Batacazo de España en el Europeo de balonmano: los Hispanos, eliminados en la fase de grupos

Sorprendente fracaso de la Selección española de balonmano en el Europeo. Contra todo pronóstico, los Hispanos se marcharon para casa a las primeras de cambio después de empatar ante Austria (33-33) en el tercer encuentro y ni siquiera pudieron superar la fase de grupos.

España necesitaba ganar para poder seguir adelante en este Europeo. Llegaba en una situación límite después de haber perdido contra Croacia en la primera jornada y tan sólo le valía la victoria. Sin embargo, en un final de infarto, el combinado español se quedó con la miel en los labios y tuvo que resignarse a quedarse fuera antes de tiempo. 

Para un equipo habituado a pelear por las medallas y que en los últimos cinco Campeonatos de Europa siempre había tocado metal, esta eliminación prematura supone un duro revés. Salvo en el partido ante Rumanía, nunca llegaron a tener buenas sensaciones los Hispanos en este Europeo y el sufrimiento experimentado ante Austria no auguraba nada bueno.

El desenlace fue de lo más cruel para la Selección. El partido siempre se movió en unas mínimas rentas que no le permitieron a ninguno de los dos equipos despegarse en el marcador. La igualdad fue la tónica dominante, pero es cierto que los Hispanos fueron durante muchos minutos a remolque, y eso ya no hacía vaticinar nada bueno.

El choque llegó igualado a los instantes decisivos. De hecho, España entró al último minuto con un gol de diferencia. Sin embargo, la última posesión del choque la iba a tener Austria, así que todo estaba en las manos de los austriacos. Consiguieron el gol definitivo, un empate que les valía para estar en la siguiente fase.

España todavía tuvo una última oportunidad con una posesión de 4 segundos, pero el lanzamiento se marchó desviado. Así, los Hispanos se despidieron de esta forma tan discreta del Europeo, sin apenas hacer ruido.

Siempre a remolque

España ha tenido que luchar contra las malas sensaciones desde el primer momento. Enseguida comprobó que este no iba a ser su torneo, porque la forma de entrar en el campeonato no fue precisamente esperanzadora. 

La derrota por diez goles de diferencia contra Croacia en el debut dejó claro que algo pasaba en el equipo de los Hispanos. No era normal una diferencia tan grande por mucho que fuera el primer partido y que enfrente estuviera una de las selecciones con más tradición.

El triunfo ante Rumanía fue solvente, pero entraba dentro de lo previsible. Los rumanos eran el equipo más flojo del grupo y así lo mostraron el cancha en cada encuentro, así que todo quedó para lo que sucediera en el último choque de la fase de grupos ante Austria.

Fue el partido más igualado que jugaron los españoles, y la moneda salió cruz. De esta forma, España se despide del Europeo después de cinco ediciones consecutivas subiéndose al podio y de haber sido al menos finalista en las últimas cuatro celebraciones.