Fernando Alonso se perdió el Gran Premio de China después de que los médicos de la FIA decidieran no darle el permiso correspondiente. El asturiano teía rota una costilla a consecuencia del brutal accidente que sufrió en Melbourne, en el primer GP de la temporada. Un escenario que no debería repetirse en China, aunque el doble campeón del mundo aún está pendiente del visto bueno de los galenos.
"Fue una decepción que me dijeran que no podía correr en Bahréin, pero respeto completamente la decisión del equipo médico de la FIA", dijo el español ya en el circuito chino. "Espero poder volver al volante el viernes, aunque hasta que los doctores no me den luz verde para correr no podemos dar nada por hecho", abundó.
El nuevo chasis del MP4-31
En cualquier caso, el de McLaren se mostró "ilusionado" por ver de lo que es capaz esta temporada el chasis y la unidad de potencia de su McLaren-Hondaen China, pues el circuito de Shanghái es "divertido para pilotar y hay algunas secciones de alta velocidad que son divertidas en la parte trasera". Además, explicó, en declaraciones facilitadas por su equipo, que "el trazado en sí incluye una serie de curvas exigentes y los dos giros largos y rápidos a mano derecha desgastan mucho los neumáticos, especialmente el delantero izquierdo", analizó.
"Por lo tanto puede tener una gran influencia en el desgaste de los neumáticos y el graining, por lo que es importante que consigamos que los neumáticos rindan bien desde el inicio de cada tanda para que los podamos gestionar durante la carrera y sacarles el máximo rendimiento", explicó.
Fernando Alonso, dos veces campeón del mundo de Fórmula Uno, advirtió que el "Gran Premio de China siempre es un poco una incógnita" por las cambiantes condiciones climatológicas. "Las temperaturas pueden variar, lo cual influye en la puesta a punto y el equilibrio del coche a lo largo del fin de semana. La temperatura del trazado será mucho más baja de lo que vimos en Baréin, por lo que mantener los neumáticos calientes es más complicado", dijo.