Las 10 razones por las que la Federación no debe renovar a Luis Enrique
La continuidad del seleccionador pasa a estar más en el aire que nunca después de su fracaso al frente de España en el Mundial de Qatar.
7 diciembre, 2022 02:15Si hay una figura que queda muy tocada después de la tempranera eliminación de España en los octavos de final del Mundial de Qatar, esa es la de Luis Enrique. El seleccionador ha generado mucho debate desde que ocupa su cargo por una larga lista de motivos diferentes, tanto deportivos como extradeportivos, pero la mala imagen que ha ofrecido el equipo en los dos últimos encuentros deja un sabor de boca nefasto.
Su continuidad en la Selección está en entredicho, y en muchas ocasiones tanto la Real Federación Española de Fútbol como el propio Luis Enrique han manifestado que se aclararía después del Mundial. Su mala actuación al frente de un equipo cuya convocatoria fue muy discutida le deja ahora en mala posición, aunque el técnico manifestó tras la eliminación que su futuro no le preocupa lo más mínimo.
Durante los días previos al Mundial y también durante la celebración de la competición se desató una especie de 'guerra civil' entre sus detractores y sus defensores. Ahora parece que aquellos que piden que abandone la dirección del equipo nacional tienen más motivos en sus reivindicaciones.
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El 'tiki taka' muere
Pese a que el estilo que ha tratado de implantar Luis Enrique en su equipo era, de alguna manera, continuista con el que tantos buenos resultados dio hace años, no ha conseguido hacerlo del todo. En la pasada Eurocopa, la Selección jugó a tener el balón de manera descarada pero adoleció de mordiente y de capacidad para finalizar las jugadas, especialmente durante la primera fase del torneo.
En este Mundial, el estilo de juego de Luis Enrique tan solo ha resultado efectivo en un único partido, el de la goleada ante Costa Rica. Contra Alemania, los minutos finales dejaron bastante que desear y el desastre ante Japón fue evidente. En el choque definitivo ante Marruecos, el 'tiki taka' del seleccionador murió por su propio peso. Más de 1.000 pases completamente estériles que no sirvieron para hacer cosquillas a la portería defendida por Bono.
El balance, dos lanzamientos entre los tres palos en los más de 120 minutos de juego del partido. Eso, teniendo en cuenta que España tuvo la posesión en un 63%, mucho más que Marruecos, pero no sirvió para nada.
El fracaso en el Mundial
España ha hecho un papel muy discreto en el Mundial de Qatar 2022. El balance, pese a que el inicio fue realmente bueno, es negativo se mire por donde se mire y la eliminación en octavos de final ante una selección inferior como Marruecos supone un duro varapalo para un país que hace no tanto se proclamó campeón del mundo.
El arranque contra Costa Rica, viendo la actuación global, fue realmente engañoso. En aquel 7-0 se vieron cosas muy buenas de España y también muy malas del rival, uno de esos partidos en los que a un equipo le sale absolutamente todo y al otro nada. Algunos alzaron las campanas al vuelo y la Selección ganó peso en la lista de favoritos, pero después llegaron varios golpes de realidad, a cada cual más duro.
Primero, el empate contra Alemania. Era la primera vez en Qatar que España se medía a un rival de calidad, y pese a firmar una buena primera mitad, en la segunda se diluyó y quedó la sensación de que los germanos fueron mejores e incluso pudieron llevarse el triunfo.
La clasificación para octavos quedó prácticamente encarrilada, pero el equipo de Luis Enrique se movió en el alambre y jugó con fuego. La derrota contra Japón le sacó los colores a un equipo desdibujado y falto de juego. Durante unos minutos, España llegó incluso a estar eliminada, aunque el resultado del otro partido del grupo lo impidió. Fue un gran toque de atención.
En los octavos de final, España fue la única favorita que cayó eliminada a manos de una selección teóricamente inferior. El partido contra Marruecos fue una muestra de impotencia y de, pese a tener el balón, jugar a lo que el rival quería durante mucho tiempo. La tanda de penaltis fue calamitosa y certificó el desastre.
Sus extravagancias
Luis Enrique siempre ha dado que hablar al margen de lo puramente deportivo. Durante sus años al frente de la Selección ha ido dejando diferentes notas extravagantes que han llamado la atención y que han levantado polémica. La última de ellas, la de hacer directos a través de redes sociales, una iniciativa que ha centrado muchos focos durante la concentración del combinado nacional.
Se le achacó que le restaba energías para preparar su trabajo, más aún cuando hacía sus emisiones a la misma hora que jugaban otros rivales, y llamó la atención todavía más dado que fue el único seleccionador del Mundial que no concedió ni una sola entrevista personalizada a los medios de comunicación. Además, por voluntad propia cambió el uniforme oficial de España y dejó al lado los pantalones azules para sustituirlos por unos rojos.
Su andamio en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, sus 'walkie-talkies', sus convocatorias o la forma de justificar algunas ausencias, siempre han levantado ampollas.
