31 años después de convertirse en presidente y propietario del A.C. Milan, Silvio Berlusconi abandona el club. El exprimer ministro italiano ha vendido el equipo a un grupo inversor chino por 740 millones de euros, valor de mercado de uno de los conjuntos más emblemáticos del mundo del fútbol. El acuerdo, anunciado oficialmente este jueves, supone la inversión más alta de China en el fútbol europeo hasta ahora. También hace historia por el hecho de que los dos equipos de Milán pasan a estar controlados por empresarios del país asiático (Suning Commerce Group se hizo con el Inter el año pasado. Además, una firma china también posee los derechos de la Serie A).
El holding empresarial de los Berlusconi, Fininvest, ha vendido el 99,93% del Milan a Rossoneri Sport Investment Lux, dirigida por los empresarios chinos Yonghong Li y Han Li. La decisión llega tras dos años de negociaciones. De hecho, la venta ya se acordó en agosto de 2016, aunque tuvo que ser pospuesta hasta dos veces por diversas complicaciones. Desde que Berlusconi asumió la presidencia en 1986 hasta ahora, el Milan ha ganado 29 trofeos: cinco Champions, ocho ligas, una Copa, siete Supercopas de Italia, cinco Supercopas de Europa, dos Intercontinentales y un Mundial de Clubes.
Según los términos contractuales, el Milan cuenta con una deuda de 220 millones de euros en estos momentos (perdió 93,5 millones en 2015 y entre 70 y 80 en 2016). Fininvest ha venido reembolsando 90 en concepto de inyecciones de capital desde el 1 de julio de 2016 hasta ahora, con los nuevos propietarios prometiendo mejorar las finanzas de la entidad.
Este viernes 14 de abril se determinará cuál será el nuevo organigrama del club, en el que no habrá ningún cargo para Berlusconi tras declinar éste convertirse en el presidente honorífico. La administradora de capital riesgo Elliot aportó 180 millones de euros claves para la compra a Rossoneri. 140 llegaron de la gestora de activos financieros Huarong y 50 del propio Yonghong Li, con una adición final de 370 millones este mismo jueves. Así se gestó, desde el mes pasado, la compra que marca un antes y un después en la historia del Milan.