La elección de los JJOO de Río 2016 fue amañada: el jefe de la organización, a la cárcel por comprar votos
La justicia brasileña ha condenado a cuatro representantes del Comité. El FBI fue clave en 2017 con sus investigaciones.
27 noviembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
Rio de Janeiro arrebató la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 a Madrid, Tokio y Chicago. Sin embargo, cinco años después se ha confirmado que lo hizo mediante la compra de votos. Las investigaciones, impulsadas por la fiscalía brasileña en 2017 y apoyadas por el FBI en el mismo año, han concluido con la condena a cuatro altos cargos de la organización por destinar más de dos millones de dólares a la adquisición de apoyos en las votaciones definitivas. Un hecho que ensucia el evento deportivo por excelencia a nivel mundial.
Carlos Arthur Nuzman ha sido el gran señalado por la justicia de su país. El que fuera jefe del Comité Olímpico Brasileño tendrá que asumir 30 años y 11 meses de prisión por su compra de votos. Aún le queda la opción de salvarse con la apelación de la sentencia, pero la amplia investigación sustenta la forma en la que se manipuló la elección de la sede de los Juegos Olímpicos 2016. Nuzman, máximo representante del Comité a lo largo de 20 años, ha 'caído' a los 79 años de edad tras cinco años de dudas.
La compra de votos, y por la que pudieron invertir más de dos millones de dólares, contó también con la colaboración de otros tres altos cargos de la organización. Uno de ellos es la mano derecha de Nuzman, Leonardo Gryner, que tendrá que pasar 13 años y 10 meses en la cárcel por los delitos cometidos. Él, según se apunta, fue el responsable de organizar esa inyección económica para hacerse con los respaldos necesarios.
Además, también han sido condenados Sergio Cabral como gobernador de Rio de Janeiro y el empresario Arthur Soares. El primero fue detenido e ingresó en prisión el mismo año de los Juegos Olímpicos. Fue en 2016 cuando, como consecuencia de otros casos de corrupción de los que había formado parte, tuvo que ingresar en la cárcel. Esta ha sido una de las claves de la investigación, por su historial y diferentes juicios abiertos han permitido llegar a acuerdos a cambio de información sobre la compra de Rio 2016.
El caso de Arthur Soares, sin embargo, también es peculiar. El empresario se veía capaz de todo. Incluso de alcanzar acuerdos con la empresa de Donald Trump que gestionaba el Trump Hotel. Pero la explosión de este caso de Rio en 2017 frenaron sus aspiraciones empresariales. Años después, el empresario sigue en paradero desconocido y no ha podido ser juzgado aunque se le señala como el facilitador de esos millones que sirvieron para convertir la ciudad brasileña en sede de unos Juegos Olímpicos muy competidos.
El FBI impulsó todo
La fiscalía brasileña comenzó a temer un caso de corrupción en septiembre de 2017, solo un año después de la cita olímpica. Además, realizó las primeras detenciones y Nuzman negó cualquier acusación de soborno. Sin embargo, la investigación iba a tomar una mayor dimensión cuando meses después se involucrara el FBI. El organismo estadounidense, en colaboración con Francia y Reino Unido, entre otros, pidió la máxima información para localizar la trama corrupta en la elección de 2009.
La información, publicada en su día por The Wall Street Journal, hacía referencia a que los Juegos se emplearon como una forma de catapultar los negocios de los implicados a través de este mecanismo de corrupción. Comprando los votos de miembros del COI, Rio de Janeiro tendría vía libre para hacerse con los Juegos de 2016 tal y como acabó sucediendo.
Tres años después de la cita olímpica, y solo dos desde que comenzara este rastreo policial, Brasil reconoció los hechos: la elección había sido comprada. Sergio Cabral, a diferencia de Nuzman, sí que confirmó durante la serie de juicios que él había solicitado dinero para comprar votos. Así, el que fuera gobernador de Rio de Janeiro destapó una trama corrupta que ha acabado con decenas de años de cárcel como sentencia.
Cinco años después de los Juegos Olímpicos de Rio 2016, la justicia brasileña ha podido aclarar que existió una elección manipulada de la sede. Un nuevo punto negro a esta organización que tantas críticas recibió en su día. Cabe recordar que durante Rio 2016 se vivieron momentos incomprensibles como piscinas de color verde por su mal tratamiento y que hace unos años se prohibió el acceso a algunas instalaciones por el peligro que suponía para la población.
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