El ser humano, en determinadas circunstancias, duda. Ya saben, que si cambio de trabajo, que si me busco otra pareja, que si me mudo a otro piso… Son cosas que pasan. Es, en cierto modo, algo natural. Y el Atlético, como la criatura que es, hizo lo propio a principio de temporada. Sacó dos empates y el respetable se puso nervioso. ¡Vaya! Pero aquello, lejos de ser una realidad, fue algo fortuito. Hechos los ajustes, extirpados los malos augurios, está de vuelta. Es más, es una versión mejorada del equipo que llegó a la final de la Champions el curso pasado. Juega mejor, tiene más gol y mantiene la solidez de siempre. ¿Quieren pruebas? Pueden volver a ver el partido contra el Sporting (5-0), porque menuda fiesta, que diría aquel… [Narración y estadísticas: Atlético 5-0 Sporting]
Simeone decidió cambiar las piezas y el sistema. Apostó por un 4-4-2, pero con Carrasco, Griezmann, Gameiro y Gaitán en el campo. Y la probatura no le pudo salir mejor. Pasados cuatro minutos del primer tiempo, el Atlético ya había sepultado al Sporting. Apareció primero el ex del Sevilla para meterle el balón en profundidad al 'Principito'. Y dos minutos después, fue Kevin, ese jugador que no marcaba, el que decidió buscar la pelota, encarar a su par y buscar el palo largo. Anotó, buscó el cielo con su mirada y sumó su segundo tanto esta temporada. ¿Alguien dijo que no tenía gol? Pues eso.
Gameiro acabó con esas dudas con una asistencia y un gol. Se presentó en sociedad, confirmó que lo suyo en los primeros partidos era cosa de adaptación y cedió el testigo. ¿A quién? Al de siempre. Griezmann, que sigue sin tocar techo, decidió acabar la faena antes del descanso él solito. Sin contar con nadie. Recibió la pelota, buscó la frontal del área y la colocó en la escuadra. Y fin de la historia. Él fue el encargado de acabar con la resistencia y las esperanzas del Sporting justo antes del descanso. ¡Y todavía con 45 minutos por delante!
Pero el aluvión comenzó a remitir. Se nubló el cielo de Madrid, refrescó y el Atlético decidió conducir el partido con prudencia. Simeone dio entrada a Augusto para reforzar el centro del campo y mandó a Carrasco al banquillo. Algo que entra dentro de la lógica si se mira detenidamente el calendario del Atlético: el miércoles visitan el Camp Nou, el domingo reciben al Deportivo y después comparecen ante el Bayern en casa. Todo en menos de 15 días. En fin, cómo para pensarse lo de reservar a jugadores. Los siguientes, Gameiro, que dejó su puesto a Correa, y Griezmann, que dio la alternativa a Torres.
Y hechos los deberes, a pensar en otra cosa. O, mejor dicho, en lo de siempre. El Calderón, fiel a su costumbre, recordó a Luis Aragonés, cantó “este es mi Atleti” y se levantó para ver, aplaudir y celebrar, una vez más, dos goles de Fernando Torres. Y con eso y una victoria, hasta el miércoles a las 22:00 en el Camp Nou. Con una cara inmejorable y mucho que celebrar. Con Griezmann enchufado, Gameiro marcando goles y Gaitán totalmente integrado. La combinación tiene muy buena pinta, pero toca confirmar lo hecho ante el Sporting contra el Barça. Toca creer. Ya lo dice Simeone en su biografía.