Cheste

Lloró durante la vuelta de honor después de vivir las 30 vueltas más tensas de su carrera deportiva, pero en las que mostró una concentración extrema para poder soportar la presión que le inflingieron los dos pilotos del equipo Repsol Honda. Ni siquiera se dio cuenta de las instrucciones que le marcaban en la pizarra desde el pit lane porque necesitaba sumar su séptima victoria de la temporada y que Valentino Rossi no quedase justo por detrás de él. Desde lo más alto del podio, Jorge Lorenzo se ha proclamado tricampeón del mundo de MotoGP en una carrera que ha dominado de principio a fin después de partir desde la pole y en la que Rossi, que ha tomado la salida desde la última posición de la parrilla, ha conseguido escalar a la cuarta posición después de los primeros 13 giros aunque no logró dar caza a los tres pilotos de cabeza.



Lorenzo, que ha sumado siete victorias en la presente temporada, en ningún momento ha liderado la clasificación general y sólo en Brno consiguió empatar a puntos con su compañero de equipo, que tiró por la borda el campeonato en Sepang después de tratar de echar de la pista a Marc Márquez. Una acción que le costó una sanción que le obligó a partir último en Cheste, pero que en la remontada contó con la complicidad de Pirro y Petrucci.



Márquez, que durante toda la carrera siguió la estela de Lorenzo, peleó en las dos últimas vueltas con su compañero de equipo por la segunda plaza del podio después de que en la primera parte de la carrera Dani Pedrosa tratase de conservar los neumáticos para después pasar a lanzar el ataque final, en el que llegó a contactar con Lorenzo y Márquez pero que poco más pudo hacer después de llegar a tocarse con su compañero de equipo en plena recta. La carrera del siglo para un campeón estelar.

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