Lia Thomas ha vuelto a la carga. La conocida nadadora transexual que ha causado sensación en Estados Unidos se vio hace unas semanas en el centro de la polémica. La deportista recibió el rechazo de buena parte del deporte estadounidense después de haber sido protagonista en varias pruebas de las competiciones organizadas por la NCAA. Los eventos universitarios tienen una enorme importancia al otro lado del Atlántico.
Muchas de sus rivales la tomaron con ella por lo que consideraban una desigualdad en la competición. Denunciaban que el hecho de haber nacido con una condición sexual y física masculina le daba unas capacidades superiores para competir contra mujeres, adulterando así la igualdad que debe reinar en cualquier competición. Sin embargo, la americana ha vuelto a defender lo que considera un derecho: nadar contra personas de su mismo sexo.
Thomas estuvo nadando hasta el año 2019 contra hombres cuando todavía era Will. Sin embargo, inició un proceso de transición de género para cumplir el sueño de convertirse en una mujer. Por ello, se adentró en el mundo de la competición femenina donde rápidamente empezó a destacar. Fue por eso que sus competidoras denunciaron una decisión que consideraban discriminatoria hacia ellas y favorable a lo que hasta hace no mucho hubiera sido un hombre nadando contra mujeres.
Aquella polémica pasó sin que hubiera una solución eficiente o una decisión en firme, pero ha sido reabierta por parte de la propia Lia Thomas. La nadadora ha roto su silencio al haber concedido sendas entrevistas a las cadenas estadounidenses ABC News y ESPN. En ellas se ha sincerado y ha aprovechado para hablar sobre el drama personal que padeció durante los pasos previos a su ansiada transición y ha aprovechado también para hacer un alegato en favor de las mujeres trans. Lia considera que deben seguir formando parte de las diferentes competiciones femeninas. Y no valora si debería crearse una categoría específica para atletas transgénero.
Trans en el deporte femenino
"Las mujeres trans no somos una amenaza para el deporte femenino". Esa es la proclama y el mensaje que pretende transmitir en estos momentos Lia Thomas. La nadadora estadounidense, lejos de intentar poner algo de paz en la candente polémica que la ha rodeado durante los últimos meses, sigue defendiendo su postura y la legitimidad de que las deportistas transgénero compitan contra mujeres. Un hecho que cada vez está peor visto en el país y también en otras muchas zonas del planeta.
Lia defiende que su situación dentro de competiciones femeninas es la normal y que el hecho de tener condiciones superiores es una consecuencia del proceso al que se ven obligadas a someterse para poder acceder lo que realmente quieren ser. Thomas defiende que, al no ser el fin último de su transición de sexo el hecho de sacar una ventaja competitiva en el deporte, no deben apartarlas de las competiciones.
Además, justifica esta idea con el simple hecho de que existan mujeres deportistas de diferentes cualidades solo por su genética: "Lo que la gente no entiende es que no nos sometemos al proceso de transición para competir, lo hacemos para ser felices, auténticos, para ser nosotros mismos. Tener ventajas deportivas no es algo que afecta nuestra decisión".
"Hay muchos factores que marcan una carrera y lo que haces. El cambio más grande para mí es que estoy feliz, y en mis años como 'sophomore', cuando tuve mis mejores actuaciones compitiendo contra hombres, me sentía miserable. No soy una doctora, pero hay muchas diferencias entre mujeres deportistas, hay algunas que son muy altas, que tienen más músculos y tienen una testosterona más alta, y por eso, ¿deberían descalificarlas también a ellas?".
Uno de los grandes inconvenientes que existe en este caso son los problemas de regulación que hay entre instituciones deportivas y las propias organizaciones de las competiciones. Tras la polémica surgida en torno a la figura de Lia Thomas, la NCAA indicó en enero que sería responsabilidad del organismo gestor de cada disciplina decidir en qué categoría debía competir una deportista trans.
En el caso de la natación se decidió en febrero que para que una deportista trans compitiera entre mujeres en sus competiciones debía haber estado al menos involucrada en un tratamiento de supresión de testosterona durante 36 meses. Después debía someterse a la evaluación de un comité de tres responsables. Sin embargo, dicha medida no se aplica en la presente temporada, por lo que Lia sigue teniendo derecho a competir.
Thomas forma parte de la Universidad de Pensilvania y allí ha destrozado todos los récords que han firmado leyendas de la natación americana como Missy Franklin o Katie Ledecky. De hecho, en sus últimas pruebas, superó con holgura a Emma Weyant, actual medalla de plata en la prueba de 400 metros estilos en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Lia se convirtió en la primera deportista trans de la historia en ganar una prueba nacional de natación.
Estos resultados le generaron un gran rechazo por parte de algunas nadadoras de su mismo centro de estudios. Un grupo de atletas pidió que fuera excluida de la competición de la Ivy League al considerar que tiene ventajas biológicas. No obstante, este cambio también le ha dado cosas positivas. La mayoría de todas se centran en seguir teniendo vivo el sueño de hacer historia y acudir a unos Juegos Olímpicos para competir por lo máximo: "Es un objetivo y un sueño desde hace muchos años y que me encantaría conseguirlo".
Las depresiones de Lia
En paralelo con la situación deportiva ha avanzado también el calvario por el que ha tenido que pasar Lia Thomas en su vida hasta poder llegar a ser lo que siempre había querido: una mujer. Por ello le duele tanto que la gente piense que su transición tenía detrás un objetivo deportivo y no un motivo más vital o existencial. De hecho, Lia confiesa que una de las cosas por las que no se decidió a dar el paso antes era porque le daba miedo el hecho de tener que dejar de competir.
"Antes apenas podía ir a clase, apenas podía salir de la cama y dije 'ya no quiero vivir así, quiero poder hacer las cosas que me gustan'. La razón por la que tardé en tomar la decisión fue porque no sabía si hubiera podido seguir nadando y disfrutando del deporte que amo". Sin embargo, Thomas confiesa que en esos momentos estaba inmersa en una depresión: "Los cambios mentales y emocionales se dieron muy rápido, me sentía mucho mejor, estaba menos deprimida. Sin embargo, perdí masa muscular, me volví mucho más débil y más lenta en el agua".
Hasta el momento, Lia continúa haciendo su vida sin dejar que la opinión de los demás o las críticas calen muy hondo en su figura. Asegura también que no necesita el permiso de nadie para poder hacer lo que quiera y para poder sentirse ella misma. Por si esto fuera poco, critica también a aquellas que la defienden como mujer en su transición, pero no como deportista en lo que ya es una guerra total con muchos frentes abiertos.
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