Se abre un nuevo cisma en torno a la consideración de las deportistas transgénero que hacen la transición de hombre a mujer y compiten en categorías femeninas. Sasha Jane Lowerson ha hecho historia esta semana al obtener el triunfo en la modalidad de longboard de surf en Australia Occidental, tres años después de ganar la competición masculina llamándose Ryan Egan. Colectivos como 'Save Women's Sports' se han hecho eco de esta historia denunciando la desigualdad que sufren las otras competidoras.
La mujer de 43 años ganó las divisiones 'Open Women' y 'Open Logger' tras hacer una actuación dominante en las olas que se movían hacia la izquierda. Georgia Young, la segunda clasificada en la primera división, quedó a cuatro puntos de Sasha Jane, mientras que a la tercera clasificada, Samantha Vanderford, solo le sacó un punto. En la segunda división, la deportista transgénero aventajó en dos puntos a Emily Gibbs, que fue segunda. A su vez, esta sacó menos de un punto a Young, que fue tercera.
Lowerson había dejado de competir por una depresión en la que se vio inmerso mientras estaba en el proceso de la transición de hombre a mujer. Entre otras cosas, porque las autoridades no tenían del todo claro que pudiera competir en categoría femenina. Tanto fue así que estuvo a punto de suicidarse. Surfing Australia, tras sufrir el ultimátum de Sasha Jane en el que les proponía "hacerlo juntos o hacer un circo en el que salgan de forma terrible", accedió a que compitiera. Ahora tiene su primer gran resultado.
Una liberación
Lowerson no se identifica como una mujer transgénero, simplemente como una mujer que vive "una experiencia trans". En su vida anterior, Sasha Jane estuvo entre los mejores surfistas de longboard del país y del mundo, pero ahora vive su verdad completa, como su auténtico yo. Explica que el deporte que la ayuda a sentirse "tan libre como un pájaro". "Me he estado escondiendo en este caparazón masculino hasta hace un año, durante 42 años", relata.
En diciembre de 2020 inició su camino para que le den derecho a competir como el género con el que se identifica. "Quiero un cambio para mí como atleta de élite, pero también quiero ver justicia en el deporte a nivel comunitario y un futuro mejor para la próxima generación. Hay mucho trabajo por hacer en este espacio, tenemos que alejarnos de esa forma de pensar de la vieja escuela", explicaba en ese momento. Las trabas con las autoridades dilataron ese proceso hasta ahora.
Cuando la carrera de surf de Sasha comenzó a despegar, dijo que los principales medios de comunicación pronto la hicieron llegar a una conclusión desgarradora. "Con mi surf, fui patrocinado por Quicksilver, fui muy bueno desde muy joven, pude ver que nunca podría ser yo. Fue a principios de los 90 y básicamente proyecté lo que pensé que la gente querría ver, creé esta personalidad masculina y me sentía roto por dentro todo el tiempo".
Había intentado siendo más joven hacer la transición. Cuando Sasha tenía 19 años, decidió "escaparse" y comenzar una nueva vida, dejando atrás su carrera de surf. "Traté de hacer la transición y simplemente no llegué a ninguna parte con el sistema médico tal como era en ese momento. Cuando eso falló, fue cuando mis problemas de salud mental realmente comenzaron a formarse", explica. Lowerson pasó los siguientes 10 años sufriendo ansiedad, pensamientos de autolesión y depresión.
Cuando tenía 29 años, Sasha intentó hacer la transición nuevamente, pero descubrió que el sistema aún no había llegado muy lejos. "A partir de ahí se formaron más cicatrices y problemas mentales, pero seguí adelante y seguí surfeando, esa fue mi única liberación", revela. Lowerson llegó a un punto donde se dio cuenta de que ya no podía vivir como una versión no auténtica de sí misma. En 2021 comenzó con la transición definitiva.
"Solo pensé... tengo que hacer esto, no puedo seguir. Decidí dejar de surfear porque pensé que no había forma de que pudiera surfear y ser aceptado. Decidí que prefería ser feliz y vivir el resto de mi vida feliz y no surfear y no estar sujeto a no poder ser yo", explica. Pero entonces le empezó a faltar el surf. "Una mañana me di cuenta: no puedo dejar de surfear y hacer las cosas que amo, porque eso es en realidad una parte de mí", destaca.
Surfing Australia
Sasha se acercó a los órganos rectores y a Surfing Australia, y revisó sus políticas, notando que no había ninguna relacionada con los atletas trans. Ahí recibió el apoyo de Glen Elliott, uno de los principales jueces de competición del surf del país. "Él dijo: Sasha, ¿vas a competir de nuevo? Sería una gran pérdida para nuestra comunidad de surf si no vas a continuar. Me quedé impresionada y empecé a llorar", relata Lowerson.
Tras el cambio del Comité Olímpico Internacional, solo tenía que cumplir con los niveles requeridos y regresar a la competición. En 2021, Surfing Australia trabajó para implementar una política y la aprobó con un voto unánime. El director ejecutivo, Chris Mater, llamó a Sasha personalmente para informarle que también habían sugerido a todos los estados que adoptaran una política similar. Lowerson sintió un gran apoyo de sus compañeros surfistas y de toda la comunidad del surf cuando regresó al surf.
Mientras tanto, el resto de mujeres quedan en una situación compleja. Mientras Sasha recibe ahora el apoyo de Surfing Australia, ellas compiten en una clara desventaja física con Lowerson. Los resultados de esta semana son una prueba clara de que la deportista transgénero domina con mano firme esta modalidad. Mientras en otras partes del mundo piden la creación de categorías abiertas para este tipo de personas, muchas mujeres quedan relegadas a puestos alejados de la victoria.
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