El sorteo de la Champions, siempre caprichoso, quiso que los dos grandes de España, los favoritos a todo viajaran a Alemania la misma semana. Real Madrid y Barcelona jugarán ante Dortmund y Monchengladbach en duros duelos que pueden marcar los próximos tres meses en Champions. Pero eso será el martes y el miércoles. Antes, y con Alemania en la mente, blancos y azulgranas viajan para no perder más puntos en Liga.
Los dos se enfrentan a teóricos rivales muy inferiores a ellos, a domicilio y ambos vienen de perder dos puntos en Liga. Es el Madrid quien tiene la papeleta más difícil, en Las Palmas, pero el Barça no se puede descuidar en Gijón. Partidos trampa antes de afrontar una semana decisiva en Champions. Muy trampa por como vienen ambos y por la sed de reivindicación de sus rivales. Será a las 16:15 horas el Barça (vs Sporting). A las 20:45, hora peninsular, saltará el Madrid al Estadio de Gran Canaria. Entre medias jugará el Sevilla, segundo en la tabla, que hasta puede acabar líder si se le da bien la jornada.
La trampa de Gran Canaria
Pinchó en San Sebastián y la sensación es que Las Palmas se desinfla tras un arranque prometedor. Pero el partido en Anoeta, en el que los de Setién cayeron 4-1, tiene algo de trampa. Hubo dos penaltis, el primero con 1-0 que además conllevó la expulsión de Boateng. Una hora con un jugador menos fue demasiado para los canarios, que su otra derrota llegó en Sevilla con un arbitraje muy polémico (les pitaron un penalti en el 89 y perdieron en el 94 cuando el árbitro había añadido 3 minutos).
La isla vive en una nube porque hacía mucho tiempo que no veían a su equipo jugar tan bien al fútbol y de forma tan sólida. Setién ha cambiado la cara a un equipo que lo normal es que estuviera sufriendo por la salvación. Ahora sueña con incluso estar entre los 10 primeros. Lo hace con una base que lidera este año Roque Mesa, héroe de todo en la isla. Marcó el gol del ascenso, es canterano y ha ido creciendo a semejanza del equipo. Es la viva imagen de la actual Unión Deportiva. La baja de Boateng, que marcó dos goles en las primeras dos jornadas, deja al partido sin ese toque mediático que ha traído el ghanés. Araujo, El Zhar y el croata Livaja estarán en el ataque canario.
Al Madrid, que ya sufrió de lo lindo la temporada pasada en el estadio amarillo, no le queda otra que ganar porque ya cedió un punto ante el Villarreal. Son los típicos partidos en los que hay que sacarlos sea como sea. Será una trampa porque no estarán ni Casemiro ni Marcelo, dos titularísimos con Zidane cuyo remplazo deja dudas. Seguramente Nacho ocupe el lateral izquierdo y Kovacic, con Kroos y Modric, el centro del campo. Pero todo queda abierto porque lo avanzó el propio Zidane. "Tenemos una plantilla amplia y haremos cambios". Es por ello que el partido acabará siendo un examen, aquel que indique si el fondo de armario del Madrid es fiable.
Vuelve Keylor Navas a una convocatoria, algo que no hacía desde la final de Champions. Esto le abre otra brecha a Zidane, que tendría que dejar en la estocada a Casilla. El francés abrió a una rotación en la portería, pero analizando lo que pasó el año pasado, era más una floritura para mantener contento a Casilla que a algo real. Se hace difícil pensar que con el meta costarricense a su máximo nivel sea, éste sea suplente en Liga o Champions. Donde no duda Zidane es en la criticada esta semana BBC. "Esperamos mucho de ellos, les exigimos mucho, pero saben que esto es así. Siempre podrán hacerlo mejor, pero estoy contento con lo que están haciendo". Con Bale, Benzema y Cristiano querrá el Madrid salvar el complicado viaje a Canarias para después afrontar con garantías el Dortmund, el camino amarillo que se le viene en cuatro días.
El Barça, casi como en casa
No es El Molinón el estadio en el que peor se pueda sentir el Barça. Tradicionalmente ha sido un campo amable con los culés, unidos por los continuos lazos desde los tiempos de Quini. Y las semejanzas se hacen ahora todavía más notables, con dos entrenadores amigos, con el técnico del Barcelona de Gijón y con un Abelardo que oposita poco a poco para dentro de varios años ocupar el banquillo del Camp Nou. 22 son los años en los que el Sporting no gana al Barça en su estadio, en la primera jornada de Liga en 1994. Pocos además recuerdan que en el viejo estadio asturiano comenzó la época dorada de Guardiola, con 1-6 que calmó al equipo tras perder en Soria y empatar ante el Racing.
La categoría del partido daría para rotar pensando en el partido de Champions pero al Barcelona le llega este partido con la necesidad imperiosa de ganar. No puede ya perder más puntos. Y lo tendrá que hacer sin Messi y seguramente Busquets y con las dudas en una defensa que Luis Enrique puede cambiar. Mathieu y Digne podrían entrar, al igual que André Gomes en el centro del campo. La ausencia de Messi deja el puesto a Arda Turan o Paco Alcácer. El que se quede fuera del once tendrá ya un mensaje más nítido de lo que quiere Luis Enrique. Al otro lado, un Sporting con lo puesto, con el morbo de la presencia de Douglas, que aun no se sabe si jugará. Los asturianos quieren hacer de su estadio el mejor argumento para la salvación. Por ahora, han ganado los dos partidos que ahí han jugado. Abelardo podrá contar con su once tipo, con el canterano madridista Burgui arriba, junto a Cop y Víctor Rodríguez.
La trampa está ahí. La Champions obliga a rotar pero la Liga lo impide. Los dos partidos son una especie de china en el zapato, porque aunque molesta, hay que quitárselo de encima para después caminar mejor. Es indudable que los encuentros del martes y miércoles son infinitamente más importantes, y que los actuales de Liga tienen otras 32 jornadas para corregirlos, pero casi cuentan más por la fiabilidad que pueden mostrar. Los culés, porque se les debe ver sin Messi. Los madridistas, porque el discurso de plantilla amplia se debe ver ahora. Que lo juzgue el sábado.
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