“Para poder competir en este europeo hemos tenido que darle la vuelta a los cepillos”. Lo cuenta Sergio Vez, capitán de la selección española de curling que disputa esta semana en Dinamarca el Campeonato de Europa. ¿El motivo? Las escobas, que traen a la Federación Internacional, los jugadores y los árbitros de cabeza desde hace unos meses.
La culpa la tiene el progreso, dicen. Las principales marcas que fabrican las escobas con las que los jugadores pulen el hielo para que se desplace la piedra han ido mejorando los materiales con los que fabrican escobas y cepillos, hasta que los últimos modelos, usados por algunos jugadores desde hace meses, “usan un material que puede cambiar totalmente la trayectoria de la piedra”, explica Vez a EL ESPAÑOL.
Movimientos antinaturales
Las escobas no han evolucionado demasiado en los últimos años, pero sí lo ha hecho el material con el que fabrican el cepillo, que está en contacto directo con el hielo. Ya desde hace tres temporadas algunas marcas han optado por hacerlos con materiales “algo más duros”, el problema “es que están hechos con unas telas casi rígidas muy agresivas, que rascan y se comen el hielo, y además hacen que se pueda cambiar la trayectoria de la piedra, provocan unos movimientos totalmente antinaturales”, explica el jugador.
Lo sabe de primera mano. Él mismo usa, como el resto de los jugadores de la selección española, desde hace tres temporadas un modelo de escoba de la marca Hardline que “no es el más moderno, y por tanto no está bajo sospecha, no hemos tenido problema hasta ahora, pero con la polémica de las últimas semanas, nos han pedido que no usemos esos cepillos en esta competición”, señala. No son los únicos, siete selecciones que compiten junto a la española en Dinamarca estos días han tenido que dar la vuelta a los cepillos, y algunos otros que cambiar directamente sus escobas.
Les avisaron en la reunión técnica el día antes del comienzo de la competición. Tras las quejas de múltiples jugadores de todo el mundo, la Federación Internacional ha decidido tomar cartas en el asunto y, de momento, prohibir la utilización de los nuevos modelos de escobas, “hasta que se terminen los informes técnicos y se establezca una nueva reglamentación sobre los cepillos”.
Veto temporal
Los equipos han tenido que acostumbrarse a las sensaciones de los cepillos dados la vuelta a todo correr. “Es la primera vez que pasa algo así, que nos revisan las escobas antes de empezar la competición para decirnos esta sí vale o esta no vale”, explica Vez. “Es algo parecido a lo que pasó hace unos años en la natación con los bañadores de piel de tiburón, que al final la FINA acabó prohibiéndolos. Supongo que aquí pasará algo así, porque no parece muy justo que, en función del modelo de escoba que utilices, puedas obtener mejores resultados en competición”, señala.
Las selecciones suizas y canadienses, referentes en todo el mundo, son algunas de las que están usando en pruebas los modelos de última generación pero ante el veto temporal de la Federación Internacional deberán volver a modelos antiguos. En España, los jugadores esperan la resolución de la Federación Internacional para decidir qué hacer, si seguir con las que usan en la actualidad o cambiar por modelos nuevos.
No tendrán muchas escobas que cambiar, en cualquier caso. En nuestro país, el curling es un deporte con escasa tradición –apenas 100 licencias en toda España- pero con resultados en competiciones internacionales más que notables. Proporcionados, en buena medida, por las familias García y Vez, que desde hace años suman casi el 10% de las licencias federativas de este deporte en España, y que ya tienen en sus vitrinas un bronce Mundial –el conseguido por Irantzu García y Sergio Vez en dobles mixtos en 2013- y una plata en el Campeonato de Europa junior de 2014.