¿Se imaginan que el Real Madrid o el Barcelona jugaran la final de la Champions League y ninguna televisión lo retransmitiera? ¿O que al día siguiente, después de ganar, los principales medios deportivos no les dedicaran ni una línea o un minuto de los informativos? En un mundo dominado por el fútbol esto es impensable. El 90% de la información deportiva está fagocitada por CR7, Messi y compañía. Pero hay vida mucho más allá de ellos. Los deportes minoritarios luchan por sacar la cabeza, que la gente los conozca y que empiecen a disfrutar con nuevas experiencias. En muchos de ellos España es una potencia mundial, y ni por esas han encontrado ese hueco en las agendas mediáticas. Es el caso del balonmano playa, versión en arena del balonmano normal que aporta un toque de espectacularidad al asunto. Los giros, piruetas y saltos imposibles son la tónica habitual de este deporte con cada vez más adeptos y en el que España arrasa.
Los últimos en demostrarlo han sido los integrantes del Club Balonmano Playa Ciudad de Málaga y del Rincón Fertilidad Málaga Femenino, que en la pasada Champions Cup celebrada en Canarias hace dos semanas se han proclamado ganadores. Dos equipos de la misma ciudad poniendo esta modalidad en el mapa y en el foco de muchos que la ignoraban.
La temporada del balonmano playa comienza con los primeros calores del año, y alterna varios campeonatos en los que los equipos españoles se juegan la liga y su acceso a las competiciones europeas. Como si fuera la ATP de tenis, existe el Arena Tour, en el que los torneos dan más o menos puntos según su prestigio y por supuesto la Copa de España y el Campeonato de España. En 2017 la temporada se adelanta un poco, en mayo empieza la competición europea donde el Balonmano Playa Ciudad de Málaga representará a nuestro país.
Los jugadores de este deporte se costean la casi totalidad de los viajes y la gestión del equipo. Las ayudas son escasas y los patrocinadores no entran con facilidad. Por eso se sorprenden cuando van a torneos europeos y ven a gente con la camiseta llena de promociones. “Polonia va llena de patrocinadores, los húngaros también, hasta los alemanes que no son potencia tienen, pero aquí con la crisis si la situación del balonmano de pista es mala, pues en el de playa más”, cuenta Tato Pérez -jugador del Ciudad de Málaga- a EL ESPAÑOL. Cree que es el reflejo de que el balonmano de pista tampoco es valorado en España, aunque cree que algo está cambiando, aunque sea poco a poco.
Estamos en pleno proceso de crecimiento. A pesar del trabajo y esfuerzo realizado por muchos hasta la fecha, este deporte no ha contado con todos los apoyos necesarios como para evolucionar
Lo mismo opina su compañero Miguel Cristóbal, Micri, que ejerce también funciones de entrenador en la cancha. “Estamos en pleno proceso de crecimiento. Desde mi punto de vista, y a pesar del trabajo y esfuerzo realizado por muchos hasta la fecha, este deporte no ha contado con todos los apoyos necesarios como para evolucionar de una manera más rápida. Son muchos los deportes que en España intentan hacerse un hueco en medios de comunicación y que necesitan de estos para su expansión, pero el fútbol deja poco lugar para los demás”, explica a este periódico.
Ambos destacan que España tiene una elevada cifra de jugadores de balonmano playa con licencia. “La Federación Española de Balonmano realizó el pasado verano una importante apuesta muy necesaria por nuestra disciplina y los resultados de ellos se han podido ver durante el Arena Tour y el Campeonato de España 2016. La presencia de Teledeporte en las pruebas nacionales y el seguimiento en prensa y programas de radio nos está ayudando a crecer. Muestra de ello son los numerosos reconocimientos que estamos teniendo en estos días tanto a nivel provincial como territorial, por lo que estamos muy agradecidos e ilusionados con el panorama que se presente por delante”, añade Micri, que subraya la labor que para ellos ha hecho su único patrocinador, 7 metros balonmano.
Una profesión de la que no se vive
El balonmano playa, como casi todos los deportes minoritarios, tiene difícil convertirse en un oficio profesional para sus jugadores, que alternan otros trabajos o juegan en la Liga ASOBAL para poder vivir. Son conscientes de ello y no creen que esto vaya a cambiar de la noche a la mañana. “Pienso que deberán pasar muchos años hasta poder imaginar un panorama de este tipo. A nivel mundial ocurre prácticamente lo mismo. Nos podemos encontrar países que apuesten por gratificar a sus deportistas o cubrir sus gastos derivados de la competición, pero de ahí a que puedan vivir del balonmano playa quedan unos cuantos escalones por subir”, explica Micri.
Tenemos una pequeña ayuda de la diputación y del ayuntamiento de la ciudad, pero da para muy poco. Nos lo tomamos como unas vacaciones y nos dejamos un pastizal
En España no existe ni siquiera esa gratificación para cubrir los gastos y la temporada veraniega es un desembolso para ellos. “Tenemos una pequeña ayuda de la diputación y del ayuntamiento de la ciudad, pero da para muy poco. Nos lo tomamos como unas vacaciones y nos dejamos un pastizal. Nos podemos gastar 2.500 euros por persona en todo el verano”, cuenta Tato Pérez. Lo corrobora su compañero que cree que las autoridades no están involucradas. “Las ayudas son insuficientes y apenas llegan a un 5% del presupuesto total del club durante la temporada”, añade.
Un grito de ayuda para equipos que dan todos los años alegrías, aunque muchos no se enteren. Hará falta un apoyo como el que recientemente se ha dado al bádminton gracias a Carolina Marín para que estos deportes despunten y encuentren su hueco y su reconocimiento.