¿Cuántas veces habrán oído que el Bernabéu es un coliseo? Siempre se utilizó tal frase como metáfora ante la grandeza del estadio madridista. Ahora, este domingo ante la Real Sociedad (20:45 horas), la frase puede ser más real que nunca. Los más de 80.000 aficionados que abarroten el céntrico campo de la capital de España levantarán o bajarán su pulgar, como a la antigua usanza. El partido no arrancará cuando el árbitro Melero López pite el inicio. Lo hará antes, recordando, por ejemplo, a aquella etapa con José Mourinho en la que los encuentros arrancaban antes, porque había un examen continuo en torno a su figura.
Eso sí, ahora no será contra el entrenador o por lo menos no se espera. Zidane todavía sigue gozando del fervor casi unánime del Bernabéu, a pesar de que venga de un mal partido táctico y con cambios tardíos ante el Celta de Vigo. Será contra algunos jugadores que ya van preparados para la gran bronca tras su pésima actuación en los últimos partidos. Este domingo, el Bernabéu será un coliseo romano y la gente dictará sentencia.
Para saber la nota del examen, habrá dos momentos. El primero, un poco antes del inicio del partido, cuando los nombres se digan por la megafonía del Bernabéu. Ahí, la afición tendrá la oportunidad de levantar o bajar el pulgar. Además, es una tradición que el speaker diga el nombre del jugador para esperar que la afición diga el apellido. Por ejemplo, desde la megafonía suena "Karim" y es el hincha el que tiene que gritar "Benzema".
El segundo momento será cuando el jugador en cuestión toque su primer balón, aunque tendrá su continuación. Al aficionado madridista no le basta normalmente con un primer silbido, sino que suele ensañarse sin todavía tener explicación lógica, salvo un calentón pasajero, al motivo de pitar. Sólo en caso de alguna acción brillante o de un gol podrán cambiarse los pitidos por aplausos.
Benzema, ante la gran bronca
El ejemplo de Karim Benzema no es casual. Para el francés se espera un ambiente hostil, porque él fue la viva imagen de la eliminación del Madrid el pasado miércoles en Balaídos. Una de las frases que más tiene integrada el aficionado madridista es del venerado Santiago Bernabéu. "La camiseta del Real Madrid es blanca. Se puede manchar de barro, sudor y hasta sangre, pero jamás de vergüenza".
El madridismo podrá siempre perdonar la mala suerte de su equipo, perder un partido e incluso podrá reconciliarse con un mal jugador, a pesar de que ahora ese perfil lo da Danilo y tampoco se espera un indulto al lateral brasileño. Pero lo que jamás aceptará la grada del Bernabéu será la apatía de un jugador.
Y en esas está Benzema, que se ha quedado sin apenas defensa tras su dejadez en Vigo. Su actitud en la primera situación límite que ha tenido el Madrid esta temporada le ha provocado críticas unánimes de todos los sectores. Al francés sólo le puede salvar un gran partido ante la Real Sociedad.
El otro jugador en la diana del Bernabéu es Cristiano Ronaldo, aunque su caso es diferente al de Benzema. A Cristiano se le podrá acusar de muchas cosas, pero déficit de actitud, en estos momentos, no tiene. Al portugués le falla su juego. Ni gana una carrera a su rival ni remata bien ni es influyente en el Madrid.
No obstante, es un jugador al que siempre hay que temer, ya que puede marcar de falta (como en Vigo), cabecear un córner o protagonizar otras acciones que nada tienen que ver con el estado de forma de un jugador. A Cristiano, sencillamente, le falta recuperar aquello que le hizo el mejor. O reinventarse y aceptar que su fútbol ya no gira en torno a la banda.
También será señalado Danilo, aunque la duda es si Zidane le 'protegerá' ante la bronca que le puede caer. Ya lo hizo en el último partido en Chamartín, ante el Málaga, alegando que tenía molestias. Pero ahora no están ni Carvajal ni Marcelo y retrasar a Lucas Vázquez o sacar a Coentrao sería lanzar un mensaje de poco apoyo a Danilo. Del brasileño dijo Zidane que "lo más importante es que no se borra. Tiene personalidad y confianza. Necesita la ayuda de sus compañeros".
Hizo gala el francés de su optimismo y también aseguró que no le "preocupa nada" la reacción del Bernabéu y que "la gente va a animar al equipo". Al fin y al cabo, el Madrid se juega el liderato seguramente presionado por los resultados de Barcelona y Sevilla, que juegan antes. Su rival, la Real Sociedad, uno de los más peligrosos del torneo, aunque cansado tras un mes de enero lleno de partidos que acabó con la eliminación en Copa. El partido es de vital importancia para un Madrid que tendrá que enfrentarse también a 80.000 pulgares en los juicios del Bernabéu.
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