¿Qué sería de este Atlético sin Antoine Griezmann? A día de hoy, inimaginable. El francés lo hace todo en el equipo de Simeone. Es el mejor, es el más determinante y el más goleador. Y en Granada se vio bien. [Narración y estadísticas: Granada 0-1 Atlético]
El Atleti volvió a ganar como lo ha hecho tantas veces, por la mínima, con un gol al final del partido (minuto 83) y siendo serios y poco efectivos a la vez durante todo el partido. Lo importante, al fin y al cabo, es que los rojiblancos sacaron tres puntos muy valiosos de Los Cármenes que les quita los problemas de la cuarta plaza una semana más y les da algo de ánimo para el decisivo y, a priori, decidido duelo de Champions ante el Leverkusen.
No se puede decir que el Atlético jugara mal en Granada, porque no fue así, pero repitió los mismos males que en otros partidos: muy poca efectividad, más problemas defensivos de los de hace semanas (y años) y un juego muy lento aunque paciente, mandando el mensaje de que antes o después llegaría el gol. No era nada raro ya que el Granada tiene un problema grave en su defensa: es el tercer equipo más goleado de la Liga y le cuesta un mundo (una media de uno de cada 8 partidos) dejar su puerta a cero.
Ocasiones, eso sí, tuvo el Atlético como para poder ganar en Granada de forma más tranquila de la que lo hizo finalmente. Eran todos acercamientos tímidos, aprovechando arreones, sin una idea clara de juego. Carrasco lo intentó varias veces desde fuera del área, Koke también se animó, minutos más tarde fue Correa... Pero todo acababa o lejos de la portería o en las manos de un Ochoa que podía crear sensaciones contrarias a la vez: paraba, casi siempre bien, pero siempre dejaba la duda para las siguientes jugadas.
La inercia, el paso de los minutos y la entrada en la zona ya decisiva llevaron al Atlético a acelerar. El empate era casi un drama, porque en juego estaba la cuarta plaza e incluso soñar con la tercera y no tener que pasar por el mal trago de la previa de Champions. Con ese débil cambio le valió a los de Simeone. Koke colgó un balón y en el segundo palo entró Griezmann, salvador siempre, que solo tuvo que poner la cabeza para conseguir el ansiado gol. 0-1 y ahí se acabó todo.
El de este sábado era uno de esos partidos que más que ganar algo, te lo hace perder. Y el Atlético consiguió no perder nada. Superó la trampa de Los Cármenes y ahora se centra en una semana muy clave. El miércoles recibe al Bayer Leverkusen y salvo catástrofe debe firmar el pase a cuartos en Champions. Y el domingo, también en el Calderón, jugará ante el Sevilla, duelo directo por la tercera plaza. Si gana, se quedará a dos puntos. La semana es vital. Se trata de sobrevivir y en eso el Atlético se maneja bien.