La temporada pasada, cuando se anunció la llegada de Guardiola al Manchester City, el representante de Yaya Touré, Dimitri Seluk, ya avisó al club: si llegaba Pep, su jugador se marcharía. Sin embargo, en los últimos meses parecía que la relación entre el entrenador y su jugador había cambiado. Pero no fue nada más que un espejismo. Este viernes, el club hizo oficial la no inclusión del costamarfileño en la lista de inscritos para jugar la Champions League. Es decir, el técnico culé, como hizo con Joe Hart -que se tuvo que marchar cedido al Torino-, ha dejado claro que no cuenta con el centrocampista.
La polémica entre ambos no es nueva. Yaya Touré ya coincidió con Guardiola en el Barcelona. El costamarfileño llegó en 2007 al Camp Nou por nueve millones de euros y enseguida se hizo un hueco en el equipo. Su adaptación fue rápida tanto al equipo como a la ciudad, hizo una buena primera temporada y, en su segundo curso, se ganó un puesto en el conjunto de Pep, nombrado nuevo técnico del primer equipo. Como mediocentro defensivo, comenzó a crecer, ganando peso en el vestuario y proclamándose campeón de la Copa, la Liga y la Champions League. Sin embargo, a pesar de su contribución, su peso fue de más a menos en el segundo año con el técnico de Sampedor al frente. Busquets le empezó a comer terreno y el centrocampista buscó una salida.
Guardiola le dio la titularidad a Busquets y Yayá Touré decidió marcharse al City. Desde entonces, la relación entre ambos se deterioró. Pero jamás pensaron en cruzarse de nuevo por el camino. Tanto es así, que la temporada pasada, cuando el Manchester anunció el fichaje de Pep, su representante se levantó en armas contra el técnico español. Incluso, anteriormente, se encargó de quitarle valor a los títulos conseguidos bajo su dirección en el Camp Nou: “La verdad es que mi abuelo también podría haber ganado con el Barcelona y el Bayern, ya que se trata de grandes clubes con grandes jugadores”.
Sin embargo, su marcha, que parecía segura, no se llevó a cabo el pasado verano e incluso se especuló con que Touré habría hecho las paces con Guardiola. Pero no ha sido así. Pep no lo ha incluido en la lista para jugar la Champions League dejando patente que no cuenta con él. Ahora, la única salida que le queda al costamarfileño es salir del City.
La estrategia de Guardiola con Touré ha sido la misma que siguió con Hart. A su llegada, ya dejó entrever que quería otro portero. ¿Y qué hizo? Para quitarse un problema, habló con el guardameta internacional y lo dejó en el banquillo los primeros partidos hasta que éste decidió irse al Torino. Y tras su marcha, el técnico español fichó a Claudio Bravo procedente del Barcelona por 18 millones euros. Así, se quitó un problema. Como con Yaya, su segunda víctima. Algo, al fin y al cabo, que ocurre en todos los clubes, pero que toma relevancia en este inicio de la era Guardiola en la Premier League.
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