En un partido que rozaba lo soporífero, con un sol que invitaba más a tomar una cerveza en el bar antes que soportarlo de cara en el Bernabéu, lo único que podía levantar al aficionado del Real Madrid de su asiento era una acción individual, ya fuera una falta de Cristiano, una carrera de Bale, un centro de Carvajal o un disparo de Kroos. A falta de todo eso, y con Ramos ausente tras no ser convocado, solo quedó Isco. Y el malagueño supo el papel que tenía.
Francisco Alarcón no es que hiciera ante el Alavés (3-0) su mejor partido ni una actuación excelente. Pero con el bajo nivel de sus compañeros, un simple regate o disparo valía para ser la figura del partido. Lo fue Isco porque el encuentro estaba tal y como le gustan: lento, con el equipo dormido y listo para coronarse con un mínimo de actitud. De calidad va sobrado el malagueño y por eso siempre hay que estar pendiente de él.
En el partido de este domingo, Isco marcó el segundo gol, el que acababa de sentenciar un encuentro en el que el Madrid jugaba con fuego. Fue en el minuto 85 y de bella factura, el mejor de la tarde. Antes había dejado algún que otro destello, no muchos más que en otras ocasiones, pero sí se le veía más 'enchufado', con ganas de traducir en el campo todo lo que se dice fuera de él.
Coincide esta buena actuación del exjugador del Valencia con las dos semanas más calientes en torno a su figura. Que si se irá a final de temporada, que si renovará, que si no tiene minutos, que si sí los tiene... El parón por selecciones hizo daño a Isco, presente en todos los debates. Muchos le utilizan para criticar a Zidane y otros para alabar al propio jugador. Con la selección fue suplente en el partido oficial ante Israel, pero salió en la segunda parte y marcó. Es prácticamente lo que hace en el Real Madrid, donde casi siempre ha jugado pero solo en un 60% de la temporada fue titular. Es el 13º futbolista del Real Madrid con más minutos.
Esa es una de las dos velocidades de Isco. La que hace cuando su nombre está en todos lados y de repente demuestra lo válido que es. Contrasta con la tranquilidad cuando las cosas están en orden y no hay dudas sobre su figura. Isco acaba rindiendo cuando los focos alumbran sobre su presencia. Y tampoco se podrá quejar de los elogios que le llegan.
Zidane, al que señalan como el que más impide el crecimiento de Isco, comentó que "claro que quiere que renueve" y alegó que "tenemos partidos importantes cada tres días", dando a entender que antes o después acabaran teniendo titularidades todos. "Como es bueno, Isco cuando juega lo hace muy bien", añadió el entrenador del Real Madrid.
"Si sigue a este nivel es muy bueno", comentó Nacho sobre Isco al finalizar el partido, demostrando que en el vestuario también se ven las dos velocidades del malagueño. "No me extraña que el Barça quiera a Isco. Es muy bueno", añadió.
Isco siempre ha tenido todo a favor. Desde que llegó al Madrid en 2013 ha sido de los jugadores más queridos, más coreados y más perdonados. En aquellos años en los que mucha parte de la afición pedía la "españolización" del club, Isco llegó como el líder de una nueva era que finalmente no llegó. Pero gustó el fichaje. Y eso sirvió para tener una alfombra que todavía dura hasta hoy. Incluso los más puristas se olvidaron del "soy un poco antimadridista" que comentó el jugador en 2009. Al final es fútbol y el pasado no puede inhabilitar el futuro.
Con unas temporadas cada vez más largas, los equipos como el Madrid necesitan una plantilla en la que tenga 15 titulares y no solo 11. Isco entra en esa terna de cuatro futbolistas que no saldrían de inicio si todos están sanos pero que al haber tantos partidos, acabará jugando mucho en una temporada. Pero a la vuelta de la esquina está el mayor escaparate del fútbol, el Mundial, y allí quiere Isco ser titular. Y él no está todavía renovado. La puerta está abierta. Y mientras tanto seguirán las dos velocidades.