Virginia Pérez acaba de tocar el cielo. Un cielo desconocido, poco mediático y muy frío, pero su cielo al fin y al cabo. La meta de su esfuerzo y de su trabajo. Un éxito que hace unos años ni se hubiera imaginado alcanzar porque ni siquiera sabía que existían las pruebas en las que ahora compite y gana. En Sierra Nevada, Virginia acaba de demostrar que lo suyo es trotar sobre la nieve donde ya es la mejor del mundo.
La deportista de Guadalajara, que ha recorrido media España hasta afincarse en Aragón, se ha convertido estos días en la mejor del planeta en eso que internacionalmente se llama Snow Running. Se trata de unos de los deportes más duros del mundo porque, básicamente, es correr sobre la nieve. Y después de muchas horas de esfuerzo, de frío y de dificultades, Virginia se ha convertido en la reina absoluta.
Reina de las nieves
La atleta de Guadalajara ha tocado la cima este sábado en la estación de esquí de Sierra Nevada donde se han celebrado las pruebas mundiales de carreras en línea de nieve. Virginia se ha proclamado vencedora en la categoría femenina donde dominó con firmeza una prueba que, eso sí, le puso al límite. Un esfuerzo agónico bajo temperaturas gélidas donde la alcarreña demostró todo su potencial a pesar de ser casi una recién llegada a este mundo.
Sierra Nevada ha sido testigo durante los últimos días de estas pruebas tan espectaculares como temibles. La suya fue una exigente carrera de más de 12 kilómetros y que contaba con casi 1.000 metros de desnivel acumulado. Lo que podría ser un puerto ciclista de gran dureza, pero corriendo sobre la nieve. Una auténtica pasada solo apta para súper estrellas como Virginia.
La castellanomanchega se lució empleando una hora, 18 minutos y 39 segundos en cubrir esa distancia superior al 10K, pero con una dureza infinitamente mayor por las condiciones en las que se disputa. Virginia mantuvo un pulso titánico con la portuguesa Joana Suárez hasta que esta se terminó desinflando en su lucha. Finalmente terminó a poco menos de un minuto. El dúo de ibéricas en el podio estuvo completado por una nórdica, la sueca Sanna El Kott Helande, que se colgó el bronce tras llegar a más de dos minutos de la campeona.
Nada más ganar la carrera, rota por el cansancio, pero feliz por el deber cumplido, decía esto a los organizadores de la competición en Sierra Nevada: "Tenía muchas ganas de hacer algo grande aquí. Estoy muy contenta no solo por mí, sino por toda la selección española. Le dedico este triunfo a toda la gente que ha creído en mí, especialmente en los malos momentos". Virginia terminó orgullosa y satisfecha del nivel mostrado ya que no solo se colgó en el oro en esta prueba, sino que también había sido tercera en la modalidad de carrera vertical.
Un ascenso meteórico
Este heroico triunfo de Virginia Pérez adquiere todavía más valor teniendo en cuenta que se trata de una recién llegada a este mundo como aquel que dice. La historia de Virginia arranca lejos del Pirineo, su nueva casa. Y ha transcurrido en un tiempo récord ya que su vida ha cambiado enormemente en los últimos años y de manera muy deprisa. Se podría decir que en los últimos 24 o 36 meses ha pasado por media España hasta ser la mejor del mundo corriendo sobre la nieve.
Virginia es una apasionada de la montaña y además un portento físico. Lo suyo siempre han sido las carreras por este entorno, pero hace algo más de dos años decidió pasarse a correr por encima del manto blanco y lo cierto es que no le ha ido nada mal. Antes de llegar a eso ya se había proclamado varias veces campeona de la Copa de España de kilómetro vertical y acumulaba varios títulos nacionales e internacionales de trail.
Esta campeona de la montaña dejó hace más de una década su Guadalajara natal para mudarse al norte de España. Empezó sus estudios en el País Vasco donde después comenzó a trabajar. Sin embargo, las cosas no le fueron del todo bien y se terminó quedando en paro. Lo que parecía una mala racha terminó siendo su impulso para triunfar en lo que más le gusta.
Hace poco más de dos años decidió dedicarse a su vida deportiva y se trasladó a Villanúa, en el Pirineo aragonés. Tenía claro que quería vivir cerca de la montaña y conocía esta zona de alguna prueba que había hecho antes. Por eso fue el lugar perfecto para edificar su legado. Sin embargo, ha tenido que acostumbrarse a su nuevo entorno, muy diferente del País Vasco o de la Mancha. Además, tenía que ir a entrenar a zonas como Riglos, Alquézar o Nueno para librar las complicaciones meteorológicas.
Cuando decidió pasarse de lleno a eso de correr sobre la nieve también utilizó Astún como centro de sus operaciones, ya que entrena unas tres o cuatro horas al día durante seis días a la semana. Alterna las carreras por la montaña con sesiones de gimnasio para trabajar la fuerza o con carreras en llano. Además, siempre que puede intentar quitar impacto a sus rutinas y combina salidas en bicicleta con sesiones en la elíptica.
En febrero de 2021, hace justo un año, la selección de Aragón contactó con ella para que probara suerte en esto del Snow Running y casi sin preparación y sin haber probado nunca la nieve, se presentó en Sierra Nevada. Sobre el escarpado terreno granadino dejó a todos con la boca abierta y se llevó el Campeonato de España. Fue su bautismo de éxito y el principio de una gran trayectoria ya que aquella carrera desató a todo un fenómeno.
Ahora, 12 meses después, ha regresado de nuevo al lugar que dio comienzo a un sueño que ya es una realidad más que consumada. Virginia ha dejado Sierra Nevada como parte de la selección española y con la Copa del Mundo bajo el brazo. Un talento que ha explotado en tiempo récord y que ha cambiado su vida de forma trascendental en los últimos años.
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