Isco, durante largo tiempo, fue el ‘sucesor’ de Iniesta, el heredero del tiqui-taca y el futuro metrónomo del Madrid. Era, comentaban -y estaba a la vista de todo el mundo por su juego en el Málaga-, el mejor centrocampista joven de Europa. De hecho, llegó a ganar el Golden Boy. Sin embargo, aquel hado de promesa en ciernes ha tornado en un interrogante continuo. En el Madrid, esperando siempre a la retaguardia de los titulares, sin poder aspirar a entrar en los onces -salvo por lesión de alguien-. Y en la selección, tal y como se vio ante Israel (4-1), también partiendo en desventaja con respecto a Thiago e Iniesta. Siendo, en definitiva, el número 12.



Ese ser o no ser lo tiene bien interiorizado. Isco, hace un mes, por ejemplo, ante el Villarreal, afirmó ser “el segundo plato” de Zidane. Una situación que no lleva del todo bien. Tampoco en la selección, donde el viernes pasado marcó el cuarto gol tras salir del banquillo y dejó para la grada un sombrero de esos que sólo se atreven a intentar unos pocos. Sin quejarse, aguardó su momento y lo aprovechó al ser llamado por Lopetegui en la segunda mitad. Quizás, quién sabe, dejándole un mensaje al seleccionador en pos de jugar este próximo martes en el amistoso contra Francia.



Sin embargo, la situación de Isco no es igual en la selección y en el Madrid. Con la ‘Roja’, aunque parta desde el banquillo, sabe que puede aspirar a ser titular si se encuentra mejor que sus compañeros. Al menos, ese es el compromiso que tiene por parte del seleccionador. Pero en el Madrid es diferente. Es consciente de que tiene por delante a Modric, Kroos y a la BBC, y que da igual lo que haga. Ellos son titulares y él suplente, y no hay mucho más de qué hablar. De ahí que su futuro esté en el aire. 

Isco celebra su gol con España en el Molinón.



Esa es la otra cuestión que tiene que resolver Isco de aquí a final de temporada. Una vez analizada su situación, se plantea qué hacer: si renovar o buscarse equipo. Aunque, obviamente, no depende sólo de él. El centrocampista tiene contrato hasta 2018 y el club no se plantea ni dejarlo escapar este verano -por un precio inferior al que tiene en el mercado- ni dejar que se vaya gratis a la finalización de su contrato. De eso es consciente Isco, que sabe que no puede forzar la situación -salvo que se quiera quedar sin jugar durante el próximo año y medio-, con lo que eso implicaría: no ir al Mundial de Rusia en 2018.



Por tanto, la única opción que le queda es prolongar su compromiso con el Madrid y después buscar una salida, tal y como hizo Xabi Alonso. De ahí que el club ya se haya movido: le ha hecho una oferta para renovar a razón de seis millones de euros por temporada durante los próximos seis años. ¿Con qué objetivo? Por un lado, para asegurarse que, ante una posible salida del centrocampista, puede sacar ‘tajada’. Y, por otro lado, con la opción de poder contar -siempre que él quiera- con sus servicios durante largo tiempo. Al fin y al cabo, hay pocos “segundos platos” tan apetitosos en el mercado como él.



¿Y qué dice Isco ante todo este maremágnum de ofertas y rumores? De momento, no se ha pronunciado sobre la oferta de renovación del Real Madrid y, al mismo tiempo, ha desmentido los rumores sobre su posible salida al Barcelona. “Algunos medios tienen que inventar cosas”, reconoció tras el partido de la selección española en Gijón. Lo cierto es que él quiere jugar, y tan sólo lo puede hacer como titular de dos maneras: o renovando y negociando con un club este verano, o mediante el compromiso de Zidane -algo más difícil-.



Pero, más allá de lo que ocurra en los próximos meses, su otro objetivo pasa por ganarse un puesto como titular en la selección. Sabe que no es imposible y lo va a intentar. Al fin y al cabo, puede jugar por Silva o incluso por Iniesta. Dos jugadores con mucha experiencia y galones, pero también con una edad que les puede apartar del Mundial de Rusia. Y, por si acaso, ahí está él. En la retaguardia, como siempre, como el número 12 que asume a tiempo parcial, pero que aspira a erradicar tras esta temporada.

Isco celebra su gol con la selección. EFE

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