El Mundial 2018 aumenta hasta 209 millones de dólares, 178 millones de euros, la compensación económica para los clubes que aporten futbolistas al torneo, a razón de unos 7.304 euros por jugador multiplicado por sus días en la competición, con lo que un futbolista campeón generaría unos 350.500 euros al equipo o los equipos en los que haya militado durante los dos últimos años.

El Consejo de la FIFA aprobó tal partida el pasado 27 de octubre, dentro del Programa Beneficios para los Clubes, que "consta de unos fondos designados para reconocer la aportación que hacen los clubes de fútbol a la próspera celebración de la Copa Mundial" y que son distribuidos por las federaciones que participan en el torneo.

Su instauración es reciente. Su estreno fue en Sudáfrica 2010, con el acuerdo suscrito entre la FIFA y la Asociación de Clubes Europeos (ECA). En aquella cita, la FIFA destinó a este objetivo 40 millones de dólares (34 millones de euros), casi doblada para Brasil 2014, hasta 70 millones de dólares (59 millones de euros), y multiplicada hasta 209 millones de dólares para el Mundial de 2018.

La cantidad por jugador que percibirá el club o clubes en los que ha jugado en los dos últimos años no depende de si disputa o no al menos un partido dentro del torneo y asegura al menos unos 8.530 dólares por futbolista (7.304 de euros), que se multiplican por los días que está en competición, a contar desde dos semanas antes del inicio y hasta el día después al que su selección sea eliminada.

En ese sentido, un jugador que sea finalista en el Mundial de Rusia 2018, el próximo 15 de julio en Moscú, computaría 48 días por 7.304 euros, con lo que produciría unos 350.500 euros de ingresos para su club o clubes, de los que el Manchester City, con 16 futbolistas, es el que más jugadores aporta a la competición.

El conjunto de Pep Guardiola tiene en Rusia 2018 a los argentinos Nicolás Otamendi y Sergio 'Kun' Agüero; los belgas Vincent Kompany y Kevin de Bruyne; los brasileños Gabriel Jesús, Danilo, Fernandinho y Ederson; los ingleses Kyle Walker, John Stones, Fabian Delph y Raheem Sterling; el francés Benjamin Mendy; el alemán Ilkay Gundogan; el portugués Bernardo Silva y el español David Silva.

Le sigue el Real Madrid, con quince: los brasileños Carlos Henrique Casemiro y Marcelo; el costarricense Keylor Navas; los croatas Luka Modric y Mateo Kovacic; el francés Raphael Varane; el alemán Toni Kroos; el marroquí Hakimi Achraf; el portugués Cristiano Ronaldo; y los españoles Dani Carvajal, Nacho Fernández, Lucas Vázquez, Sergio Ramos, Marco Asensio e Isco Alarcón.

El Barcelona es el tercer club con más futbolistas en el Mundial 2018 con catorce: el argentino Lionel Messi; el belga Thomas Vermaelen; los brasileños Coutinho y Paulinho; el colombiano Yerry Mina; el croata Iván Rakitic; los franceses Samuel Umtiti y Ousmane Dembele; el alemán Marc Andre Ter Stegen; y los españoles Gerard Piqué, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Jordi Alba y Luis Suárez.

Por detrás, con doce, figuran el Chelsea, el París Saint Germain y el Tottenham. El primero aporta al argentino Willy Caballero; a los belgas Thibaut Courtois y Eden Hazard; al brasileño Willian; al danés Andreas Christensen; a los ingleses Gary Cahill y Loftus Cheek; los franceses Olivier Giroud y N'Golo Kante; el alemán Antonio Rudiger, el nigeriano Víctor Moses y César Azpilicueta.

El París Saint Germain ha puesto a disposición del Mundial a los argentinos Ángel Di María y Giovani Lo Celso; al belga Thomas Meunier; a los brasileños Thiago Silva, Neymar y Marquinhos; a los franceses Presnel Kimpembe, Kylian Mbappe y Alphonse Areola; a los alemanes Julian Draxler y Kevin Trapp y al uruguayo Edinson Cavani.

Y el Tottenham a los belgas Toby Alderweireld, Jan Vertonghen y Moussa Dembele; al colombiano Davinson Sánchez; al danés Christian Eriksen; a los ingleses Daniel Rose, Eric Dier, Harry Kane, Kieran Trippier y Dele Alli; al francés Hugo Lloris y al coreano Son Heung Min.

Los clubes ingleses son los que más futbolistas aportan al Mundial 2018, con 124 jugadores, seguidos por los españoles, con 81, y por los alemanes, con 67.