Jorge Lorenzo: “Sacrificar mi estilo es como poner a Messi de centrocampista”
El piloto español reconoce que su adaptación a la Ducati ha resultado ser un poco más difícil de lo que pensaba, pero asegura a EL ESPAÑOL que ahora ha llegado a un 85% de sus posibilidades.
14 agosto, 2017 03:20Noticias relacionadas
Dice que es tan cabezota como Gigi Dall’Igna, director general de Ducati Corse, por eso tienen sus momentos de discusión y de intercambio de opiniones aunque su perseverancia le lleva a no abandonar nunca hasta conseguir su objetivo. Jorge Lorenzo (4 de mayo de 1987, Palma de Mallorca) comienza a ver los frutos del trabajo tras un complicado inicio de temporada en el que pronto se dio cuenta de lo contrapuestas que eran la Ducati y la Yamaha.
“Cuanto más me ayuda la moto, menos tengo que adaptarme a ella y puedo volver a mi estilo anterior; es un círculo vicioso. Sacrificar mi estilo es un poco como poner a Messi a jugar de centrocampista”, asegura el piloto español de Ducati durante su entrevista con el EL ESPAÑOL en el circuito Red Bull Ring, donde finalizó en la cuarta posición en una de sus mejores carreras de la temporada.
¿Cuándo se dio realmente cuenta de lo distintas que son la Ducati y la Yamaha?
En el test posterior a la carrera de Valencia ya vi muchas diferencias, pero allí usé las alas y el feeling fue bastante bueno porque la moto era muy estable de delante y en la recta no se movía nada. De hecho, hice tercero el primer día y séptimo, el segundo. Un par de meses después llegamos a Sepang, donde nos habíamos olvidado un poco del feeling que teníamos en Valencia. Empecé a trabajar ya sin alas y el primer día fue muy duro porque todavía no había empezado a adaptar mi estilo a la Ducati y pilotaba como con la Yamaha. No tenía estabilidad delante y terminé decimoséptimo, a más de un segundo y medio del primero. Las cosas no mejoraron en otros circuitos y empezamos a dar pasos casi minúsculos. La evolución ha sido muy lenta porque desde Losail hasta Brno la moto no sufrió apenas cambios.
Pero imagino que su entorno le había advertido antes, ¿tan cabezota es?
Las cosas hay que probarlas. Hasta que no pruebas las cosas no recibes un feedback.
¿Y quién es más cabezota, Gigi Dall’Igna [director general de Ducati Corse] o usted?
[Risas]. Los dos somos igual de cabezotas y por eso tenemos nuestros momentos de discusión y de intercambiar ideas. Eso es lo que nos ha llevado para adelante en la vida, pero también es uno de nuestros defectos. Para el deporte tiene más efecto ser cabezota que negativo, sobre todo ser cabezota en el sentido de que no abandonas hasta que consigues tu objetivo. Antes era cabezón en todos los sentidos y no paraba hasta que me daba de frente contra la pared. Ahora soy muy curioso; me gusta saber el porqué de las cosas y me gusta mucho observar a los demás.
¿Se aprende observando a los demás?
Sí, pero la práctica es más efectiva cuando aplicas algo que has visto. Si sólo te dedicas a estudiar y a la teoría, uno no puede ser campeón del mundo. Uno no puede aprender a jugar al golf sólo con la teoría. Tienes que ir allí y practicar millones de tiros.
Últimamente está bastante enganchado al golf, ¿qué le aporta?
Es una de mis aficiones preferidas. El golf es lo opuesto al motociclismo, que es un deporte muy físico, de valientes, de determinación y de agresividad. El golf es todo lo contrario; es el deporte más tranquilo y uno de los menos físicos que existen aunque si caminas los 18 hoyos son tres o cuatro horas. Me aporta relax y como no me cansa mucho lo puedo practicar el miércoles previo a un gran premio. El golf me viene bien para analizar las cosas y poder aplicarlo a la moto. Los miércoles buscamos un campo de golf cerca del circuito para poder jugar un par de horas.
¿Se ha llegado a arrepentir de haber cambiado de moto?
¡Nunca! Tengo 30 años y soy campeón del mundo. Quizá si lo hubiera hecho con 21 o 22, cuando también tuve la oportunidad de hacerlo, sí hubiera podido ser una decisión equivocada. Después de ganar tantas carreras y tres campeonatos del mundo con Yamaha, tenía poco que demostrar. Como dije cuando tomé la decisión, seguía sintiéndome muy afortunado de poder seguir haciendo mi deporte en un equipo competitivo y no tenía ninguna queja en Yamaha porque siempre me han tratado bien pero me faltaba esa chispa que te da los desafíos nuevos. Me gustaría ganar el título con Ducati y hacer de ella la mejor moto de la parrilla junto con Gigi y los ingenieros.
Pero podría haber optado por la comodidad…
Sí, pero siempre me he intentado superar a mí mismo. Trabajando con la misma moto y las mismas personas, no aprendía cosas nuevas.
