Entre el buen juego y la superioridad ante Portugal, con un empate final, y el sufrimiento y la agonía ante Irán, con victoria, hay varios puntos comunes en una España que ha arrancado con el guión torcido en el Mundial. Por ejemplo, Diego Costa, autor de tres de los cuatro goles en el torneo y referencia de una España que vive de la inteligencia futbolística y la furia de su delantero. También la fragilidad defensiva (qué tres ocasiones más peligrosas creó Irán) pero por encima de todo... Isco Alarcón.
El jugador del Real Madrid no marcará gol, pero es el líder en el campo de una selección que juega al ritmo de los pies de Isco. Esta es la España de Isco. Este miércoles, en la primera victoria mundialista de 'La Roja', el malagueño volvió a ser el faro, el guía de un país que vive pendiente de su selección con la duda de si habrá éxito o fracaso.
Isco es en la actualidad el mejor jugador de España y el que en mejor forma está. Cuando coge el balón la selección juega a otro ritmo. Ante Irán, por ejemplo, fue tan clara su trascendencia que hubo momentos, especialmente los que fueron tras el 0-1 y con un rival que se malentonó y creó varias ocasiones, en el que todos los jugadores buscaban a Isco. Balones a él, que él hiciera su magia o buscara un recurso que tranquilizara o cambiara el encuentro.
La figura de Isco se está notando aún más con el 'pinchazo', por ahora, de sus dos socios de línea ofensiva. David Silva y especialmente Andrés Iniesta están en un mal estado de forma. A ambos parece haberles pillado el Mundial o muy lejos del nivel competitivo de la temporada (han pasado ya dos meses desde que de verdad estuvieran a un nivel óptimo en sus respectivos equipos) o en la recta final de su tiempo en el alto nivel. A los dos, piezas fundamentales en los éxitos de España en la última década, la edad les persigue.
Isco, en cambio, está en la flor de su carrera. Vive un momento brillante y aunque si bien es verdad que en España ha tenido una continuidad idílica (siempre titular) no hay que quitar relevancia a su papel en el Real Madrid. Con Zidane no fue siempre titular, es una realidad, pero siempre jugó en los partidos más importantes del equipo blanco: finales de Champions, semifinales, cuartos... Isco, pues, viene ya curtido de grandes partidos, con mucha experiencia que traslada también a España.
En el Mundial de Sudáfrica, el reloj y cerebro de España lo componían Iniesta y Xavi, rodeados de otros grandes jugadores. Ese papel lo ha heredado Isco, también 'jugón' y virtuoso. Lo que antes hacían dos ahora lo hace uno. Y quizá ahí radica el problema de la actual España. Al madridista no se le podrá pedir que haga todo. Es necesario que los que le rodean, como hicieron los que estaban al lado de Xavi o Iniesta en 2010, también destaquen. Diego Costa, el sustituto de aquel Villa, responde, pero los demás, por ahora, no.
Sus filigranas, regates y exquisiteces levantaron al público. Isco se presenta como una de las figuras del Mundial. Llega, sin duda, en el mejor momento de su carrera y eso que aún le quedan años. De sus botas, de su magia, dependerá mucho la salud de España en Rusia.
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