A los 91 años a cualquiera le iría bien una sesión de 'gerontogimnasia'. Los ejercicios específicos para la tercera edad buscan favorecer conductas motrices básicas, estimular vista, oído y el sentido del movimiento, ejercitar la memoria y la atención, incrementar el equilibrio, la agilidad, la destreza y la coordinación y, especialmente, mejorar la función cerebral y el sueño. Todo ello encaminado a disminuir los estados de depresión y aumentar la sensación de bienestar. Algo que rebosa en Johanna Quaas, la gimnasta activa de mayor edad en el planeta Tierra.
Sí, activa. Porque Johanna Quaas, que nació en 1925 en la localidad alemana de Hohenmölsen, al este del país, sigue compitiendo ¡a los 91 años! Eso sí, el récord, incluido en el Libro Guinness, lo consiguió ya en 2012, cuando aquel 12 de abril se presentó en el estudio de El show de los récords y realizó un ejercicio de suelo y otro en la barra de equilibrios que dejaron a la audiencia completamente boquiabierta. Aquel día se certificó su récord, pero la señora Quaas había saltado a la fama, vía YouTube, unos días antes.
Fue, concretamente, el 26 de marzo, en Cottbus, cuando durante una prueba de la Copa del Mundo organizada por la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) -y ya con 86 años- realizó una exhibición delante de los mejores gimnastas del mundo, que encaraban el tramo final de su preparación para los Juegos Olímpicos de Londres.
Sin embargo, lejos de lo que pudiera parecer una vida entregada a la competición, Johana Quaas practicó y abandonó la gimnasia tantas veces como la vida le dejó u obligó a ello. Porque, si bien es cierto que con nueve años ya competía, también lo es que dejó de hacerlo y se pasó al voleibol cuando, ya terminada la Segunda Guerra Mundial e instalada en la localidad germana de Weissenfels, la Autoridad del Control Aliado prohibió la práctica de la gimnasia en toda la Alemania Occidental. Aquella prohibición terminó en el año 1947, pero entonces llegó su matrimonio y, con él, los hijos y las obligaciones.
La señora Quaas no retomó la práctica activa de la gimnasia hasta bien pasados los 50 -ayudó que su marido, Gerhard Quaas, fuese entrenador semiprofesional de gimnasia- y, de hecho, hoy día es uno de los grandes atractivos de los campeonatos de la tercera edad que se celebran anualmente en Leipzig, los Landes-Seniorensportspiele. Se espera su presencia en la próxima edición del Festival Internacional de Gimnasia, el Internationales Deutsches Turnfest, que se celebrará en junio de este año en Berlín.
Tal ha sido el nivel de celebridad que ha alcanzado esta nonagenaria que varias marcas comerciales del ámbito deportivo pensaron en ella para que, junto al exjugador de Stuttgart, Werder Bremen o Schalke Thorsten Legat, sea la protagonista de una campaña de salud a nivel nacional bajo el lema "Entrena Alemania". Más allá incluso, pues entre los festejos por el 90 cumpleaños de la Reina de Inglaterra, Johana Quaas protagonizó uno de los actos más llamativos al lanzarse en tándem desde una avioneta para demostrar las capacidades de los nonagenarios.
"Empiezo a entrenar en cuanto me despierto. Soy muy madrugadora, así que mi rutina empieza temprano subiendo y bajando escaleras", reconocía en un programa de una televisión británica, donde también afirmó que en su tabla de ejercicios diarios incluía la carrera e incluso el yoga.
Una actividad que, en el mundo de la gimnasia, remite inmediatamente a Oksana Chusovitina, la gimnasta de origen uzbeco que ha competido en siete ediciones diferentes de los Juegos Olímpicos y con tres nacionalidades diferentes, pues lo hizo como integrante de la URSS, del equipo de la Rusia Unificada y, desde 2006, lo hace con la bandera alemana en el pecho. Una rara avis de la competición profesional que en los Juegos de Río de Janeiro compitió a los 41 años y es considerada como un modelo y una fuente de inspiración para el resto de gimnastas. Entonces, ¿qué deberíamos pensar de Johana Quaas?