Creó división social
La figura de Luis Enrique, lejos de unir a todo el país y a la afición española alrededor de la Selección, ha conseguido todo lo contrario. El enfrentamiento entre aquellos que apoyaban a muerte todas sus decisiones y los que le criticaban provocó una brecha cada vez más grande que se convirtió en gigantesca en el Mundial.
España no llegó a ilusionar como lo hacía en años anteriores, y no solo por cuestiones deportivas, sino que la mera presencia de Luis Enrique suponía incluso un incordio para algunos aficionados.
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Su actitud desafiante
Luis Enrique ha mantenido siempre un discurso beligerante en sus actuaciones públicas ante la prensa. Ha tratado de utilizar la vieja táctica de proteger y agrupar a sus jugadores en torno a la idea de que los factores externos estaban en contra, y así quería hacerlo ver en sus declaraciones.
Sus respuestas a las preguntas han sido en muchas ocasiones desafiantes. El último caso se dio en la rueda de prensa previa que ofreció antes del partido contra Marruecos. Allí, acusó a los periodistas de utilizar tópicos para criticar a su equipo. Cuando se le ha preguntado por alguna ausencia en sus convocatorias, también ha respondido de forma desafiante.
Una polémica convocatoria
Siempre hay discusión sobre la relación de jugadores que un seleccionador convoca para una cita tan importante como el Mundial, pero la lista de Luis Enrique provocó un debate muy airado. Sus 26 elegidos dejaron ausencias en todas y cada una de las líneas, y varios de esos futbolistas que no han estado se han echado en falta.
En la portería, De Gea es el gran damnificado, mientras que Unai Simón, el titular, sigue dejando dudas partido tras partido. En la defensa, hombres como Sergio Ramos o Raúl Albiol hicieron méritos más que de sobra como para ganarse la llamada de Luis Enrique, pero en su lugar el seleccionador decidió reconvertir a última hora a Rodri como central.
Mikel Merino o Sergio Canales fueron algunos de los que llamaron a la puerta de la Selección con impresionantes actuaciones a lo largo de la temporada, mientras que en el ataque Gerard Moreno, o especialmente Iago Aspas, parecían llamados a estar en el Mundial pero se quedaron fuera.
Su liderazgo exagerado
Luis Enrique se ha querido cargar todo el peso de la Selección tanto para bien como para mal sobre sus espaldas. Su estrategia fue la de centrar todas las críticas para proteger a sus jugadores y hacer de escudo, pero tampoco le ha salido como él esperaba.
Este liderazgo tan desmedido se le ha vuelto en contra y, de hecho, no ha sabido encontrarlo donde más hacía falta, en el terreno de juego. España ha notado en los momentos clave, como en el partido ante Marruecos, la ausencia de una figura que ayudara a dirigir y a levantar a los compañeros en el verde. No hubo jerarquía en el equipo y faltó un motivador.
Apego a su estilo
No hubo plan B en este Mundial de Qatar. Su lista fue muy criticada por no llevar jugadores que en un momento determinado pudieran aportar algo diferente en momentos de necesidad, como pasó en el Mundial de 2010 con Fernando Llorente en el partido ante Portugal, y eso lo ha acusado el equipo.
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España ha jugado con el mismo once tipo en casi todos los partidos, menos en el de Japón donde hubo rotaciones. El centro del campo inamovible, arriba optó por dejar en el banquillo a Morata, al que se le caían los goles. Incomprensible fue el poco protagonismo de Ansu Fati o de Sarabia, que podrían haber aportado cosas interesantes.
Resultados nefastos
Las estadísticas son aterradoras con Luis Enrique en el banquillo en las grandes citas. En los 90 minutos reglamentarios, sumando la Eurocopa 2020 y el Mundial 2022 España tan solo ha ganado dos partidos entre las dos competiciones. Venció a Eslovaquia en la fase de grupos de la Euro y logró la goleada contra Costa Rica en el primer partido en Qatar.
También en la Eurocopa, la Selección ganó a Croacia en los octavos de final pero ya en la prórroga. El resto de encuentros, se han ido a la tanda de penaltis y ahí la moneda siempre puede salir de cualquier lado. Salió cara en la Euro contra Suiza y cruz contra Italia, al igual que ante Marruecos en el Mundial. Demasiado juego en el alambre para un equipo que persigue miras altas.
Desconocimiento de los rivales
Luis Enrique sorprendió en la rueda de prensa posterior a la eliminación ante Marruecos con una respuesta acerca de un futbolista marroquí. Se trataba de Ounahi, el centrocampista, y el seleccionador se mostró sorprendido de su rendimiento, incluso parecía no tenerlo en su radar.
"Me ha sorprendido gratamente el número 8. Madre mía, ¿de dónde sale ese muchacho?", espetó el técnico. También se le recriminó que, a la hora a la que había otros partidos del Mundial de los que podían salir rivales, estuviera realizando sus directos en lugar de ver los encuentros.