En menos de una hora, España cosecha sus dos mejores resultados en el Mundial de Londres. Es primero Adel Mechaal, cuarto en la final del 1.500 y sin medalla por 18 míseras centésimas, y después el relevo 4x400, quien consigue una histórica quinta posición batiendo además el récord nacional (3m00.65s), vigente desde 2001. Óscar Husillos, Lucas Búa, Darwin Echeverry y Samuel García, los 4 fantásticos del cuatro, mueren sobre el tartán, se pelean contra atletas que les doblan en tamaño o que les superan ampliamente en el duelo uno contra uno, con registros mucho mejores. Pero este cuarteto, donde todos tienen menos de 25 años, compite como un equipo y el testigo nunca se para. Son el futuro que queda quinto en un Campeonato del Mundo, la ilusión del nuevo atletismo español.
Husillos, el rayo de Astudillo, con manguitos en los brazos y gafas de sol pese a ser las nueve de la noche, decimocuarto en la prueba individual, se entrega en la primera posta, todavía con fuerza después de una semana con 4 carreras. Le pasa el testigo a Búa, toledano que se pelea con atletas el doble de anchos que él por coger la calle libre —"¡Me he lanzado como si no hubiera mañana!"—. Cuando recibe Echeverry, futbolero hasta hace poco, España es cuarta, y el canario nacido en Colombia completa una vuelta a la pista impresionante, sin perder un solo puesto. A Samuel García, tinerfeño, le afecta el láctico en la última recta, donde el belga Borlée le adelanta. Con Trinidad y Tobago venciendo (2m58.12s) a la poderosa Estados Unidos (2m58.61s), el cuarteto español mira al crono ansioso. El sueño de ser finalistas se había cumplido, el objetivo de pulverizar el récord nacional también se logra.
No son solo ellos cuatro el relevo 4x400m de España; también lo completan Alberto Gavaldá y muchos más, como dice Samu. Llegan al pasillo de la prensa con una sonrisa cómplice en el rostro, aventurándose a enunciar una nueva meta cuando aún no han ni saboreado esta. "¡Según hemos terminado todos mis compañeros ya estaban hablando de bajar de los tres minutos!", jalea Lucas Búa. Darwin todavía está en una nube: "Jamás en mi vida soñé con estar aquí rodeado de estas bestias".
Repescados a pocos días de que empiece el campeonato, el cuarteto español es una de la grandes alegrías y sorpresas positivas del Mundial de Londres. Nadie contaba con ellos y quedan quintos en la final, terceros entre los equipos europeos, con el punto de mira fijado en el Europeo de Berlín del año que viene. "Esta carrera no era la nuestra", dice Búa. "Esta lucha, con equipos de mucha tradición, no era la nuestra", replica García. Pese a ello son quintos del mundo.
A Husillos, que antes de irse a dormir visualiza diferentes opciones de carrera y qué puede ser lo mejor en cada caso para el equipo, se le ve cansado, pero feliz, muy feliz. El Mundial que ha completado es asombroso, con dos marcas personales en la prueba individual de la vuelta a la pista que se culminan con el récord en el 4x400m. La temporada toca a su fin, aunque él no va a dejar de pensar en el atletismo ni un minuto: "Acaba de empezar el ciclo olímpico y dentro de tres años estaremos más preparados, más entrenados para lucha por un puesto en Tokio 2020".
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