Usted está acostumbrado a verse en los puestos de cabeza, ¿resulta duro verse séptimo en la general de MotoGP y a 95 puntos de Marc Márquez?
Bueno, depende cómo te lo tomes. Yo ya sabía que no iba a ser fácil porque la Ducati no era la moto más completa y me iba a pedir lo opuesto a mi pilotaje. Al final ha resultado un poco más difícil de lo que pensaba, pero ya sabía que no era coser y cantar. Llegar ahí y ganar cuatro carreras desde el principio. La moto comienza a darme buenas sensaciones y, cuando me las da, yo estoy ahí otra vez.
¿No cree que se fijaron metas muy altas desde el primer momento?
Ese fue el error, aunque yo no lo dije. No es tan fácil ganar porque Michael Schumacher necesitó cuatro o cinco años para ganar su primer título con Ferrari, pero luego nadie le paró durante cinco años.
Ahora, ¿en qué punto está?
Creo que al 85% de mis posibilidades.
Ha ido adaptado su estilo de pilotaje a la Ducati, pese a que no es una tarea fácil. ¿Qué le falta para recuperar el potencial?
Esta moto para ir rápido te pide frenar tarde, estar mucho tiempo con los frenos apretados, usar el freno trasero que en Yamaha no usaba para nada, hacer poco paso por curva ya que estás frenando todavía dentro del ángulo, abrir muy bruscamente el gas para hacerla derrapar y que te ayude a girar ya que le cuesta mucho en inclinación... En definitiva, un estilo opuesto al mío de estos años. Tras nueve años pilotando de manera natural, cambiarlo completamente cuesta mucho.
Sacrificar su estilo de pilotaje, que le ha reportado cinco títulos de campeón, ¿es como perder parte de su personalidad?
Cuanto más me ayuda la moto, menos tengo que adaptarme a ella y puedo volver a mi estilo anterior; es un círculo vicioso. Sacrificar mi estilo es un poco como poner a Messi a jugar de centrocampista. Seguirá siendo muy buen jugador, pero su posición natural es de mediapunta o de delantero. Si dejas a Messi ser medio durante unos cuantos años, al final volverá a ser uno de los mejores. Evidentemente, siempre le será más fácil en su posición natural.
Pero es una cuestión de celeridad, porque no se puede permitir estar cinco años en el centro del campo sin resultados…
Sí, tengo que intentar adaptarme al centro del campo pero que también me pongan un poco más arriba [risas].
¿Ha encontrado en Ducati el cariño que le faltó en Yamaha pese a que les dio tres títulos de campeones?
No me faltó cariño en Yamaha, aunque en Ducati están más pendientes de mí y en el apartado de los ingenieros me escuchan más. Valentino Rossi, a nivel mediático, es muy fuerte pero a mí lo único que me importaba era tener las mismas armas que mi compañero de equipo y siempre las tuve en Yamaha.
Pero siempre se agradece un poco de cariño…
En ese aspecto, yo siempre he sido muy frío. Esto es un deporte y el cariño lo consigues de tu familia y de tus amigos. Igual hay pilotos que son más sensibles y necesitan sentirse arropados para que no baje su rendimiento, pero yo siempre he sido un poco Tarzán en ese sentido.
¿Qué le aporta el nuevo carenado?
Estéticamente me gusta porque es moderno y parece un coche deportivo, como un Lamborghini; pero lo importante es que aporte algo. Para mí tiene más pros que contras. El punto negativo es que pierdes velocidad, como sucedía con las alas. Incluso pierdes un poquito más que con las alas. Con la Ducati siempre me he quejado de falta de apoyo y grip delantero, pero con este nuevo carenado supone un paso hacia delante porque pone más peso, más carga aerodinámica y más grip. Puedo frenar más tarde, entrar mejor en las curvas y sentir mejor la rueda delantera, ya que me descuelgo mucho de la moto. Con el nuevo carenado voy más rápido y, al final, me compensa lo que pierdo en la recta con lo que gano en las curvas. Otros pilotos lo han probado, como es el caso de Dovizioso y Petrucci, pero por su estilo de pilotaje no les compensa porque no necesitan tanto peso delante como yo.
Con una moto tan física como la Ducati, ¿ha tenido que variar su rutina física o incrementar la carga de trabajo?
Sí, he tenido que ganar un poco más de masa muscular porque es una moto más física, más nerviosa de motor y requiere de más fortaleza física para que te salga el tiempo. Cuando intentaba ser más agresivo y más brusco con los movimientos de mi cuerpo, la Yamaha se descontrolaba y perdía tiempo. Con la Ducati compensa ser agresivo y utilizar la fuerza para que se salga el tiempo.
¿Y cuánto ha ganado de masa muscular?
Calculo que un par de kilos, pero lo he compensado reduciendo la grasa corporal. Con lo cual, me he quedado más o menos igual aunque he ganado más en espalda y hombros.