El COI renuncia al control actual de los deportistas transexuales: solo evitará las ventajas exageradas
El reglamento del 2015 para aceptar a atletas trans ha quedado eliminado. El Comité Olímpico Internacional lo deja en manos de las Federaciones.
18 noviembre, 2021 06:00Noticias relacionadas
La participación de deportistas trans en competiciones masculinas y femeninas dependerá únicamente de la decisión de cada Federación implicada. El Comité Olímpico Internacional, que servía hasta el momento como faro de muchos Estados y competiciones, se ha desentendido de regularizar esta situación y ha eliminado los requisitos formulados en 2015. Tras la renovación de este reglamento, únicamente especifica que cada Federación deberá evitar que haya una "desventaja desproporcionada" para evitar que se excluya a deportistas por su "identidad de género".
La confirmación de este cambio llegó a última hora española del martes. El Comité Olímpico Internacional, tras una consulta que se ha alargado durante dos años y que ha contado con más de 250 personas o instituciones implicadas, anunciaba cuál iba a ser su nuevo reglamento en lo que respecta a la participación de deportistas trans. Y este era sencillo: el COI dejaría de poner condiciones para pasar toda la responsabilidad en cada Federación. Según su comunicado, "toda persona tiene derecho a practicar deporte sin discriminación y de forma que se respete su salud, su seguridad y su dignidad".
El organismo, de esta manera, cambia radicalmente sus postulados fijados en 2015 y que sirvieron para que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se convirtieran en los primeros donde participó una atleta transgénero. Fue el caso de Laurel Hubbard, que compitió defendiendo la bandera de Nueva Zelanda en la disciplina de halterofilia. Su inclusión entre las aspirantes a medalla causó gran revuelo. Tanto que la atleta fue aislada de toda esta presión mediática para que no provocara ningún problema en su preparación. Finalmente, Hubbard no consiguió buenos resultados y anunció que se retiraría tras Tokio 2020.
Pese al fracaso en lo deportivo, el avance en lo que respecta a la igualdad competitiva fue notable. Además, se pudo demostrar que el control que había instaurado el COI, y que muchos criticaban por aparentemente no mantener la igualdad de oportunidades, funcionaba. Porque Hubbard, pese al aspecto físico y a la transición que había realizado años atrás, no se acercó a las marcas de las medallistas olímpicas.
Laurel Hubbard, siguiendo las especificaciones del Comité Olímpico Internacional, tuvo que pasar controles constantes para confirmar que podía competir en categoría femenina. La atleta debía tener niveles de testosterona de 10 o menos nanomoles por litro de sangre en periodos de elegibilidad, además de mantenerse por debajo en los 12 meses previos a la competición o someterse a controles esporádicos si así lo requería el COI. Unas especificaciones que, por ejemplo, no defiende la polémica Ley Trans que impulsó Irene Montero.
Libertad para las Federaciones
La nueva postura del COI recalca que se debe a "respetar los derechos humanos y como parte de las acciones emprendidas para fomentar la igualdad de género". "El COI reconoce que debe ser competencia de cada deporte y de su organismo rector determinar de qué manera un atleta puede tener una ventaja desproporcionada frente a sus compañeros, teniendo en cuenta la naturaleza de cada deporte".
El organismo internacional, además, ha subrayado que "no está en condiciones de emitir reglamentos que definan los criterios de elegibilidad para cada deporte, disciplina o evento a través de las muy diferentes jurisdicciones nacionales y sistemas deportivos". Por lo tanto, en el año del debut de una atleta trans en unos Juegos, el COI ha eliminado todo tipo de controles para dejar el poder en manos de cada Federación a apenas tres años para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Tras este cambio de postura, los diferentes Estados que esperaban seguir la estela del Comité Olímpico Internacional deberán reestudiar su posición y plan deportivo. Además, se darán diferentes escenarios en función de cada deporte. Sin ir más lejos, en la actualidad la federación francesa de rugby dio el visto bueno a la participación de jugadoras trans siempre que no sobrepasaran los 5 nanomoles de testosterona por litro. Ahora, el resto de organismos organizadores serán quienes, en función de cada deporte, configuren sus controles.
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