El Valencia se llevó los tres puntos de Cornellà-El Prat contra el Espanyol gracias a un gol de Gayá en el minuto 74 en, prácticamente, su única oportunidad clara, después de que el anfitrión firmara un monólogo de ocasiones y disfrutara de mucha más presencia en el área rival.
El Espanyol buscaba una despedida a la altura en su último partido en casa y firmó un inicio prometedor. El ímpetu e intensidad de los blanquiazules empujaba al Valencia a su campo. Su ritmo se traducía en ocasiones de Jurado y Gerard Moreno, que examinó a Doménech con un tiro seco en el minuto 19.
Las revoluciones del anfitrión bajaban, pero seguía mandando en Cornellà-El Prat. Los de Voro apenas habían saludado a Diego López. Los catalanes se aferraban a la velocidad de Baptistao, con balones al espacio. El brasileño falló el uno contra uno y, en la siguiente jugada, Marc Navarro remató de cabeza demasiado alto.
El Espanyol hacía méritos constantes para firmar el primer tanto de la tarde, mientras que del Valencia no había noticias. Sus ocasiones eran mínimas y tímidas y muchos de sus acercamientos acababan en robo de balón y contraataque. La permisividad de la zaga y el hambre de los 'pericos' no permitía alterar el guión.
En la reanudación, el Valencia seguía con la prioridad de mantener la portería a cero. Los de Quique Sánchez Flores mandaban en los primeros compases de la segunda mitad, aunque tenían más problemas que antes para llegar a la meta rival. El despliegue ofensivo era menos incisivo.
El cuadro valencianista estaba cómodo atrás. Resistía a las combinaciones del Espanyol y amenazaba con alguna contra, que nunca se culminaba. El técnico local intentó cambiar la dinámica refrescando el ataque: entró Felipe Caicedo en el minuto 73 y salió Hernán Pérez.
Sin embargo, todo el planteamiento construido por los catalanes hasta ahora se desmontó en el único acercamiento con peligro del Valencia. En una rápida transición de los de Voro, Parejo deslizó un pase medido a Gayá y superó a Diego López con un disparo cruzado en el minuto 74.
La grada del Cornellà-El Prat se quedó helada. Los futbolistas del Espanyol, pese a todo, no bajaron los brazos. El reloj dejó en nada su esfuerzo y terminó por premiar a los visitantes con los tres puntos.
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