante mala, pero la que viene será mejor. Tenemos un gran entrenador con Conte y estoy convencido de que será un gran año. Estoy deseando que empiece la temporada.
¿Echará de menos a Mourinho?
Sin duda, echaré de menos a Mourinho en el Chelsea. Sigue siendo mi entrenador favorito y le deseo lo mejor, pero ahora está en el Manchester United. Pueden ser segundos después del Chelsea, no hay problema (risas).
A los 22 años, ¿con que sueña por las noches?
Mi mayor sueño sería ganar un Grand Slam. Es el éxito más grande que se puede conseguir en el mundo del tenis y yo voy a dar lo mejor de mí mismo para lograrlo.
¿Y el número uno?
Nunca pienso en la clasificación. Solo pienso en trabajar duro cada día y nada más. Mejorar. Si me convierto en número uno sería, obviamente, increíble, pero si no, viviría una vida feliz.
Si pudiera elegir un superpoder, ¿cuál elegiría?
Me gustaría poder volar.
¿También dentro de la pista?
¿En la pista? ¡Qué va! Dentro de la pista no me hace falta.
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