Dos cuñados, una discusión y una pregunta: ¿qué es mejor después de hacer deporte, beber una cerveza o tomar un refresco? La cuestión quedó en el aire y Manuel J. Castillo-Garzón, profesor de la Universidad de Granada, se puso a investigar y demostró que tomar una o dos ‘rubias’ después de hacer ejercicio físico puede hidratar correctamente. El estudio llegó a las manos de unos corredores de Filadelfia y éstos decidieron crear el movimiento Beer runners. Pocos años después, en 2012, la idea llegó a España y se ha ido extendiendo de forma imparable. A día de hoy, hay 28.000 personas que, a través de Facebook, se reúnen en más de 50 ciudades para compartir deporte y cañita. Y, además, también lo hacen en diferentes carreras al año por diferentes puntos de la geografía española. ¿La próxima? Este domingo, en Madrid, con 5.000 participantes.



Uno de los culpables de que Beer runners crezca es Daniel Quintero (Sevilla, 1979). Desde Cerveceros de España comenzaron a organizar las carreras fijas y él extendió el movimiento a lo largo de la geografía española como coordinador de todos los grupos de Facebook, que se autogestionan y autohidratan en quedadas semanales. “En Sevilla, por ejemplo, en cualquier salida hay 30 personas, en Madrid también funcionan muy bien… Y luego organizamos eventos con deportistas de élite. Una de las últimas, con Javi Guerra, campeón de España de Maratón”, explica.



Dani es uno más en los grupos, la persona que ha demostrado que se puede compatibilizar cerveza y running. “De pequeño hacía muchos deportes: fútbol, baloncesto… Hasta los veintipico. Entonces, decidí dejar el tabaco y empezar a nadar. Me aburría y me puse a correr. Ahora, hago triatlón”. El último, el pasado fin de semana, un medio Ironman en Portugal. Pero, claro, ya tiene 38 años, y el salto no lo ha dado de un día para otro. Como los Beer runners, ha ido poco a poco.

Quedada de Beer runners con Javi Guerra.



Su primer maratón lo hizo cuando llevaba cuatro o cinco años entrenando. Hasta entonces, había ido paso a paso. “Y eso sí que lo debe de tener en cuenta alguien que empiece. Hoy en día, muchas veces, se le pierde el respeto a las distancias y mucha gente quiere ir muy rápido, pero no debería. Los músculos y las articulaciones necesitan adaptarse. A cualquier principiante, le recomendaría primero que buscara alguien que le asesore”, reconoce Dani.



Esa mentalidad, la de no salir a correr ‘a la aventura’, es una de las ventajas que proporciona Beer runners, que permite compartir entrenamientos con otras personas desde 2012. Antes, la ‘película’ era diferente. Cuando Dani empezó, el maratón de Sevilla lo corrían 300 personas; ahora, lo empiezan 14.000. “Fíjate, cuando yo lo hice, que sería sobre 2005, éramos 1.000 y quizás participaban 100 mujeres. Y ese es otro cambio. En la carrera de este domingo, en Madrid, hay un 40% de inscritas”.

La concepción en la sociedad también ha cambiado. Hace años, era difícil ver a alguien corriendo solo por la calle. Y, si alguien se atrevía a apuntarse a una maratón… “Le pasaba lo que a mí cuando se lo dije a mi madre, que es de Carmona, un pueblo que está aquí cerca de Sevilla. Ella me decía: ‘¡Vas a correr 42 kilómetros, pero si eso es como ir de Carmona a Sevilla!’. Ahora es distinto”. En 2008, salían a la calle un millón de personas a correr; en 2017, se ha triplicado el número de runners.



La mecánica de todos, en cualquier caso, es la misma. Trabajar y salir a rodar, como hace Dani, periodista freelance vinculado a diferentes marcas y con dos niños pequeños que “saca tiempo cuando puede”, pero siempre lo hace. “No me gusta hablar de ello como terapia, pero sí que me sirve para tener ese momento de soledad, para planear cosas, estar en calma, quitar los nervios y la ansiedad...”. Y, sobre todo, disfrutar. Esa es la magia del running, el objetivo de todos. Y si es posible, por qué no, con una cerveza en la mano y rodeado de amigos. ¿Se les ocurre otro plan mejor?

Dani Quintero, en una carrera, aparece a la derecha.

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