Se recitaron alineaciones de memoria, delanteras de carrerilla y defensas de recuerdo. Durante años, el fútbol presumió de estabilidad, de sumar jugadores desde abajo y de contar con hombres de la casa. Todos aquellos, decían, sentían los colores. O morían por el escudo. Da igual. Era otro tiempo. Ahora, la confluencia de jóvenes salidos de las categorías inferiores en cualquier gran club es, prácticamente, una utopía. Pero, de vez en cuando, pasa. Sucedió con aquel Barcelona de Guardiola -o con el posterior de Tito Vilanova- y se calca de otro modo diferente en el Atlético, que este sábado, ante el Málaga (0-2), llegó a alinear a seis canteranos titulares: Lucas, Thomas, Gabi, Koke, Saúl y Torres. Más que Madrid (2) y Barça (4) de inicio.
La foto del fin de semana no es circunstancial, ni tampoco la que se puede repetir contra la Real Sociedad este miércoles (21:30 horas). Simeone, desde que llegara para entrenar al Atlético -precisamente, ante el Málaga-, ha querido que la gente de la casa tenga importancia en la primera plantilla. ¿Por qué? Por un lado, porque saben cómo funciona el club: han crecido en él, conocen a todo el personal y no necesitan aprender la filosofía que rige la entidad. Y, por otro lado, porque sienten los colores: los han mamado, saben lo que implica defenderlos y reconocen sobre sus espaldas la responsabilidad de la derrota.
Simeone era consciente de todo lo anterior y lo puso en práctica nada más llegar. Contó con Gabi, dio la alternativa a Koke, confió en Saúl, pidió que volviera Fernando Torres y está dando minutos a Lucas y a Thomas esta temporada. Ha contado con todos ellos y éstos no le han fallado. No es casualidad, por tanto, que el Barça de Guardiola fuera el más exitoso de su historia repleto de canteranos ni que el Atlético del Cholo haya alcanzado dos finales de Champions en los tres últimos años con la misma fórmula en cuanto a progresión se refiere.
El éxito de este método, sin embargo, no asegura los resultados, pero sí gana el favor de cualquier aficionado. El Atlético jugó de inicio este fin de semana con más canteranos que el Madrid, que sólo alineó dos en la victoria (0-3) ante el Alavés (Kiko Casilla y Nacho) o cuatro si tenemos en cuenta todo el partido (Carvajal entró por la lesión de Varane y Lucas Vázquez sustituyó a Benzema en la segunda mitad). Y también salió con más titulares de la casa que el Barcelona en su partido (1-4) contra el Granada (Sergi Roberto, Jordi Alba, Busquets y Rafinha), aunque a la postre jugaron seis en el conjunto azulgrana (Iniesta y Aleñá saltaron durante el segundo periodo).
EL MEJOR TÍTULO DE SIMEONE
Hay entrenadores que dejan títulos. Llegan, gastan todo el dinero que pueden, fichan caro y levantan alguna copa. Otros hacen eso mismo, pero se van tras fracasar. Y los últimos son aquellos que dejan un legado: Johan Cruyff, Pep Guardiola, Luis Aragonés, Simeone… ¿Y qué es dejar un legado? Algo tan simple (y tan complicado) como que la historia del club te honre. Y eso se consigue patentando un estilo y desarrollando un determinado modo de jugar, pero también formando jóvenes en el propio club, haciéndolos debutar con el primer equipo y transmitiéndoles una idea concreta a la hora de hacer las cosas. Servir, de algún modo, de maestro de muchos otros y así cimentar el futuro.
Todo eso lo ha conseguido el Cholo, y ese es su mayor título, como reconocía tras clasificar al Atlético de Madrid para los cuartos de final de la Champions: “Lo que más contento me pone es que hoy (el día del partido contra el Leverkusen) jugaron muchos jugadores jóvenes: Sime (Vrsaljko), Lucas, Thomas, Koke, Correa, Carrasco… Y resolvieron el partido con gran jerarquía, siendo hombres en el campo pese a su edad. Y también me pone muy contento que jueguen Thomas o Saúl. Ambos estaban en las categorías inferiores cuando llegamos y veíamos qué jugadores nos podían valer. Tener a los dos en el partido, y a Lucas… Como entrenador, es muy grande”.
Tan grande como lo que ha hecho hasta ahora el técnico rojiblanco, que sigue cumpliendo objetivos esta campaña: ya llevó al Atlético a semifinales de la Copa del Rey, lo ha metido en cuartos de final de la Champions -jugará contra el Leicester- y lo ha colocado en tercera posición -reto prioritario- tras su victoria en Málaga (0-2) y el empate del Sevilla contra el Sporting de Gijón (0-0). Aun así, su Champions es haber sacado a tantos (y tan buenos) jugadores de la cantera. Ese es su legado, y el resto ya llegará. O no. Qué más da.