Giampaolo Pazzini recibe el pase de Morales, marca y celebra el empate contra el Real Madrid (2-2). Sale corriendo y se dirige a la cámara. Hace una ‘V’ con los dedos y se los pone en la boca. Celebra, disfruta y goza. No hace tanto que ha llegado a Valencia y ya se ha estrenado. Pero, en casa, en el bar o en alguna redacción, muchos se preguntan: ¿qué hace?, ¿por qué ese gesto?, ¿qué significa? Incluso, algún mal pensado se atreve a afirmar: “Está haciendo un cunnilingus”. Y lo parece. ¿Pero era esa su intención?



Desde luego, cuando Pazzini lo hizo no quería que pareciese eso. Por eso mismo, capitulado el partido, tuvo que explicar por qué celebra así sus goles. Y su respuesta es bastante más banal de lo que se pueda pensar. El delantero italiano hace ese gesto en recuerdo de Luca Toni, que se echaba mano al oído y hacía un gesto parecido. Y él sigue su estela. Era su ídolo y por eso lo hace. Ya está, eso es todo.



Lo cierto es que la Giampaolo Pazzini ha sido una de las sorpresas de esta jornada. A sus 33 años y tras una prolífica carrera en la Serie A (Atalanta, Fiorentina, Sampdoria, Inter, Milan y Hellas Verona), ha llegado cedido al Levante, que necesita de un delantero que le asegure goles. Y, desde luego, eso parece que lo hará. Se estrenó ante el Madrid y todo indica a que se podría hacer con la titularidad lo antes posible. Y si lo consigue, desde luego, la Liga lo va a ver celebrar así muchos los goles. Los aficionados se tendrán que acostumbrar al particular ‘cunnilingus’ de Pazzini, la nueva moda.



Su gol, además, sirvió para alejar aún más al Real Madrid del liderato de la Liga –está a 19 puntos del Barcelona, aunque con un partido menos– y a contribuir a la salvación del Levante, que se encuentra en 17ª posición, justo por encima de los tres puestos de descenso que ocupan el Deportivo, Las Palmas y el Málaga.

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