El debate sobre la participación de deportistas trans en categorías femeninas sigue sobre la mesa. Sectores del feminismo como el que defiende el grupo Contra El Borrado de las Mujeres rechazan frontalmente esta inclusión, pues ven en ella una forma de que estas categorías sean copadas "por personas con ventaja competitiva sobre las deportistas". Una postura que, paradójicamente, también comparten las corrientes más conservadoras de la política internacional.
La polémica sobre cómo tratar el asunto está sobre la mesa y requiere ser abordada. ¿Cuándo y bajo que condiciones una deportista trans puede ser incluida en competiciones femeninas? Es la gran pregunta. Sin embargo, la gestión realizada por organismos referentes como el Comité Olímpico Internacional no ha hecho más que aumentar las diferencias entre los sectores. Frente a los requisitos que se impusieron en 2015 donde se analizaban los niveles de testosterona y se ponían unos límites, en 2021 el COI dio un paso atrás y acabó con esa norma.
Tras esta decisión, dejaron todo el poder en manos de cada federación internacional con la base de que nunca haya una "desventaja desproporcionada". Pero esos términos son lo suficientemente amplios como para que cada deporte instaure una normativa diferente. Así las cosas, en países como Estados Unidos ha estallado el caso Lia Thomas, la joven nadadora que está batiendo récords compitiendo con mujeres, pero cuyos éxitos rechaza parte de la sociedad por no haber igualdad de condiciones.
Contra El Borrado de las Mujeres cuenta con estudios que sustentan sus bases. Emma Hilton, una de las ponentes, asegura que "los estudios longitudinales que examinan los efectos de la supresión de testosterona en la masa muscular y la fuerza en transfemeninos (varones biológicamente) muestran constantemente cambios muy modestos, donde la pérdida de masa corporal magra, el área muscular y la fuerza generalmente descienden aproximadamente un 5% después de 12 meses de tratamiento". Un descenso insuficiente para la igualdad competitiva.
El feminismo se opone
Esta asociación feminista realizó este mismo sábado la I Conferencia Internacional en Defensa de las Categorías Deportivas Femeninas. Un evento donde participaron atletas reconocidas como Ruth Beitia (oro olímpico en salto de altura) o Lucila Pascua (plata con la selección española de baloncesto). El objetivo no fue otro que mostrar su oposición a la nueva Ley del Deporte y defender la no participación de atletas trans en competiciones femeninas.
Con Ángeles Álvarez a la cabeza, afirman que "las deportistas se enfrentan también a leyes que permiten a varones autoidentificados como mujeres participar en las competiciones deportivas femeninas". Tal y como señala la exdiputada del PSOE, "promover leyes que atentan contra los derechos de las mujeres deportistas no es inclusividad", sino que es "atentar contra el juego limpio para las mujeres". "No toleremos trampas", espeta.
La nueva Ley del Deporte, según señalan desde dicho congreso, "perjudica a las mujeres deportistas cuando permite la participación de personas transfemeninas y transgénero en las categorías femeninas". Y es que cabe recordar que la Ley Trans aprobada en su día eliminaba cualquier petición de análisis de testosterona ni pruebas de verificación.
La conferencia ha dejado muchos lemas y consignas. "Con estas leyes de autodeterminación, el Estado permite el dopaje contra las mujeres", aseguró durante su intervención la abogada especialista en derecho deportivo María José López. "No es cuestión de Derechos Humanos elegir en qué competiciones participa", criticó Fiona McAnena, de la organización FairPlay for Women. Linda Blace, excampeona canadiense de heptatlón, denunció que "la inclusión de varones en el deporte femenino no es más que una cuestión ideológica".
La conclusión es que, como proclaman en sus redes desde Contra El Borrado de las Mujeres, "sobra testosterona en el deporte femenino" porque "en todo el mundo, podios y medallas están siendo arrebatados a las mujeres por varones autodeterminados mujeres". La permisividad con las trans puede acabar con la presencia de mujeres, según dicen, en las disciplinas deportivas.
"Si se elimina el sexo para establecer las categorias deportivas, las mujeres desaparecerán de gran parte del deporte. Considerar a alguien con un cuerpo masculino igual o equivalente a una persona con cuerpo femenino, coloca en clara desventaja a las mujeres y privilegia, de manera sistemática, a los primeros frente a nosotras", remarcan en sus bases.
Los casos más denunciados
Mack Beggs como campeona de lucha libre femenina en Texas. Hannah Mouncey como jugadora tanto de balonmano como de rugby femenino. Mary Gregory, que ha batido "cuatro récords de halterofilia femeninos" o Laurel Hubbard, quien acudió a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 siendo la primera trans. En su caso, pese a haber batido diferentes récords femeninos con anterioridad, se marchó de la cita olímpica con un mal resultado. Además, acabó confirmando su retirada semanas más tarde.
Sin embargo, es el caso de Lia Thomas el que más repercusión está teniendo. Esta joven nadadora trans compite en la NCAA de Estados Unidos. Lo hace en equipo de chicas. Y, por el momento, está rompiendo todos los récods. La crítica que más le echan en cara es que cuando era hombre no ganaba carreras. Ahora, compitiendo con mujeres como Lia Thomas, es la número uno.
Hay que destacar que Thomas cumple con todos los requisitos que se piden para poder competir con mujeres. Sin embargo, este parece no ser suficiente para igualar las fuerzas en la piscina. Durante los últimos meses sus triunfos han generado debates y menosprecio. Pero, sobre todo, la movilización del sector conservador de Estados Unidos.
Medios de dicho espectro ideológico han publicado cartas de padres 'afectados' por Lia Thomas en las que hablablan de cierto miedo a criticar a la nadadora. Se habla de enfado entre sus compañeras por saber que nunca podrán ganarla. Se refuerza, en definitiva, la idea de que el hecho de ser una deportista trans le permite tener unas condiciones físicas imposibles ni de igualar para una cis.
Tras el último récord de Thomas, su universidad compartió un vídeo en redes para celebrar su logro. Las imágenes han sido reproducidas ya más de dos millones de veces. Exmedallistas olímpicas como la nadadora Sharron Davies (plata en 1980), siguiendo la línea de respuestas, han degradado el triunfo de Lia. "Felicitaciones a la nadadora que realmente ganó y quedó en segundo lugar después de un hombre. Los cuerpos se divierten, no los sentimientos", ha denunciado.
Ana Paula Henkel, representante del equipo de voleibol brasileño en varias citas olímpicas, ha repetido esa idea. "Buen trabajo acabando con los deportes femeninos y la igualdad de condiciones. Lia Thomas puede y debe ser acogida en la sociedad por lo que quiere ser, pero eso no cambia su condición biológica masculina en el deporte. Qué vergüenza por no proteger a las mujeres atletas y la justicia. Esto es hacer trampa".
El mensaje de la universidad ha hecho reaccionar tanto a candidatos al senado de Estados Unidos como a políticos de la derecha populista de Reino Unido, así como a cientos de perfiles situados en una corriente ideológicamente conservadora. Todos ellos coinciden con Contra El Borrado de las Mujeres, que critica que estas deportistas trans "obtuvieron marcas mediocres cuando competían en las categorías masculinas" mientras ahora "destrozan los registros femeninos desde que se miden con las mujeres".
[Más información: Sydny Nasello, la futbolista acusada de homófoba y fascista en EEUU fichada por un equipo español]