“¿No sé si se alegra de que el rival de la final no sea el Madrid? Bueno, ellos no juegan la competición”, contestó Simeone. La pregunta, quizás, no venía mucho a cuento. Puede, incluso, que no fuera acertada. Ni siquiera recomendable. Para qué mentar al eterno rival, a cuento de qué. Pero un periodista quiso hacerla –y estaba en su derecho–. Y, ya decimos, aunque no entre dentro de lo correcto, la cuestión deja una constancia: el Atlético también tiene a los de Chamartín en la cabeza. Saben que ellos están en la final de la Europa League y que la jugarán contra el Olympique de Marsella. Y son conscientes, también, de que el equipo de Zidane buscará su tercera Champions en Kiev frente al Liverpool. ¿Y qué quiere decir esto? Que si ambos ganan, se las verán en la Supercopa continental a principios de la temporada que viene. 

“A mí me encantaría”, reconoció Enrique Cerezo, presidente colchonero, en la previa. Y por qué no. El Atlético, de producirse la carambola, tendría la oportunidad de empezar el curso que viene con una revancha frente al eterno rival. Quizás algo menor que en anteriores choques, pero una revancha al fin y al cabo por aquellas dos finales perdidas en la Champions League: la primera por el gol de Sergio Ramos en el minuto 93 y la segunda por penaltis. 

Enrique Cerezo: “Me encantaría una Supercopa de Europa Real Madrid - Atlético”

La presencia del Atlético en la final de la Supercopa de Europa supondría dos cosas. La primera, que ha ganado la Europa League. Y la segunda, que comienza bien la que tiene que ser su temporada en mayúsculas. Porque el curso venidero es el último de Simeone como entrenador rojiblanco y la final de la Champions se disputa en el Wanda Metropolitano en 2019. Es decir, el año reúne todos los condicionantes para ser histórico y teñirse de rojiblanco. 

Antes, tendrá que enfrentarse al Olympique de Marsella en Lyon. Allí le espera el equipo francés, que se clasificó en la segunda mitad de la prórroga contra el Sazlburgo después de ir perdiendo. Finalmente, 2-1 y el pase a la final. Allí, el Atlético parte como favorito. Así lo confesó Wenger en rueda de prensa después de que su equipo perdiese en el Wanda Metropolitano (1-0) con un gol de Diego Costa. 

Pero para que la Supercopa sea la esperada, el Real Madrid también tiene que hacer sus deberes. O lo que es lo mismo: tras sufrir contra la Juventus y frente al Bayern de Múnich –y sin mentar a los árbitros–, el equipo de Zidane necesita pasar por encima del Liverpool en la final. Pero no lo va a tener fácil: los ‘reds’, aunque débiles en defensa, llegan como el equipo más goleador de la Champions League y con Salah en estado de gracia. 

Precisamente, el egipcio, uno de los candidatos a fichar por el Madrid, podría estar en esa Supercopa vestido de blanco. Ya se verá. En cualquier caso, la posibilidad existe. La capital de España, de nuevo, tiene la posibilidad de convertirse en la capital mundial del fútbol. Y, a estas alturas, a nadie le extrañaría. Los colchoneros vislumbran la revancha… Los blancos, en cambio, atisban la posibilidad de poder volver a asestarle una puñalada al eterno rival. Pero antes hay dos finales. “Y hay que ir partido a partido”. Palabra de Simeone. Lógica pura. 

 

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