Cuando se interroga a Valentino Rossi sobre quién le gustaría que le acompañara la próxima temporada en Yamaha asegura que no es una decisión que deba tomar él, aunque el primer nombre que desliza es el de Maverick Viñales.
El piloto español, que ha trasladado su residencia a Italia para poder compartir su día a día con su novia, Kiara Fontanesi, campeona del mundo de motocross, ha conseguido en sólo unos meses hablar un italiano más que correcto y ahora anda detrás de cuadrar su agenda con la de Il Dottore para poder disfrutar juntos del Ranch del italiano en su pueblo de Tavulia.
Es tan buena la relación entre ambos pilotos que, a pesar de pilotar para diferentes equipos, en los entrenamientos oficiales se suelen ayudar mutuamente siguiendo la rueda del que marcha por delante.
“Si Yamaha y Suzuki me quieren eso es muy bueno para mí. Yo estoy centrado en lograr el mejor resultado posible. Si la moto y yo damos el 100%, llegarán los resultados. También sería muy bueno para mi carrera deportiva estar al lado de Valentino. Tener una moto que generalmente está en las primeras posiciones te hace más fácil dar el 100%”, asegura Maverick, que en 2015 firmó un contrato con Suzuki por dos temporadas con opción a una tercera gracias a una cláusula que le permitiría renovar automáticamente si finaliza en el presente curso entre los seis primeros de la clasificación general.
Una letra pequeña que ambas partes han acordado no cumplir porque iría en contra de los intereses del piloto español y de la fábrica de Hamamatsu, porque lo que ambos buscan es subir al podio tras el regreso de la fábrica japonesa al campeonato del mundo de MotoGP la pasada campaña.
“Tengo que estar seguro al tomar la decisión correcta porque será un paso que marcará mi futuro. Tengo que saber qué necesito, así que me voy a tomar tiempo para decidirlo. Siempre he tomado las decisiones con la cabeza. Obviamente escucho la opinión de las personas más cercanas a mí, pero al final sigo lo que me dicta mi cabeza”, razona Maverick Viñales después de romper con el finlandés Aki Ajo, su manager desde el ecuador de la temporada 2013, cuando aún estaba en Moto3.
Ahora ha contratado los servicios del abogado español Paco Sánchez, que le ayudará a resolver un buen número de temas legales porque si el piloto español decide recalar en Yamaha se verá obligado a romper con algunos de sus patrocinadores personales al ser incompatibles con los sponsors de la fábrica de los tres diapasones.
“Para abstraerme de todo este lío, lo que hago es pilotar lo mejor que puedo y después estar en mi motorhome tranquilo para relajarme. Realmente, tampoco lo pienso mucho”, explica Maverick Viñales, que en Jerez se marca como objetivo meterse en la primera línea de la parrilla de salida en el Gran Premio de España.